Luces, cámara... ¡acción! El terror es buena propaganda [Priv. Larrence]

por **Andrew Luhrmann** Lun Mayo 04, 2015 8:29 pm

Bien, ahí había un pequeño problema… ¿cómo demonios se había jugado la vida y en gran parte su cabeza de esa manera? Es decir… el guitarrista estaba segurísimo que por donde había pisado era seguro y estable. ¿Por qué se había desarmado de golpe haciendo que cayera sobre un montón de escombros? Bien… comencemos desde un inicio mejor:

En la apretada agenda que los productores y managers le imponían, o les imponían, ya que en sí era al grupo entero supuestamente, ese día nublado se había decidido que sería aprovechado para sacar una sesión de fotos en un monasterio abandonado que se encontraba en aquella isla Mediterránea donde se encontraba de manera supuestamente fija la banda. Al parecer, el ambiente lúgubre y oscuro del lugar podría ser el idóneo para sacar fotos a los componentes de ese grupo para aprovecharlas en el próximo disco que iban a sacar. Claro, todo parecía ideal y correcto, pero había un pequeño problema: Al guitarrista no le gustaba nada que lo maquillaran. Y en esa ocasión, para aquellas fotos, el estilismo y maquillaje eran completamente necesarios. Así que todo el mundo sabía lo que significaba eso, para desgracia de ellos... y eso era tener que atrapar al de cobriza cabellera. ¿Infantil? Tal vez… pero cuando algo no gusta y encima te reprochan por ello, a veces lo más eficaz es hacer una retirada estratégica. Y efectivamente, eso fue lo que ocurrió.

Tras liberarse de las ‘garras’ de las pobres maquilladoras que tenían que lidiar con ese torbellino andante, el joven australiano sencillamente se dirigió en una ligera carrera por el interior del oscuro y destartalado lugar, pero al dejar de percibir ruidos, ralentizó su marcha. ¡Vaya! Ese lugar realmente era enorme, y eso que desde fuera no lo parecía… Por eso, con cierta curiosidad, comenzó a andar por la zona, mas cuando su purpúrea mirada se encontró con unas escaleras que le podrían llevar a ver más lugares de aquel peculiar lugar, una sonrisa animada acudió a su rostro. ¿Miedo? Por supuesto que no, por eso mismo fue por lo que comenzó a subir por los chirriantes escalones. Mas un crujido le hizo dudar en cuanto llegó al piso superior ¿Y si se rompía? El problema fue cuando decidió volver por donde había venido. Si, efectivamente, en vez de desarmarse el piso superior, lo que se acabó por destartalar fueron los escalones. El primero fue capaz de evitarlo una vez crujió y se rompió, ya que sus reflejos eran bueno. El problema fue cuando, tras esquivar ese escalón, cedió aquel en el que se había apoyado. Un estruendo sumado a su propia exclamación de sorpresa fueron los indicantes del suceso, y posteriormente, el golpe sordo de su cuerpo caer contra el suelo fue el que indicó el resultado de dicho suceso.- Ay… que golpe… -se quejó mientras se intentaba incorporar un poco, frotando su lumbar con una de sus manos, ya que era la zona más maltratada por la caída. Anda que… vaya manera de empezar la jornada laboral… Aunque realmente se lo había buscado él… ¿el karma?

por **Larrence O'Brian** Sáb Mayo 16, 2015 12:53 pm

El blitz de la cámara causó que entrecerrara sus ojos y aquello, fue el motivo de un reprocho y aquél usual: "Una vez más". Lo que aquellos estúpidos sujetos no entendían, era que los seres humanos por inercia cerraban los ojos ante una fuerte luz y, eso era precisamente lo que le estaban obliigando hacer: Permanecer con los ojos abiertos ante el blitz de la cámara, cuando su entorno era totalmente oscuro. ¿Quizás el vocalista estuviera demasiado caprichoso? Eso seguro, aquél día más de los otros y, eso ya era extraño. Entreabrió sus labios y dejó que un sonoro suspiro escaparan de estos. Sin pronunciar palabra se alejó hacia una de las sillas, dejando desconcertados a los fotógrafos que, aun no habían terminado con aquella tediosa sesión fotos. Tomó la botella de agua, le dio un sorbo y, con un despreocupado movimiento de la mano los saludó antes de irse y, que no piensen que los gritos y peticiones de los fotógrafos fueron escuchados. Como un Dios caprichoso que simplemente dejaba rogar a los demás, comenzó a vagar por los pasillos de aquél monasterio abandonado. ¿Y los fotógrafos? Debían de tener ya experiencia, les tocaría esperar y postponer aquella sesión fotos hasta que el cantante tuviera ganas de volver y dejara de lado, al menos momentáneamente, su caprichosa personalidad. Siempre, siempre sucedía lo mismo y, el tiempo de espera podía variar, ya sea media hora, como también algunas horas bien largas. Pero, obligarlo sería aun peor, lo más sensato, al menos cuando del peliverde se hablaba, era esperar que volviera por cuenta propria. Sí, volvía, pero, no se sabía cuando. Así era Larrence O'Brian y, las personas ya se habían acostumbrado a tratar con él, sabían que tan egoísta podía llegar a ser o, pensaban conocerlo lo suficiente, cosa, realmente equivocada pero, era lo que el mismo Larrence deseaba. De igual forma sabían que se subiría al escenario, sin importar lo mal que pudiera encontrarse, al escenario, subiría.

Pero, aquellas situaciones eran totalmente diferentes y, el susodicho de verdoso cabello realmente no se preocupaba de lo que los demás pudieran pensar de él, volvería cuando se le antojara y, terminaría lo que había empezado. ¿Por qué sufrir cuando Andy se había escapado vilmente de las maquilladoras? ¡Era de masoquistas! Apoyando una de sus manos en la puerta de madera se inclinó hacia el frente al escuchar un estruendo y, lo que vio causó que una lobuna sonrisa se posara sobre sus labios, un tanto cruel, divertida a la vez. Caminó al frente con seguridad, mientras sus lacios cabellos se balanceaban como una capa detrás de él. Paró a escasos metros del culpable de todo aquél estruendo y, de la destrucción, parcial, de aquél ya destruido monasterio. Mientras apoyaba una de sus manos en su cintura, se dispuso también a hablar:— Que lástima que las chicas no van a darme ningún premio por encontrarte y llevarte de regreso —Porque si lo hicieran, él ayudaría, solo para así poder ver la desesperada y lloriqueante mirada de Andy. ¿Un masoquista? Dejémoslo con que sus motivos eran mucho más extraños.— ¿Qué haces, Andrew? ¿Te contrataron para destruir el monasterio? —Miró hacia los rotos escalones y dibujó una pequeña mueca en sus labios. Ahora, no podrían subir hasta allí para ver que había de interesante.— Quizás los fantasmas te van a perseguir ahora por destruir su morada... —Dicho aquello se inclinó hacia delante, sonriendo de lado a lado, con diversión.— ¿Ya estás maldito? —No se molestó en ayudarlo a levantarse, habían cosas que, Larr no hacía sin motivo y, por muy cruel que sonara, ayudar al otro no era algo que haría. Simplemente se incorporó y, bajando su mano a un lado de su cuerpo, comenzó a andar hacia otro pasillo, cuidando de no tropezar con el desastre ajeno. ¡Era un monasterio y abandonado! ¡imposible que no encontrara algo entretenido allí!

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