Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Idarion Terra :: Ciudad :: Mercado
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Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Comencemos diciendo que aquella situación era ya rara de por sí para aquel chico de pálida tez y mirada celeste. ¿Que por qué? Sencillo: era raro ver a aquel joven genio fuera de lo que eran sus ámbitos de interés, aun cuando éstos fueran muy amplios realmente. Pero solían estar centrados en las tiendas como librerías, tecnología, y de su laboratorio donde trabaja aun a su temprana, y por supuesto su casa en la que, en cierta manera, tenía como otro mini laboratorio-taller para seguir haciendo experimentos y proyectos por su cuenta. Y en las amoratadas bolsas de sus párpados se podía apreciar que, como era frecuente aun a riesgo de su salud, esa noche no había dormido demasiado, siendo en aquel caso el causante uno de los videojuegos de ciencia ficción recién adquirido. Y claro, su aspecto no ayudaba a darle una visión demasiado saludable realmente: con un par de gasas puestas en ambas mejillas en busca de cubrir algún cardenal o corte en la fina y nívea piel de su rostro, iba unido a sus manos que estaban prácticamente vendadas. ¿Y la gracia de todo aquello? Que realmente no le dolía nada. Ya podía desencajarse un hueso, abrirse el brazo con un cristal o caerse y desconjutarse, que no iba a sentir nada a excepción de un vago golpe que ni siquiera podría llegar a molestarle, aun cuando, por culpa del trastorno que sufría en su piel, probablemente la más pequeña de las heridas parecía más grave de lo que realmente era por su frágil y quebradiza piel. Vaya combinación...¿Cierto?
Y en aquel momento, por un sencillo antojo de su activa y curiosa mente, decidió ir hacia el mercado que se había expuesto en la ciudad y que, en aquel momento, parecía estar destinado a ser una especie de feria del libro. Casetas repletas de libros que cubrían cada espacio de las mismas en busca de llamar la atención del espectador. Y cada una prácticamente dedicada a uno o varios estilos literarios para que se amoldara a los gustos de cada lector. Como debía de ser... en cierta manera, soportaba la gran presencia de gente gracias a aquello. Y es que , aclaremos algo: Christian no era bueno relacionarse con el resto de personas. No sería la primera vez ni tenía pinta de ser la última de que se refirieran a él como a un robot. Y aun cuando en su inexpresivo rostro como una bella mascara de muñeco no se mostrase algo, en su interior sabía que aquello no era bueno, que debía de haber otro método para poder tratar a las personas, mas aquel método aún estaba lejos de su alcance.
Ataviado con unos sencillos pantalones vaqueros de tonalidad oscura que se apreciaba a simple vista que estaban desgastados, aunque podía quedar en duda si era por moda o por real desgaste, siendo la opción correcta la segunda opción, iba acompañado por una camiseta de rayas blancas y negras algo ajustada que iba acompañada por un chaleco que no se había molestado en abrochar. Y sobre aquello, una chaqueta nórdica azulada cubría su cuerpo del viento que llegaba y que agitaba los mechones ultramar de su lacio cabello. Su mirada viaja, fugaz, de un lado a otro en busca de alguna cosa interesante que poder comprar para pode disfrutar del conocimiento que pudiera atribuirle. Y en ese momento, su atenta mirada se fijó en uno de los libros que lo exponían como una edición de coleccionista de la saga 'Millenium' del escritor sueco Stieg Larsson. Quizás debido a que le traía recuerdos de su tierra natal, tal vez fue ver la espectacular edición del libro, o quizás la promesa de una historia que poder analizar a fondo debido a ser una novela negra, pero...tuvo la tentación de comprarla. Dinero no le escaseaba, así que ese no era el problema...aunque su hermana probablemente le regañaría por llevar todavía más libros y cosas a casa. Pero...en ese momento hablaba su sed de conocimiento y curiosidad, por lo que se acercó hacia la caseta donde estaba expuesto y que había algunas personas también observando lo que exponían.
Y en aquel momento, por un sencillo antojo de su activa y curiosa mente, decidió ir hacia el mercado que se había expuesto en la ciudad y que, en aquel momento, parecía estar destinado a ser una especie de feria del libro. Casetas repletas de libros que cubrían cada espacio de las mismas en busca de llamar la atención del espectador. Y cada una prácticamente dedicada a uno o varios estilos literarios para que se amoldara a los gustos de cada lector. Como debía de ser... en cierta manera, soportaba la gran presencia de gente gracias a aquello. Y es que , aclaremos algo: Christian no era bueno relacionarse con el resto de personas. No sería la primera vez ni tenía pinta de ser la última de que se refirieran a él como a un robot. Y aun cuando en su inexpresivo rostro como una bella mascara de muñeco no se mostrase algo, en su interior sabía que aquello no era bueno, que debía de haber otro método para poder tratar a las personas, mas aquel método aún estaba lejos de su alcance.
Ataviado con unos sencillos pantalones vaqueros de tonalidad oscura que se apreciaba a simple vista que estaban desgastados, aunque podía quedar en duda si era por moda o por real desgaste, siendo la opción correcta la segunda opción, iba acompañado por una camiseta de rayas blancas y negras algo ajustada que iba acompañada por un chaleco que no se había molestado en abrochar. Y sobre aquello, una chaqueta nórdica azulada cubría su cuerpo del viento que llegaba y que agitaba los mechones ultramar de su lacio cabello. Su mirada viaja, fugaz, de un lado a otro en busca de alguna cosa interesante que poder comprar para pode disfrutar del conocimiento que pudiera atribuirle. Y en ese momento, su atenta mirada se fijó en uno de los libros que lo exponían como una edición de coleccionista de la saga 'Millenium' del escritor sueco Stieg Larsson. Quizás debido a que le traía recuerdos de su tierra natal, tal vez fue ver la espectacular edición del libro, o quizás la promesa de una historia que poder analizar a fondo debido a ser una novela negra, pero...tuvo la tentación de comprarla. Dinero no le escaseaba, así que ese no era el problema...aunque su hermana probablemente le regañaría por llevar todavía más libros y cosas a casa. Pero...en ese momento hablaba su sed de conocimiento y curiosidad, por lo que se acercó hacia la caseta donde estaba expuesto y que había algunas personas también observando lo que exponían.
