Happy birthday [Priv. Marina]

Se levantó temprano ese día. Tan pronto como se había enterado del cumpleaños de Marina, semanas atrás, había comenzado a prepararlo todo. Había conseguido a alguien para que hiciera un delicioso pastel o al menos eso le habían dicho por un costo un poco elevado, pero si era por Marina valía la pena. Había acomodado el pastel a mitad de la sala de música, el lugar donde había conocido a Marina y le había pedido que fuera al aula a cierta hora para poder enseñarle una canción que recién había compuesto. Esperaba que le gustara, porque la verdad ella era la única capacitada para escuchar sus canciones. Se habían conocido con una canción y él quería que su amistad se desarrollara en base a una canción.

Había preparado todo para cuando ella llegará. Tenía su guitarra entre sus brazos y miraba al frente con una sonrisa leve. Estaba nervioso. Nunca había estado tan nervioso. Quizás cuando le había confesado erróneamente sus sentimientos a Marina, pero solamente en esa ocasión, pese a que ella no se había dado cuenta. Dejó escapar un suspiro sordo y luego miró fijamente a la puerta. Sus ojos se fijaron en la puerta que comenzaba a moverse y sujetó la guitarra con fuerza, provocando que las primeras notas salieran, formando una melodía hermosa. Cuando terminó de tocar se acercó a la chica y le abrazó fuertemente.

—Feliz cumpleaños, Marina.— Murmuró a sus oídos con una breve sonrisa.—Es mi nueva canción y quería que tú la escucharas primero.— La suelta, apartándola de su cuerpo.—Te quiero mucho.—  Le murmura en japonés, sabiendo que la chica no entiende el idioma. O al menos espera que no lo entienda.

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