Game Game Game!! [Priv. Glenn]

Era muy aburrido. Estar en ese lugar sin poder entrenarse. ¿El motivo? Los salones de danza estaban cerrados los fines de semana. En fin, no había nada que él pudiera hacer por más que quisiera tener algo que hacer. Tendría que salir porque no estaba de humor para estar en su habitación leyendo algo. Tenía los ojos enrojecidos debido a estar leyendo hasta altas horas de la noche. Y es que ese era un muy buen libro, aunque él mismo había querido no podía dejar de leer hasta no sentirse completo con lo que estaba leyendo y finalmente a las cuatro de la mañana lo termino y pudo consumirse en sueños y esperanzas hasta esa hora y lo cierto es que ya tenía mucha hambre. Por ello decidió salir la ciudad, la cual no conocía para variar.

Caminaba por las calles a paso ligero, con pantalones suaves de color caqui y una playera blanca, deportivas cómodas pero elegantes. Smythe se movía con una gracia y una masculinidad que dejaba interesadas a varias mujeres que le veían pasar. Claro que eso a él le interesaba poco puesto que se desvivía mirando otras cosas, como sus libros. Ahí el amor sin duda era real. El amor, aquella cosa que tantos humanos estaban deseosos por sentir. ¿Eso era algo que realmente existía? ¿No era simplemente una fantasía con el afán de vender más? Pero, entonces se preguntaba si realmente existía el amor. Pero en fin, no podía esperar mucho de mujeres que le veían como un trozo de carne listo para el asadero, porque él no era para nada así. Él solo quería cosas serias, aunque no pareciera de esa forma.

Una vez entró en el gran establecimiento, hogar de muchos pequeños locales, empezó la búsqueda para algo interesante. Desviando la atención de muchos puestos, fue directamente a la zona de comida, pero pasando por ahí vio un centro de juegos que luego iría a visitar, lo primero era calmar a su pobre estómago. Cuando llego a la zona de comida pidió una gran hamburguesa y se la comió lentamente, continúo leyendo un libro desde su celular y cuando hubo devorado su alimento, volvió sobre sus pasos y entró al centro de juegos. Se sentía algo aburrido y ahora el hambre que debía saciar no era precisamente de comida, sino de diversión. Cabe destacar que era muy aburrido estar haciendo nada, así que quizás en el centro encontraría algo divertido. Se sorprendió un poco cuando vio a una chica ahí sosteniendo el mando de un juego. Rió un poco entre dientes.

—¿Es tu primera vez?— El tono de su voz, burlón, fue demasiado obvio.

Al ser su relación con sus padres no tan buena, siempre se escapaba de la casa para irse a jugar en las maquinitas. Entonces tenía una amplia experiencia en esos temas, especialmente porque su madre nunca le preguntaba en que se gastaba su mesada y cuanto tiempo estaba fuera de su casa jugando con los niños del barrio cercano a su casa. Aquel lugar era tan misterioso y le removía tanto los sentimientos a Glenn, tan pronto cuando entró para perder el tiempo como en aquellos días de antaño.

Era una situación realmente simple, él era demasiado obsesivo con los videojuegos, bueno, excepto cuando era obsesivo con la danza y otras cosas que hacía. Pero también tenía ese secretito muy guardado en su interior. Así que cuando vio a aquella chica batallando y no entendiendo de que iban los controles, sintió que debía ayudarle, no porque fuera una chica sino que como viejo veterano en aquellas actividades sentía que era su obligación ayudar… Aunque tampoco es que Glenn fuera tan viejo como para llamarse a si mismo “veterano”.

Se sintió un poco patético por la burla y sorna en sus primeras palabras, así que en cambio decidió apoyarle un poco. Después de todo, ¿quién puede imaginarse una vida sin tecnologías? La vida de aquella pobre señorita había sido demasiado devastadora, estaba seguro de ello. Especialmente porque no tenía idea de como jugar un videojuego de forma correcta. Tomó las palanquitas del lado contrario, depositando una moneda dentro de la maquina.

—Si gustas puedo explicarte lo básico.— Contestó.—Luego le tomarás el sentido sola y será más fácil.— No sonríe, no es su estilo, sonreír, pero lo dice con amabilidad y respeto, diferente al trato inicial.