Última edición por Christian Hansson el Miér Dic 16, 2015 1:54 pm, editado 1 vez
Christian Hansson
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Ya habían pasado algunos días, después de que Calliope decidiera salirse por completo del espectáculo y concentrarse en sus deberes como estudiante, enfocarse en el teatro porque era lo que movía por completo su alma, concentrarse en la música para ser una de las mejores actrices de musicales que pudieran existir en Broadway. Quería ser una actriz ahí, quizás practicaría algo de baile, para estar completa. Las actrices de Broadway tenían que ser perfectas. Saber actuar, cantar, bailar, su personalidad y su carácter, incluso su porte y forma de vestir ya se asemejaban al de una diva, al de una actriz que sabe que tiene lo que se necesita para ser la mejor, pero ahora estaba enfocada en otra cosa, en esforzarse y ser la mejor por su cuenta, no por querer ser mejor que su prima. Se había dado cuenta de muchas cosas durante su estancia en la academia, no quería ser una copia pre-fabricada de su prima, especialmente porque no la soportaba. Dejó escapar un suspiro, estaba en su cuarto, pensando en como hacer un papel que le habían encargado que actuara, pero no se sentía muy seguro de poder interpretar a una heroína siendo que siempre le habían tocado papeles de villanos. Nunca había tenido la oportunidad de hacer otro papel y ahora le había tocado ser el ángel de la navidad. Estaba realmente sorprendida por haber sido elegida por sus compañeros y haber sido aceptada por el director. Aun así, desconocía si podría hacer que todos se sintieran igual con su interpretación, pero después de tanto pensarlo decidió que un poco de aire fresco serviría para calmar los nervios que en ese momento estaba sintiendo.
Se había levantado una feria del libro en el mercado de la ciudad y estaba realmente emocionada por aquello, porque podría conseguir las mejores novelas y ensayar más sobre los papeles que podrían darle en el futuro. Había leído más o menos la dirección y había tardado un poco en llegar, pero finalmente había podido dar con el lugar. Había demasiados libros, tantos que no podía contarlos todos. Le encantaba leer, pero no siempre tenía tiempo para hacerlo. Se había detenido viendo varias representaciones y ya había comprado varias novelas policiacas y se había acercado a una presentación de libros que se estaba publicando junto a un mundo de gente. Sin embargo, ya ahí dentro, estaba siendo empujada por un hombre y por unas personas a su lado, provocando que empujara sin querer a un joven que estaba a su lado, se ruborizó y miró a los lados con nerviosismo. De hecho, le habían empujado con tanta fuerza que sus libros recién comprados cayeron al suelo dentro de la bolsa que los contenía, el horror podía verse en los ojos de Calliope, quien esperaba que la persona que sufrió el empujón de su cuerpo no hubiera tenido tal suerte.
—¡Lo siento mucho!— Exclamó mirando al chico contra el que su cuerpo se había impactado. Se giro a mirar al tipo con ganas de gritarle y chillarle por hacerle eso, pero primero necesitaba disculparse. Se agachó para tomar sus libros y estaba segura de que alguien le había tocado el trasero...—¿Qué ca...?— Cuestionó, pero la ira no le dejó terminar.
Se había levantado una feria del libro en el mercado de la ciudad y estaba realmente emocionada por aquello, porque podría conseguir las mejores novelas y ensayar más sobre los papeles que podrían darle en el futuro. Había leído más o menos la dirección y había tardado un poco en llegar, pero finalmente había podido dar con el lugar. Había demasiados libros, tantos que no podía contarlos todos. Le encantaba leer, pero no siempre tenía tiempo para hacerlo. Se había detenido viendo varias representaciones y ya había comprado varias novelas policiacas y se había acercado a una presentación de libros que se estaba publicando junto a un mundo de gente. Sin embargo, ya ahí dentro, estaba siendo empujada por un hombre y por unas personas a su lado, provocando que empujara sin querer a un joven que estaba a su lado, se ruborizó y miró a los lados con nerviosismo. De hecho, le habían empujado con tanta fuerza que sus libros recién comprados cayeron al suelo dentro de la bolsa que los contenía, el horror podía verse en los ojos de Calliope, quien esperaba que la persona que sufrió el empujón de su cuerpo no hubiera tenido tal suerte.
—¡Lo siento mucho!— Exclamó mirando al chico contra el que su cuerpo se había impactado. Se giro a mirar al tipo con ganas de gritarle y chillarle por hacerle eso, pero primero necesitaba disculparse. Se agachó para tomar sus libros y estaba segura de que alguien le había tocado el trasero...—¿Qué ca...?— Cuestionó, pero la ira no le dejó terminar.
Calliope J. Chrysomallis
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
No tardó demasiado en pedir aquel libro de edición especial en busca de, acabar rápido con aquello pues de golpe, la gente se había comenzado a agrupar a su alrededor...aunque más que a su alrededor fue solo cerca debido a algún tipo de evento o entrevista o algo así que, para qué engañarse, como no era interés de aquel muchacho, ni siquiera se molestó en prestar atención.
Por eso, una vez estaba recibiendo la vuelta de la cuenta y a su vez el libro perfectamente guardado en una decorada bolsa de cartón. Pero justo en el momento en que se disponía a voltearse y comenzar a esquivar gente, sintió un empujón. Y recordemos, Christian era completamente insensible al dolor, de hecho...ese empujón, si no fuera porque le desequilibró un tanto, probablemente ni le hubiera prestado atención. Mas, por mera curiosidad, se disponía a mirar a quien le había empujado, escuchó la voz de una mujer disculpándose. Y quizás por mera costumbre de creer que era culpa suya y que aquello era un protocolo social de esos que a él como persona se le escapan por completo de la lógica, se agachó para ayudar a recoger los libros de aquella chica que parecía algo agitada por algo, cosa que él no podía saber. Por eso, al escucharla exclamar aquella frase incompleta, alzó su distante y hermosa mirada celeste para observar con cierta intriga a aquella chica- ¿Estas bien? -inquirió mientras se incorporaba con los libros de aquella joven de rubia cabellera para ofrecérselos poco después, dejando así a la vista las pálidas manos prácticamente vendadas o cubiertas en zonas por tiritas y gasas. Y es que...si hubiera que comparar a aquel chico con algo, lo más acertado sería una filigrana de vidrio: bella, fría y frágil. Tan fácil era marcar su piel... con un simple golpe, un cardenal mancharía su piel, y tan frágil era que podía llegar a cortarse fácilmente con las hojas de papel o incluso con su propio pelo cuando jugueteaba con el en aquel peculiar tic que tenía ese joven genio.
