Adler R. Edelstein >ID

Empecemos por lo básico. Él se llama Adler, y será tu peor pesadilla. No, no, eso ha sonado terrible, ¿verdad? Empecemos de nuevo: Él es el Señor de las tinieblas, y te atormentará hasta en tus sueños más tranquilos.

“¿Adler amable?, ¡estás loco! Él es un condenado amante del dinero”

Sí,  responderían de esa forma. Todos conocen su lado calmo, pero como toda naturaleza afable, existe una terrible tempestad que esconde a ojos de los que considera respetables. No tiene ápice de encarar las cosas como son, nunca mentiría, y tampoco es que tenga remordimientos de decir sus pensamientos a cualquiera con un gélido matiz que acompaña. La verdad que él te dirá, dolerá y te calará los huesos, intentará decirte las cosas de una manera que acabes lastimado sin que te dañe físicamente. O estás de su lado, o estás en su contra. Pero su personalidad ha hecho que tenga más enemigos que aliados, dispuestos a deshacerse de una máquina que no tiene decencia en decir que te odia. Algunos pueden tomárselo medianamente bien, porque claro, hay personitas que tienen aires de grandeza y un orgullo muy grande para verse dañado, pero alto ahí, sólo hará tratos porque le interesa el dinero. La ambición puede ser mala y buena, lo sabe.

En su infancia se vio sometido a tener tendencias suicidas, depresión, ansiedad y otros trastornos con los que ahora convive hoy día, sus demonios internos de los cuales se enorgullece, si como oíste, no le molestaría decirte que es un demente porque es la realidad y la acepta. ¿Quién tuvo la culpa?, el ámbito familiar tan difícil que tuvo. Posee esquizofrenia, nunca quiso tratarla pero a ésta la considera su mejor y única amiga, la que la saca de apuros cuando quiere irse a un fantástico mundo que no sea la maldita tierra donde existen mugrosos seres humanos. ¡Ah!, olvide decirte que éste peculiar hombre es misántropo, una filosofía que sigue al pie de la letra, eso justifica su repulsivo y severo odio por todos. Una antipatía social de la que no muchos considerarán aceptable. Califica a la raza humana de "Un virus con putos zapatos". En múltiples ocasiones se refiere a sí mismo como «misántropo humanista». No es hipócrita, es satírico, se burla de todos y como suele decir:

“No hay peor hipócrita que el que odia la hipocresía. Todos somos hipócritas, el primer paso es admitirla.”

Atrevido, cínico, frío y persuasivo (no confundir con manipulador). Se muestra tal y como es frente a cualquiera, no hay excepciones. No sigue las normas morales de la sociedad, sigue las suyas. Es un completo asesino aunque ahora es una pérdida de tiempo para él (no quiere decir que haya dejado de lado sus institos de matar, porque sinceramente nunca se sabe cuando mata a uno de sus hombres o juega tiro al blanco), y el mundo es demasiado efímero para fijarse en un insecto que vive su vida rutinaria,  fingir una encantadora sonrisa, eso para él son personas hipócritas. Como él puede existir otro en el mundo, lo que lo diferencia, es que no le interesa tu existencia y no se pararía a discutir. Te odia a ti, y a todos, así que no tiene porque preocuparse. ¿Y por qué hablar de cosas absurdas como quién es mejor?, no, no, otro malgasto de tiempo. Es una pura suerte que se haya casado, ¿o un milagro? Pero hay motivos rebuscados para fomentar una boda. Dentro de él existe una parte “bondadosa” que sólo su mujer conoce, más, ni ella se salva de sus críticas.  

Celoso a puntos enfermizos y cruel cuando se le antoja. Claro, como dije, tiene algunos trastornos que lo vuelven un completo genio desequilibrado, sí, genio desequilibrado porque las pruebas indican que tiene un IQ por encima de 170, por ello siempre gusta de investigar, distraer su tediosa mente inestable. Ciencia o torturas, peces o mirar documentales. Dispuesto a secuestrar mujeres, ¡es un Hades!, ¡un Voldemort!, y un tiburón que huele la sangre a kilómetros ¿Qué no le tienes miedo?, no hay problema, una bala en la frente lo soluciona todo… ¡O mejor!, indiferencia, dicen que mata. Pero no lo hace raptos porqué sí, lo hace porque es su trabajo… Ucranianas, rusas, belgas, árabes, mujeres bonitas de las cuales usa para un fin provechoso: hacerlas famosas, volverlas prostitutas, bailarinas, actrices o simplemente venderlas a otras mafias. ¡Y todo por dinero!

Otro problema que tenemos con éste personaje: es estricto y perfeccionista. Le gusta tenerlo todo ordenado, pulcro, que todo sea puntual y rápido.  La vida se acaba, y no es alguien que sea muy paciente que digamos. Se exaspera, se pone ansioso, inquieto, intratable y despreciable. Bueno, ya es despreciable. ¿Mi consejo?,  será mejor que no lo veas mover el pie como si contase segundos... Es su estado de enojo por más que su rostro exprese una soberana inexpresión.

Datos extras:
— Rechaza el romero.
—Concurre a campeonatos de trineos en Alaska.
—Tiene un acuario de pirañas por mascotas, y un lindo husky llamado Okami.
> Aunque fue abusado, curiosamente no reuhuye al contacto físico.
—Guarda consigo una foto de su madre.
—Tiene una severa cicatriz en su hombro izquierdo del cual no quiere que nadie se atreva a tocar.
—Machista patriarcal
—En el sótano de su mansión en Idarion tiene una cámara de tortura.

                   Un hombre de belleza mística y atractiva, resultado de una combinación explosiva y misteriosa. Supone atraer la mirada femenina, por lo que no estará en desventaja en los cánones de belleza actual ante un bendecido —o maldecido— cuerpo escultural, por ende muchos pecan de envidia y frustración. Porque su cuerpo esbelto, opacado por los trajes caros, promueve la emoción lujuriosa, la pasional. Queda al criterio del espectador, si merece o no, una hermosa interpretación literaria.

     De cabellos azulinos, facciones impasibles y penetrantes ojos grises es lo que muchos llamarían “lo que no deberías probar ni tragar” porque más que un jugo dulce, un veneno embriagante para el ojo. Labios deliciosos, a veces humedecidos por un inconsciente movimiento de lengua —una maña inamovible—, por lo que entonces se ven perladas y apetitosas. Mejillas pálidas, con un cutis raso que se compara al tacto de un frío mármol.

      Voz susurrante, fría y racional, ¡pero su risa!, ella te hiela la piel. Petrifica el alma y la hace temblar, según el más cobarde. Y aún en el tono más condescendiente pretende sacudir los tuétanos en un glosario de palabras tortuosas y virulentas, capaces de infringir un daño emocional más que físico. Timbre seductor, sin duda varonil, un canto atractivo que arrastra a los pobres mártires a la perdición.  El único rasgo que podría compartir con su aparente animal espiritual, son los dientes filosos de tiburón, donde en una sonrisa reveladora, se apreciarán una dentadura puntiaguda y triangular.

Editando.