(Libre) Descubriendo los alrededores.

por **Sakura Haruno** Miér Jul 27, 2016 5:39 am

Hace un par de semanas Sakura había llegado a la Isla y apenas unos días había llegado por fin a la Academia, sin embargo llego antes de que las clases comenzaran, así que tenia bastante tiempo libre.

Ese día se encontraba aburrida (mas de lo habitual), ya que aun no conocía a nadie y ni hablar de los alrededores, sin embargo ella aun tenia su mentalidad positiva. Sakura generalmente pasaba su tiempo leyendo o viendo alguna película. No obstante ese día ya estaba algo harta de su rutina. ¿Quien pasaba sus últimos días de vacaciones encerrada sin hacer absolutamente nada? bueno, al parecer solo ella. Se golpeo su frente con la palma de su mano algo molesta consigo misma y es que ya estaba cansada de su misma rutina, ademas quería conocer un poco los alrededores de la academia, lo único que se lo impedía era el miedo de no saber como regresar. No obstante ese día el miedo de perderse desapareció por completo y decidió dar un pequeño paseo. Había escuchado que cerca de la residencia de las chicas se encontraba un parque, no lo pensó mucho y salio con destino al parque, aunque claro, no sabia ciertamente donde se encontraba el parque. Sin importarle ese pequeño problema decidió ir a aventurarse un poco, si llegaba a olvidar el camino ya pediría ayuda a alguien.

No tardo mucho en llegar a su destino y se dio cuenta que a la redonda del parque se encontraba un mercado, un hotel, un restaurante, entre otro locales. Se sintió feliz por su nuevo descubrimiento y comenzó a caminar en el parque sin un rumbo fijo. -Que lindo- Dijo mientras observaba a un perro correr hacia su dueño. -Quizás al Sr. Burbujas le hubiera gustado venir, aunque lo mas seguro es que hubiera escapado.- Se sentó en una banca que se encontraba cerca de ella, decidió observar el parque y sus alrededores y así poder ir otra vez a explorar.

por **Krystal Lutz** Jue Ago 04, 2016 8:02 pm

¡Ya no! ¡Ya no podía más con todo esto!
Me detuve en seco y prácticamente me doblé sobre mí misma, apoyando las manos sobre las rodillas y jadeando con fuerza para recuperar algo de aliento. ¡Dios mío! ¿Dónde se había metido Shizu? Me tenía siguiéndola de un lado a otro y finalmente terminé por perderla, y me preocupaba un poco pues no tardaría en atardecer y no estaba muy segura de si sería capaz de encontrarla a tiempo antes de tener que regresar... Lancé un pesado suspiro y volví a incorporarme, mirando a mi alrededor con total desaliento. A esas horas el parque estaba lleno de personas que paseaban tranquilamente por los alrededores, de niños que se divertían a carcajadas en la zona de juegos, y de gente mayor ocupando los asientos públicos para contemplar el panorama con tranquilidad y darle de comer a las palomas. Una sonrisa asomó a mis labios mientras observaba el ambiente y pensando que aquella escena sería perfecta para plasmarla en un lienzo.
Inicé mi marcha una vez más, esta vez manteniendo un ritmo más relajado, y seguí buscando a mi alrededor por si lograba localizar a mi amiga en el trayecto. Me cuestionaba seriamente, preocupada, si aquella salida de la academia nos traería problemas... Cualquier cosa que se le ocurriera a Shizuka, auguraba un desastre en el que tarde o temprano me vería envuelta, así que preguntarme aquello no era tan descabellado... ¡¿Y si la habían secuestrado?! ¡¿Y si ahora estaba inconsciente, en una sala de operaciones clandestina, siendo asaltada por unos maleantes que deseaban vender sus órganos en el mercado negro?! Me llevé ambas manos al rostro con una expresión de total horror al imaginarme aquello. ¡Tenía que apurarme y rescatarla antes de que las dos estuviéramos en problemas!
Con la idea en mente, comencé de nuevo a correr... hasta que no me fijé en una pequeña piedra en medio del camino y tropecé. En mi baile entre caigo y no caigo... terminé cayendo sobre un banco ocupado por una chica de rosada cabellera, la cual sólo logré ver de reojo al mismo tiempo que caía sobre su regazo.
-¡Ay, ay, ay! -exclamé, haciendo una mueca y percatándome del caos que acababa de formar. Rápidamente me incorporé y comencé a hacer reverencias a modo de disculpa ante la extraña-, ¡lo siento muchísimo!

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