Mas, su observadora mirada hizo que se fijara en aquel hombre que parecía ser causante de la alteración de aquella chica, pues tenía la mano en una comprometida zona...o eso se suponía que era una comprometida zona, ¿no? El trasero no era una zona que debiera de tocarse, o eso era lo que Christian conocía como parte del protocolo social, pues él..de por sí no le veía el sentido a aquello de todas maneras. Y a pesar de todo, el no tener muy claro eso no hizo que se callara:- Oh...curiosa manera de intentar ligar con una mujer. Pero tenía entendido que eso no se hacía en público...¿me habré confundido en lo que leí? -y aquellas palabras, aun cuando no eran la intención del pobre chico, realmente hicieron incomodar a aquel tipo que, negando con la cabeza con un claro titubeo, acabó por alejarse, causando cierto desconcierto en la inexpresiva facción del pelioscuro. ¿Qué pasaba ahora para que aquel hombre se alejara así?
Por eso, una vez estaba recibiendo la vuelta de la cuenta y a su vez el libro perfectamente guardado en una decorada bolsa de cartón. Pero justo en el momento en que se disponía a voltearse y comenzar a esquivar gente, sintió un empujón. Y recordemos, Christian era completamente insensible al dolor, de hecho...ese empujón, si no fuera porque le desequilibró un tanto, probablemente ni le hubiera prestado atención. Mas, por mera curiosidad, se disponía a mirar a quien le había empujado, escuchó la voz de una mujer disculpándose. Y quizás por mera costumbre de creer que era culpa suya y que aquello era un protocolo social de esos que a él como persona se le escapan por completo de la lógica, se agachó para ayudar a recoger los libros de aquella chica que parecía algo agitada por algo, cosa que él no podía saber. Por eso, al escucharla exclamar aquella frase incompleta, alzó su distante y hermosa mirada celeste para observar con cierta intriga a aquella chica- ¿Estas bien? -inquirió mientras se incorporaba con los libros de aquella joven de rubia cabellera para ofrecérselos poco después, dejando así a la vista las pálidas manos prácticamente vendadas o cubiertas en zonas por tiritas y gasas. Y es que...si hubiera que comparar a aquel chico con algo, lo más acertado sería una filigrana de vidrio: bella, fría y frágil. Tan fácil era marcar su piel... con un simple golpe, un cardenal mancharía su piel, y tan frágil era que podía llegar a cortarse fácilmente con las hojas de papel o incluso con su propio pelo cuando jugueteaba con el en aquel peculiar tic que tenía ese joven genio.
Mas, su observadora mirada hizo que se fijara en aquel hombre que parecía ser causante de la alteración de aquella chica, pues tenía la mano en una comprometida zona...o eso se suponía que era una comprometida zona, ¿no? El trasero no era una zona que debiera de tocarse, o eso era lo que Christian conocía como parte del protocolo social, pues él..de por sí no le veía el sentido a aquello de todas maneras. Y a pesar de todo, el no tener muy claro eso no hizo que se callara:- Oh...curiosa manera de intentar ligar con una mujer. Pero tenía entendido que eso no se hacía en público...¿me habré confundido en lo que leí? -y aquellas palabras, aun cuando no eran la intención del pobre chico, realmente hicieron incomodar a aquel tipo que, negando con la cabeza con un claro titubeo, acabó por alejarse, causando cierto desconcierto en la inexpresiva facción del pelioscuro. ¿Qué pasaba ahora para que aquel hombre se alejara así?
Christian Hansson
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Le encantaban los libros, aunque claro que no era del tipo de chica cuyo perfil entraba en “lectora”, la verdad es que no le importaba si la gente pensaba que leía por moda o porque le gustaba realmente, ella no tenía que darle pruebas a nadie. Y como había mucha gente ahí que estaba comprando, pensó que no habría problemas porque se trata de un lugar donde venden libros, cuantos pervertidos puedes encontrar en un lugar como ese… La verdad no lo había considerado, no parecía un mal sitio, después de todo era una feria de libros… Pero claro, gente buena, gente mala, de esa hay por todas partes y por eso mismo había que tener cuidado. No pensó que estrellarse contra alguien le traería tantos problemas, para eso mejor se quedaba en su cuarto leyendo guiones y libros viejos.
—Si, estoy bien.— Pero, tenía el ceño fruncido, como si no pudiese creer lo que estaba pasando en ese momento, después de todo era un hombre que le estaba tocando… No era justo que le sucedieran esas cosas solamente por ser mujer. —¿Usted se encuentra bien? Realmente no fue mi intención empujarle.— Se ruborizó y miró hacia otro sitio intentando contener las ganas de golpear al otro sujeto. Pues, bueno, era incómodo que alguien pensara que tocar el trasero de alguien era lo más fácil de hacer. El hombre se alejó tan pronto como el muchacho le llamó la atención. La gente comenzaba a verles, por lo que Calliope le tomó del brazo y le jaló con poca fuerza lejos de la multitud, para darle las gracias.—¡Gracias por ayudarme! Eh… ¿Te gustaría acompañarme por un helado o café? Como agradecimiento.— Murmuró, después de unos minutos de silencio.
Si vemos lo mucho que ha cambiado Calliope desde su primer encuentro con Odette, entonces puedes darte cuenta de cosas realmente interesantes. Ella intentando ser la persona que quería ser, sin preocuparse tanto por su prima o en ser como ella, las cosas eran mejores y más simples ahora que había decidido eso. Sin duda se sentía más cómoda, cuando encontrara su estilo real, podría enfrentarse a Odette y cantar con ella o contra ella, demostrarle que podía ser la mejor sin pensar tanto en ser la mejor.