Dejó escapar un suspiro, a veces no entendía el motivo por el que se comportaba tan idiota, pensaba que era porque se ponía nervioso con demasiada facilidad, pero no estaba seguro de que fuera congruente presumir que desde hacía años que jugaba en aquellos aparatos aunque después de enfocarse en el baile no había tenido oportunidad de desenvolverse en uno de aquellos juegos, prefería los just dance o aquellas máquinas para competir en baile contra algún loco que pasara horas ahí. Dejó escapar otro suspiro y por fin miro a la chica que estaba ahí, tenía el cabello rubio como el idiota lindo con sonrisa que competía contra el sol, era simplemente hermosa, pero le daba mala espina a Glenn, sacudió la cabeza, ya había decidido ayudarle.

—No es una molestia, en absoluto.— Dejó escapar un breve suspiro.—Es algo bastante simple de entender, solamente hay que tener algo de paciencia.— Aclaró, comenzando a hacer unos movimientos con la palanca, antes de iniciar el juego. Era un juego simple de movimientos interesantes, era algo rápido que se tenía que hacer e intentaba explicarle con la mirada o intentaba encontrar la forma de explicarle como hacerlo.

Se había dado cuenta de las miradas que había alrededor, y las había ignorado porque no servía de nada hacerle caso a los demás, además siempre estaban peleándose porque llegaba gente nueva a su espacio, pero no les dio demasiada importancia en ese momento, pero escuchó la voz de la chica y volvió a mirar hacia las personas.

—Creo que no. Solo están sorprendidos de que una chica este aquí.— Le restó importancia, en realidad quería jugar y si le enseñaba no tendría que meterse en pleitos con esa pandilla.—Dicen que las chicas son mejores con estas cosas porque hacen combinaciones sin notarlo, ¿quieres intentarlo?— Cuestionó, poniendo una moneda en su lado de jugador.

No estaba seguro de porque estaba haciendo eso, las mujeres no eran completamente su estilo. No es que quisiera algo con ella, pero si le parecía curiosa la forma en la que se habían conocido y de alguna manera era diferente y se sentía diferente a los encuentros que había tenido con la mayoría de las mujeres. No era la misma sensación molesta que había sido con Janice, aunque esta misma situación había mejorado mucho después, claro. Aunque, eso no significaba que estuviera más cómodo con las mujeres, incluso cuando sabía que prefería por mucho salir con hombres. Con María se sentía realmente masculino, aunque era incorrecto pensarlo porque podía darse cuenta por las miradas ajenas, de que era una mujer, tenía que serlo, ¿no? Incluso su nombre era femenino. Quizás, quizás lo estaba pensando demasiado. Lo que significaba “dejar todo pensamiento y seguir adelante”. Asintió lentamente debido a las palabras de la chica.

—Algunos podrían decir que es más bien por suerte.— Murmuró.—Pero yo siento que no tiene mucha relevancia. Las chicas pueden ser igual de buenas que los chicos en videojuegos.— El mismo no pensaba que fuera para nada bueno en eso. Depositó unas monedas en la máquina y le mostró una sonrisa a la chica para que tuviera el valor de intentarlo y luego se colocó a un lado suyo para ser su competencia en aquella máquina de pelea.—En realidad, no soy muy bueno con esto, así que siéntete libre de destrozarme.— Mostró una sonrisa amena, aunque su rostro se endureció cuando la musiquita pegajosa del juego comenzó a sonar. Se concentró por completo en el juego y se quedó sorprendido por lo buena que podría ser. En realidad, debía poder ser mejor que él, porque era muy malo.—¿Estas lista?— Murmuro con una sonrisa mientras presionaba el start.

Estaba bastante desacostumbrado a salir con chicas, aunque claramente aquella no era una cita. Glenn estaba en un momento complicado de su vida, era una etapa de descubrimiento que aparentemente no estaba yendo nada bien.. Al principio había estado completamente seguro de su orientación sexual y se habría jurado completamente gay, pero ahora no estaba seguro de que era lo que quería tener. Si quería tener una novia o si prefería un novio. Había decidido que no se iba a guiar por lo que la otra persona tuviera entre las piernas, si le gustaba alguien, iba a estar con él o ella si tenía la oportunidad, estaba confundida. No sabía que era lo que quería justo en ese momento y aquello le causaba mucho miedo. No le gustaba estar confundido. En un inicio, había prensado que le gustaba aquel niño lindo en la playa, pero no lo había vuelto a ver y ahora estaba seguro de que solamente tenía que dejar pasar aquella situación, aquello no debía definir su orientación sexual. Solamente amaría a quien se pusiera frente a él.