—Me haría feliz si aceptara.— Se rascó la frente con algo de nerviosismo.—Eh, soy Calliope.— Se presentó tan pensarlo un rato.
—Si, estoy bien.— Pero, tenía el ceño fruncido, como si no pudiese creer lo que estaba pasando en ese momento, después de todo era un hombre que le estaba tocando… No era justo que le sucedieran esas cosas solamente por ser mujer. —¿Usted se encuentra bien? Realmente no fue mi intención empujarle.— Se ruborizó y miró hacia otro sitio intentando contener las ganas de golpear al otro sujeto. Pues, bueno, era incómodo que alguien pensara que tocar el trasero de alguien era lo más fácil de hacer. El hombre se alejó tan pronto como el muchacho le llamó la atención. La gente comenzaba a verles, por lo que Calliope le tomó del brazo y le jaló con poca fuerza lejos de la multitud, para darle las gracias.—¡Gracias por ayudarme! Eh… ¿Te gustaría acompañarme por un helado o café? Como agradecimiento.— Murmuró, después de unos minutos de silencio.
Si vemos lo mucho que ha cambiado Calliope desde su primer encuentro con Odette, entonces puedes darte cuenta de cosas realmente interesantes. Ella intentando ser la persona que quería ser, sin preocuparse tanto por su prima o en ser como ella, las cosas eran mejores y más simples ahora que había decidido eso. Sin duda se sentía más cómoda, cuando encontrara su estilo real, podría enfrentarse a Odette y cantar con ella o contra ella, demostrarle que podía ser la mejor sin pensar tanto en ser la mejor.
—Me haría feliz si aceptara.— Se rascó la frente con algo de nerviosismo.—Eh, soy Calliope.— Se presentó tan pensarlo un rato.
Calliope J. Chrysomallis
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Recordemos un detalle: aquel chico de apariencia tan inusual por la cantidad de tiritas y vendas que escondían parcialmente su frágil y casi translúcida piel, era completamente nulo en el trato social. Nulo era quedarse corto, podía ser un genio debido al CI que poseía, pero aquello no le hacía un genio en todos los aspectos. Y ese, el trato humano, se le escapaba. Lo poco que pudiera saber, era por lectura sobre psicología, protocolo social y las 'regañinas' que su hermana pudiera darle respecto a su manera de actuar. Únicamente eso.
Por esa misma causa, al ser arrastrado por decirlo de alguna manera por aquella joven, se dejó llevar mientras la observaba con una analítica curiosidad brillando en sus claros orbes celestes. Pero lo que era una simple curiosidad pasó a ser intriga al escucharla de ir a tomar algo como agradecimiento. ¿Agradecimiento? ¿De qué? Él no la había ayudado...¿o no había sido así? Lo único que recordaba era ver como ese hombre parecía haber huido ante sus palabras que habían sido dichas con toda la ingenuidad del mundo por parte de aquel peculiar chico.- ¿Te he ayudado? -acabó por preguntar con una clara duda, aun cuando su rostro aún parecía una neutra y hermosa máscara de porcelana ataviada por alguna tirita. Pero ante las siguientes palabras de aquella chica, ladeó un tanto su rostro, causando que los lacios mechones de aquel oscuro azul se balancearan suavemente. ¿La haría feliz?- ¿Por esa simple causa serías feliz? Debes ser una chica satisfecha con tu vida entonces -claro, según su razonamiento una persona que fuera feliz desde el punto de vista más analítico solo por tomar algo con alguien, debía de ser alguien bastante conformista. Y mientras pronunciaba esa pregunta, se inclinó un poco hacia ella al escuchar esa escueta presentación.
Por supuesto, Christian fue a su bola según su único y racional sentido 'común'.- Calliope... peculiar nombre. ¿Eres cantante? -inquirió de golpe, observándola fijamente unos instantes con aquellos rasgados orbes que poseía antes de cerrar su mirada y volver a erguirse- Es un nombre adecuado para una cantante, ya que procede de una musa griega y su significado es 'voz bella' -entonces, abrió sus orbes que seguían pareciendo distantes e indiferentes a pesar de todo. En todo caso, lo único que los caracterizaba en ese momento era una genuina curiosidad. Pero tras unos instantes en los que miró aquella bolsa de papel en la que llevaba su nueva adquisición, acabó por asentir suavemente con su cabeza.- Esta bien. ¿Qué quieres tomar? -y con esa simple indicación, volvió a mirarla. Total...no tenía nada que hacer en ese momento.
Por esa misma causa, al ser arrastrado por decirlo de alguna manera por aquella joven, se dejó llevar mientras la observaba con una analítica curiosidad brillando en sus claros orbes celestes. Pero lo que era una simple curiosidad pasó a ser intriga al escucharla de ir a tomar algo como agradecimiento. ¿Agradecimiento? ¿De qué? Él no la había ayudado...¿o no había sido así? Lo único que recordaba era ver como ese hombre parecía haber huido ante sus palabras que habían sido dichas con toda la ingenuidad del mundo por parte de aquel peculiar chico.- ¿Te he ayudado? -acabó por preguntar con una clara duda, aun cuando su rostro aún parecía una neutra y hermosa máscara de porcelana ataviada por alguna tirita. Pero ante las siguientes palabras de aquella chica, ladeó un tanto su rostro, causando que los lacios mechones de aquel oscuro azul se balancearan suavemente. ¿La haría feliz?- ¿Por esa simple causa serías feliz? Debes ser una chica satisfecha con tu vida entonces -claro, según su razonamiento una persona que fuera feliz desde el punto de vista más analítico solo por tomar algo con alguien, debía de ser alguien bastante conformista. Y mientras pronunciaba esa pregunta, se inclinó un poco hacia ella al escuchar esa escueta presentación.
Por supuesto, Christian fue a su bola según su único y racional sentido 'común'.- Calliope... peculiar nombre. ¿Eres cantante? -inquirió de golpe, observándola fijamente unos instantes con aquellos rasgados orbes que poseía antes de cerrar su mirada y volver a erguirse- Es un nombre adecuado para una cantante, ya que procede de una musa griega y su significado es 'voz bella' -entonces, abrió sus orbes que seguían pareciendo distantes e indiferentes a pesar de todo. En todo caso, lo único que los caracterizaba en ese momento era una genuina curiosidad. Pero tras unos instantes en los que miró aquella bolsa de papel en la que llevaba su nueva adquisición, acabó por asentir suavemente con su cabeza.- Esta bien. ¿Qué quieres tomar? -y con esa simple indicación, volvió a mirarla. Total...no tenía nada que hacer en ese momento.
Christian Hansson
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Parecía alguien complicado de conocer. En realidad, Calliope pensó que necesitaba demostrar que estaba agradecida. Necesitaba comenzar con todos los cambios que llevaría a cabo consigo mismo. Ya no quería ser la misma persona egoísta cuya prima lo odiaba, ya no quería ser la misma persona que era antes. Ahora quería intentar algo diferente y después de verse completamente humillada con su música. Había vuelto de nuevo a sus orígenes. Y eso le gustaba, no saber si le iba a gustar a alguien la nueva música que iba a publicar, las nuevas canciones que iba a escribir, la verdad es que estaba completamente a oscuras con todo lo referente a la música. Esperaba estar tomando la decisión correcta. Entonces, la nueva Calliope iba a intentar interactuar con otras personas, ser un poco más feliz y dejar de pensar en todas las cosas que la hacían sentir infeliz. Dejó escapar un suspiro, pero estaba segura de que iba a insistir todo lo que fuera necesario insistir hasta que él aceptara ir a tomar un café o algo así.
La pregunta del joven quizás le sacó un poco de foco. Bueno, no esperaba que ella aceptara automáticamente para salir con ella, de hecho era solamente algo sano y bueno intentar hacer algo por la gente que había hecho algo por ella, la verdad es que no entendía porque tantas dudas. Si había un grave problema de acoso en el mundo. ¡A ninguna mujer le gustaría ser acosada! Pero, en fin, tuvo que pensar muy bien en que iba a decir porque seguramente el chico no había tenido relación con algún tipo de persona en su vida y no quería ser una mala impresión para su primera vez.
—Aunque no lo creas, sí.— Expresó, estaba intentando ser lo más abierta y lenta con su explicación, porque a veces era demasiado intensa o tenía demasiada poca paciencia y al final terminaba arruinando las cosas.—El acoso se da en todas partes, pero son pocas las personas capaces de defender a alguien.— Expresa rápidamente, no está satisfecha con su vida, pero la verdad no entiende que es lo que es tan complicado de entender para este sujeto. ¿Cuál es el problema?— Si te agradezco es porque me sentí ultrajada. Y pensé que nadie me ayudaría, solo gracias, entonces.— Realmente quiere cambiar, pero es algo complicado cuando no sabes cómo tratar a la persona con la que hablas. Seguramente, Thea sabría qué hacer.
Sus mejillas se ruborizaron debido a tal grado, no estaba acostumbrada a que le dieran cumplidos como ese. Aunque no conocía mucho al chico, estaba casi segura de que esa persona no lo hacía con ningún tipo de intención doble. Solamente lo decía porque recordaba algo sobre eso. Le gustaban las personas inteligentes que hacían ese tipo de comentarios en cualquier momento, siempre eran interesantes. Y siempre decían cosas que eran aun más inteligentes, aunque ella sabía el significado de su nombre y el motivo por el que se lo pusieron, aun así se había ruborizado y no entendía bien porque. Sin embargo, escuchar que el chico accedía le había devuelto a sonrisa energética al rostro.
—Un chocolate o un café, lo que sea bueno para iniciar un libro.— Mostró una sonrisa y le miró alegre, empezaría una nueva amistad o al menos lo intentaría.—¿Qué libro compraste?— cuestionó con una leve sonrisa.
La pregunta del joven quizás le sacó un poco de foco. Bueno, no esperaba que ella aceptara automáticamente para salir con ella, de hecho era solamente algo sano y bueno intentar hacer algo por la gente que había hecho algo por ella, la verdad es que no entendía porque tantas dudas. Si había un grave problema de acoso en el mundo. ¡A ninguna mujer le gustaría ser acosada! Pero, en fin, tuvo que pensar muy bien en que iba a decir porque seguramente el chico no había tenido relación con algún tipo de persona en su vida y no quería ser una mala impresión para su primera vez.
—Aunque no lo creas, sí.— Expresó, estaba intentando ser lo más abierta y lenta con su explicación, porque a veces era demasiado intensa o tenía demasiada poca paciencia y al final terminaba arruinando las cosas.—El acoso se da en todas partes, pero son pocas las personas capaces de defender a alguien.— Expresa rápidamente, no está satisfecha con su vida, pero la verdad no entiende que es lo que es tan complicado de entender para este sujeto. ¿Cuál es el problema?— Si te agradezco es porque me sentí ultrajada. Y pensé que nadie me ayudaría, solo gracias, entonces.— Realmente quiere cambiar, pero es algo complicado cuando no sabes cómo tratar a la persona con la que hablas. Seguramente, Thea sabría qué hacer.
Sus mejillas se ruborizaron debido a tal grado, no estaba acostumbrada a que le dieran cumplidos como ese. Aunque no conocía mucho al chico, estaba casi segura de que esa persona no lo hacía con ningún tipo de intención doble. Solamente lo decía porque recordaba algo sobre eso. Le gustaban las personas inteligentes que hacían ese tipo de comentarios en cualquier momento, siempre eran interesantes. Y siempre decían cosas que eran aun más inteligentes, aunque ella sabía el significado de su nombre y el motivo por el que se lo pusieron, aun así se había ruborizado y no entendía bien porque. Sin embargo, escuchar que el chico accedía le había devuelto a sonrisa energética al rostro.
—Un chocolate o un café, lo que sea bueno para iniciar un libro.— Mostró una sonrisa y le miró alegre, empezaría una nueva amistad o al menos lo intentaría.—¿Qué libro compraste?— cuestionó con una leve sonrisa.