No iba a decir que se dejó ganar, claro que no lo había hecho. La verdad es que nunca le había prestado demasiada atención a los videojuegos como otros niños de su edad, nunca le había llamado la atención porque desde que conoció la danza, pasaba más tiempo con su abuela, cantando, aprendiendo a tocar el piano y bailando. Bailar era realmente su pasión, quizás por eso Glenn había pensado que seguramente era homosexual. ¿Cuántas veces veías en la televisión que los chicos que bailan eran una especie de mariquitas? Y no, no se sentía cómodo con ese prefijo. Pero la gente lo usaba y no podía evitar lo que no se podía evitar. Dejó escapar un suspiro, preparado para felicitar al a curiosa chica. La verdad es que si era bastante divertida. Glenn se preguntó si se imaginaba saliendo con una chica, pero lo más probable es que por el momento no. No después de que su abuela le dijera que lo apoyaría sin importar nada.

—¡Bien hecho! La verdad es que apestó en esto. ¿Te gustaría conseguir otro compañero de peleas?— Pregunta. La verdad, si le hubieran dicho a Glenn que iba a conocer a una chica e iba a jugar con esa chica, entonces, posiblemente no lo habría creído. Primero que nada, porque no le gustaba relacionarse demasiado con otras personas. Así que era todo un logro en lo que le parecía a Glenn.—Quizás deberíamos conseguirte otro compañero, estoy seguro de que te divertirías más.— Sintió algo de pena por el hecho de que fuera tan malo y además los gritos de triunfo de la chica que parecía estar en un efecto de egocentrismo o algo parecido. El punto es que era bastante vergonzoso y él no estaba acostumbrado a atraer la atención del resto.

Tocó las palancas de nuevo y colocó la moneda en la ranura correspondiente. La primera vez, acertó un golpe. Los siguientes fueron un poco más fluidos pero aun así, no era suficiente para derrotar la agilidad en las manos que la chica presentaba. Estaba sacudido. Aun así, su manera de juego se volvió a más eficiente y más eficaz. Los golpes los acertaba con mayor facilidad y causaba mayor daño. Como se ha mencionado, parecía ser mejor, pero todavía era tan débil como cualquiera.

—¡Eres demasiado buena, diablos!— Exclama cuando la pantalla vuelve a marcar “Game Over”.

Nunca se había interesado en las mujeres, pero estaba seguro de estar sintiendo algo de pena por estar cerca de aquella chica. Algo… Como si algo fuera diferente en ella. Pero, o es como que fuera normal acercarse a una chica y revisarla para ver si era normal, creía que solamente estaba exagerando las cosas. Dejó escapar un suspiro, deseaba sentirse tranquilo, pero había algo que le inquietaba y no era únicamente estar perdiendo en esos juegos. No le importaba perder, porque sabía que no tenía suficiente práctica como para ganar. Especialmente porque parecía que aquella chica si tenía experiencia previa.

Las palabras de aquella chica golpearon contra sus pensamientos, quitó la mirada del rostro, aquella de ensoñación que demostraba que haría estado completamente perdido en sus pensamientos. ¿Quería estar jugando con alguien tan patético como él? Pensó que eso era lindo y demostraba que la persona  que conquistara a la chica sería realmente afortunada. Él no, eso era claro, nunca le habían interesado las chicas y dudaba que su interés comenzara con aquella intrigante chica rubia.

—De acuerdo, es muy amable de tu parte.— Murmuro, era claro que dudaba de seguir jugando, después de todo, no era tan bueno como le gustaría ser. —Aunque, siento que puede ser un poco aburrido, no soy para nada bueno. Creo que no tuve infancia.— Dejó escapar una risa que sonó bastante lastimera, la verdad es que él era consciente de que no era precisamente bueno en lo que estaban haciendo, lo reconocía, talvez por eso la chica quería seguir jugando con él… En realidad no lo sabía, pero no servía de nada estar adivinando.—Esta vez me esforzaré más.

Y justo de esa forma había sido. Glenn no estaba seguro de que esa fuera la forma correcta de mover las palancas, presionar los botones o de luchar formidablemente. Su peleador se movía con fuerza, lanzaba y daba en el blanco correctamente, debilitando al personaje contrario. Glenn sentía que por primera vez estaba haciendo algo correcto. Los controles e movían con facilidad en sus manos, y al final, los últimos segundos, pensó que realmente podría haber ganado, pero la chica se llevó la victoria. Se dejó escapar un suspiro de frustración y un gritito como «¡Diablos, casi lo tengo!» seguido de una risita nerviosa.

—No puedo creerlo, ha sido tan reñido.— Entonces, en el centro de juegos, pudo ver una máquina de baile. Se acercó, sin prestar atención de la chica e introdujo una moneda dentro. Comenzó el juego, y sus pies se movieron al ritmo de la música, todo inició demasiado rápido, tan pronto que él se vio consumido por la melodía, ignorando todo a su alrededor.