Calliope J. Chrysomallis
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Claro, quizás ahí las personalidades de tanto el extraño chico como el de la joven pudieran chocar un poco, pero, realmente debido a que Christian no se percataba de aquello, lo dejaba pasar como 'peculiaridades' de una conversación y punto. Pero dejarlo como peculiaridades no quitaba el hecho de que...ese chico era muy curioso. Mucho. Quizás demasiado, algún día se metería en verdaderos líos y confirmaría la conocida expresión de "La curiosidad mató al gato".
Y por esa curiosidad fue que, ante la explicación de aquella joven de claro cabello rubio, causó que ladeara un tanto su rostro mientras la observaba fijamente, como si con eso realmente fuera a encontrar las respuestas a sus intrigas.- Entiendo... en ese caso, debí de salvarte inconscientemente. No me percaté de que eso fuera acoso y solo le pregunté a aquel hombre algo por curiosidad. Que se pudiera sentir avergonzado o culpable de sus actos no entraba en las posibles reacciones que creí posibles -acabó por pronunciar con absoluta calma, como si únicamente estuviera exponiendo las pruebas de un experimento y resultaran ser inusuales.- A si que... no hace falta que agradezcas por algo que no hice conscientemente para ayudarte. Sería incongruente.
Y aun así, al ver como la chica se ruborizaba marcadamente y acababa por sonreír con ánimo hizo que la volviera a observar con curiosidad. Realmente...la parte del rubor no captó porque debía de ser, pero la sonrisa si le hizo pensar que realmente aquella chica estaba contenta por ir a tomar algo en su compañía. Eso...era poco inusual, generalmente la gente se cansaba de su actitud o directamente no se atrevían a acercarse, a excepción, claramente, de su hermana que también, a pesar de todo, parecía entretenerse en su compañía.
- Está bien. Primero busquemos una cafetería en ese caso- acabó por asentir suavemente con su cabeza y, así, comenzar a caminar con calma mientras su rasgada mirada celeste comenzaba a rondar para encontrar algún bar cerca del mercado de libros. Pero, no tardó demasiado en mirar a aquella chica al escuchar la pregunta que le había formulado - La saga 'Millenium' del autor Stieg Larsson.
Y por esa curiosidad fue que, ante la explicación de aquella joven de claro cabello rubio, causó que ladeara un tanto su rostro mientras la observaba fijamente, como si con eso realmente fuera a encontrar las respuestas a sus intrigas.- Entiendo... en ese caso, debí de salvarte inconscientemente. No me percaté de que eso fuera acoso y solo le pregunté a aquel hombre algo por curiosidad. Que se pudiera sentir avergonzado o culpable de sus actos no entraba en las posibles reacciones que creí posibles -acabó por pronunciar con absoluta calma, como si únicamente estuviera exponiendo las pruebas de un experimento y resultaran ser inusuales.- A si que... no hace falta que agradezcas por algo que no hice conscientemente para ayudarte. Sería incongruente.
Y aun así, al ver como la chica se ruborizaba marcadamente y acababa por sonreír con ánimo hizo que la volviera a observar con curiosidad. Realmente...la parte del rubor no captó porque debía de ser, pero la sonrisa si le hizo pensar que realmente aquella chica estaba contenta por ir a tomar algo en su compañía. Eso...era poco inusual, generalmente la gente se cansaba de su actitud o directamente no se atrevían a acercarse, a excepción, claramente, de su hermana que también, a pesar de todo, parecía entretenerse en su compañía.
- Está bien. Primero busquemos una cafetería en ese caso- acabó por asentir suavemente con su cabeza y, así, comenzar a caminar con calma mientras su rasgada mirada celeste comenzaba a rondar para encontrar algún bar cerca del mercado de libros. Pero, no tardó demasiado en mirar a aquella chica al escuchar la pregunta que le había formulado - La saga 'Millenium' del autor Stieg Larsson.
Christian Hansson
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
De acuerdo, ahora actuaría como en realidad era y esperaba que pudieran tener algún tipo de amistad en el futuro, aunque en realidad se veía difícil para alguien como Calliope. Ese chico era demasiado diferente, se atrevía a decir que era un poco serio y quizás tímido, aunque algo dentro de ella le decía que solamente era muy raro. Quizás tendría que vivir con ello. Dejó escapar un suspiro y mejor metió en su boca uno de sus dedos, se sentía extrañamente nerviosa, como si estuviera coqueteando con alguien, cosa que claramente no estaba haciendo. Sacudió la cabeza y volteó a mirar al chico. ¿Se estaría viendo desesperada o parecería que estaba coqueteando con él? Diablos, esperaba que no. Igualmente, ese chico no parecía captar rápido la situación, así que sería extraño que pensara que estaba intentando algo, y claro que no era de esa forma. Calliope no haría algo así, su sentido de la coquetería estaba muy muerto.
Dejo de divagar al respecto, era una tontería. El chico era bastante inocente para entender la locura humana. Eso le causaba ternura, pero prefirió no decir nada para no hacerle tener más preguntas al respecto. Calliope nunca había sido la persona más paciente y temía gritarle al chico si le hacía molestar demasiado. No es que fuera a hacerlo, no después de prometerse que iba a cambiar esa mentalidad que tenía que gritarle a todo el mundo por todo lo que sucedía en su vida. ¿Quién sería si le gritaba?
—Bueno, pero viendo el otro lado, sino hubieras dicho nada inconscientemente, ese hombre habría recibido un golpe y sin testigos, tal vez me habría ido mal.—Murmuro, pero no quiso continuar con el tema que estaban llevando, estaban dando vueltas en círculos y Calliope no tenía mucha paciencia. ¿Por qué se veía taaan fácil hacer amigos en la realidad? ¿Estaba pensando en la posibilidad de ese chico como su amigo? Diablos, sí que era complicado. Quizás no tenía talento para aquello.—Solo acepta mi propuesta.— Se maldijo en secreto, casi sentía y escuchaba a su prima Thea diciéndole al oído cuan infantil era al exigir que le hicieran caso. Quizás Dante tenía razón y estaba obsesionada con Thea. Se maldijo de nuevo, no quería estar obsesionada con ella, de todas las personas, era vergonzoso.
Le tomó del brazo suavemente, para jalarlo directo al café que había mencionado. Podría comprarle un café y conseguirse un buen helado de vainilla o alguna cosa por el estilo, solamente esperaba estar haciendo algo bueno y no invasivo a la privacidad de aquel chico. A Calliope le parecía entretenida y diferente la forma en la que este reaccionaba, incluso le causaba algo de curiosidad que era lo que significaba su ausencia de “consciencia”. Le jaló hasta entrar en el café, pensando en si alguna vez había leído la saga de la que el joven le habló, al no haberle preguntado que compró ella o si lo había leído dudó en contestarle. No era necesario.
Le jaló hasta una mesa y llamó la atención de un mesero chasqueando los dedos. Solamente necesitaba el menú.
—Como yo te invite, entonces yo pagaré, ¿correcto?— Cuestionó, ligeramente curiosa.
Dejo de divagar al respecto, era una tontería. El chico era bastante inocente para entender la locura humana. Eso le causaba ternura, pero prefirió no decir nada para no hacerle tener más preguntas al respecto. Calliope nunca había sido la persona más paciente y temía gritarle al chico si le hacía molestar demasiado. No es que fuera a hacerlo, no después de prometerse que iba a cambiar esa mentalidad que tenía que gritarle a todo el mundo por todo lo que sucedía en su vida. ¿Quién sería si le gritaba?
—Bueno, pero viendo el otro lado, sino hubieras dicho nada inconscientemente, ese hombre habría recibido un golpe y sin testigos, tal vez me habría ido mal.—Murmuro, pero no quiso continuar con el tema que estaban llevando, estaban dando vueltas en círculos y Calliope no tenía mucha paciencia. ¿Por qué se veía taaan fácil hacer amigos en la realidad? ¿Estaba pensando en la posibilidad de ese chico como su amigo? Diablos, sí que era complicado. Quizás no tenía talento para aquello.—Solo acepta mi propuesta.— Se maldijo en secreto, casi sentía y escuchaba a su prima Thea diciéndole al oído cuan infantil era al exigir que le hicieran caso. Quizás Dante tenía razón y estaba obsesionada con Thea. Se maldijo de nuevo, no quería estar obsesionada con ella, de todas las personas, era vergonzoso.
Le tomó del brazo suavemente, para jalarlo directo al café que había mencionado. Podría comprarle un café y conseguirse un buen helado de vainilla o alguna cosa por el estilo, solamente esperaba estar haciendo algo bueno y no invasivo a la privacidad de aquel chico. A Calliope le parecía entretenida y diferente la forma en la que este reaccionaba, incluso le causaba algo de curiosidad que era lo que significaba su ausencia de “consciencia”. Le jaló hasta entrar en el café, pensando en si alguna vez había leído la saga de la que el joven le habló, al no haberle preguntado que compró ella o si lo había leído dudó en contestarle. No era necesario.
Le jaló hasta una mesa y llamó la atención de un mesero chasqueando los dedos. Solamente necesitaba el menú.
—Como yo te invite, entonces yo pagaré, ¿correcto?— Cuestionó, ligeramente curiosa.
Calliope J. Chrysomallis
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Y en un visto y no visto, se vio arrastrado hacia la cafetería pero sin dar signos de que esa impulsiva actitud de ella pudiera resultarle incómoda o invasiva. Realmente no le importaba aquello, incluso le resultaba curioso que, directamente, le llevase a donde ella quisiera. En el fondo se acabó acordando de su hermana cuando le tenía que sujetar del brazo para no chocarse con nada cuando iba entretenido con alguno de sus pasatiempos, desde poder estar leyendo desde el móvil hasta estar jugando a alguna cosa en el mismo. Eso sumado a que él si se golpeara no sentiría dolor...pues si, le importaba poco golpearse contra algo, era ya inércico.
Una vez dentro de la cafetería, aun siendo como quien dice, arrastrado hasta una de las mesas libres y una vez fue él mismo libre de las acciones de esa chica de claros cabellos platinos, simplemente se acomodó mientras retiraba la chaqueta nórdica y la dejaba en el asiento a su lado libre junto con la bolsa que contenía aquella saga de libros. Y entonces, fue cuando alzó su rasgado mirar celeste para fijarlo en los orbes de la chica. Ahora que lo recordaba...- Mi nombre es Christian. No lo dije antes, me distraje pensando en el significado de tu nombre y se me pasó por alto presentarme. ¿Es parte del protocolo social, no? -inquirió lo último mientras ladeaba su rostro un tanto a un lado, causando que los oscuros cabellos se balancearan suavemente a ambos lados de su rostro, aun cuando la coleta que llevaba a un lado dejaba el ultramar cabello en contraste directo con la camisa a rayas blancas y negras que llevaba.
Pero ante el ofrecimiento de ella, parpadeó levemente, aún manteniendo una serena actitud fácilmente confundible con indiferencia, y prosiguió a hablar:- Si crees que es correcto, adelante. Hay muchos tipos de protocolos culturales que dirían que no sería así, pero no negaré ninguno de ellos. -Asintió suavemente con su cabeza mientras dejaba reposar sus antebrazos en la superficie de la mesa, pudiendo verse las manos que una de ellas, la izquierda, estaba prácticamente vendada todo el dorso y la derecha se encontraba con varias tiritas. Y al ver acercarse al camarero que previamente había puesto en aviso la que parecía ser ahora su acompañante, fue cuando se decantó por desviar su mirada del rostro de ella hacia el hombre que se les había acercado y ya preguntaba por los pedidos.- Un chocolate caliente con dos azucarillos y un vaso de agua, por favor -respondió con calma y cortesía, una que más que conocerla, era por el hábito de los años.
Una vez dentro de la cafetería, aun siendo como quien dice, arrastrado hasta una de las mesas libres y una vez fue él mismo libre de las acciones de esa chica de claros cabellos platinos, simplemente se acomodó mientras retiraba la chaqueta nórdica y la dejaba en el asiento a su lado libre junto con la bolsa que contenía aquella saga de libros. Y entonces, fue cuando alzó su rasgado mirar celeste para fijarlo en los orbes de la chica. Ahora que lo recordaba...- Mi nombre es Christian. No lo dije antes, me distraje pensando en el significado de tu nombre y se me pasó por alto presentarme. ¿Es parte del protocolo social, no? -inquirió lo último mientras ladeaba su rostro un tanto a un lado, causando que los oscuros cabellos se balancearan suavemente a ambos lados de su rostro, aun cuando la coleta que llevaba a un lado dejaba el ultramar cabello en contraste directo con la camisa a rayas blancas y negras que llevaba.
Pero ante el ofrecimiento de ella, parpadeó levemente, aún manteniendo una serena actitud fácilmente confundible con indiferencia, y prosiguió a hablar:- Si crees que es correcto, adelante. Hay muchos tipos de protocolos culturales que dirían que no sería así, pero no negaré ninguno de ellos. -Asintió suavemente con su cabeza mientras dejaba reposar sus antebrazos en la superficie de la mesa, pudiendo verse las manos que una de ellas, la izquierda, estaba prácticamente vendada todo el dorso y la derecha se encontraba con varias tiritas. Y al ver acercarse al camarero que previamente había puesto en aviso la que parecía ser ahora su acompañante, fue cuando se decantó por desviar su mirada del rostro de ella hacia el hombre que se les había acercado y ya preguntaba por los pedidos.- Un chocolate caliente con dos azucarillos y un vaso de agua, por favor -respondió con calma y cortesía, una que más que conocerla, era por el hábito de los años.
Christian Hansson
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Re: Rock, scissors, paper [Priv. Calliope]
Reconocía que la mayoría del tiempo arrastraba a la gente hacia ella. Se sentía un poco sofocada, pero entendía que siempre lo hacía con la mejor intención, pero sin ánimos de ofender. Solamente quería cambiar, ¿era eso tan complicado? Desde la última vez que vio a Thea decidió que iba a hacer las cosas bien, que iba a dejar de ser como su prima la recordaba, aquella chiquilla malcriada, ya había muerto. Le había arrastrado dentro de la cafetería, el chico se había dejado mover, se habían sentado de inmediato. El chico se presentó con ella, recordaba haberse presentado últimamente, se ruborizó un poco por el comentario del chico con su nombre. Era interesante, aunque despistado, era realmente lindo.
—Christian es un nombre lindo. ¿Puedo llamarte Chris?— Cuestiona mirándole con una sonrisa de oreja a oreja, se encuentra un poco más tranquila.—Bueno, si es parte del protocolo social, pero no pasa nada si te saltas el paso.— Mencionó, ligeramente pensativa, pero con la misma sonrisa de felicidad en el rostro.—….— Se quedó en silencio, observándole, ese chico era del tipo de chico en el que Calliope nunca se fijaría, ni siquiera para hablarle. Se quedaría en silencio, alejada de él, porque no era propio que le hablara a alguien como él. Lo sabía porque ella siempre fue muy superficial. Pero aprovechando la oportunidad y analizando a aquel chico, se daba cuenta de que era lindo y que si se arreglara más, habría más de una chica interesada en él.
No se había dado cuenta de que el mesero había llegado y que ella seguía viendo al muchacho como si fuera la octava maravilla del mundo. Sus mejillas e ruborizaron, un poco, luego sacudió la cabeza, mostrando una débil sonrisa. Necesitaba volver al mundo real, sentía que se perdía mucho cuando escrudiñaba a la gente. Calliope no era del tipo de persona que se perdiera viendo a otros, pero había que reconocer que había un diamante en bruto en ese chico. Se preguntaba cuál era su especialidad en la academia. Parecía gustarle leer, quizás era de literatura.
—Puede traerme un té de manzana y canela, por favor. Y una rebanada de pay de manzana.— Mostró una sonrisa revelando los dientes, ella sabía cómo ser tierna y angelical. No significaba eso que lo fuera, al menos no del todo. Miro al chico, con algo de nerviosismo. No tardó en tranquilizarse, parecía que no había notado que ella le miraba con insistencia. —¿Estás en literatura? ¿En la academia?— Cuestionó, y en pocos segundos estaba apuntando su pecho con el pulgar.—¡Yo voy en actuación!— Exclamo casi de golpe, con mucha pasión.—Disculpa, ¿eso fue muy fuerte?— Sus mejillas se ruborizaron, especialmente al notar las miradas sobre ella.
—Christian es un nombre lindo. ¿Puedo llamarte Chris?— Cuestiona mirándole con una sonrisa de oreja a oreja, se encuentra un poco más tranquila.—Bueno, si es parte del protocolo social, pero no pasa nada si te saltas el paso.— Mencionó, ligeramente pensativa, pero con la misma sonrisa de felicidad en el rostro.—….— Se quedó en silencio, observándole, ese chico era del tipo de chico en el que Calliope nunca se fijaría, ni siquiera para hablarle. Se quedaría en silencio, alejada de él, porque no era propio que le hablara a alguien como él. Lo sabía porque ella siempre fue muy superficial. Pero aprovechando la oportunidad y analizando a aquel chico, se daba cuenta de que era lindo y que si se arreglara más, habría más de una chica interesada en él.
No se había dado cuenta de que el mesero había llegado y que ella seguía viendo al muchacho como si fuera la octava maravilla del mundo. Sus mejillas e ruborizaron, un poco, luego sacudió la cabeza, mostrando una débil sonrisa. Necesitaba volver al mundo real, sentía que se perdía mucho cuando escrudiñaba a la gente. Calliope no era del tipo de persona que se perdiera viendo a otros, pero había que reconocer que había un diamante en bruto en ese chico. Se preguntaba cuál era su especialidad en la academia. Parecía gustarle leer, quizás era de literatura.
—Puede traerme un té de manzana y canela, por favor. Y una rebanada de pay de manzana.— Mostró una sonrisa revelando los dientes, ella sabía cómo ser tierna y angelical. No significaba eso que lo fuera, al menos no del todo. Miro al chico, con algo de nerviosismo. No tardó en tranquilizarse, parecía que no había notado que ella le miraba con insistencia. —¿Estás en literatura? ¿En la academia?— Cuestionó, y en pocos segundos estaba apuntando su pecho con el pulgar.—¡Yo voy en actuación!— Exclamo casi de golpe, con mucha pasión.—Disculpa, ¿eso fue muy fuerte?— Sus mejillas se ruborizaron, especialmente al notar las miradas sobre ella.
Calliope J. Chrysomallis
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