La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
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La brezza dell'amore
Una hermosa cena acompañada del rítmico sonido de las olas al morir en la costa
07:00 pm — Sábado
07:00 pm — Sábado
El sol lentamente se había ocultado tras la línea ilusoria del horizonte, trayendo consigo el ocaso. Un espectáculo que no muchos se perderían por su belleza y delicadeza y que, aunque se veía sentenciado a día con día repetirse, nunca era igual al día anterior ni al pasado a este. Único e irrepetible. El cielo poco a poco se tornaba de un azul más intenso, siendo este un tanto más notorio a lo alto mientras que en las cercanías del lugar donde el cielo y el océano se fundían hasta hacerse uno solo se podían apreciar retazos mucho más claros acompañados de nubles rosas y anaranjadas, negándose a abandonar la coloración que los rayos del sol crepuscular las había dotado. Tímidamente, una que otra estrella comenzaba a hacer acto de presencia, como si quisieran adueñarse del firmamento a sabiendas que muy pronto ese sería su escenario mientras la noche durara. La alta marea nocturna traía consigo un travieso oleaje que relamía la costa con un suave susurro constante que resultaba sumamente relajante y la brisa que les acompañaba, aunque refrescante al punto de ser necesario traer alguna prenda ligera encima de los hombros, no lo suficiente como para padecer de la sensación de frío. Y con esta idea en mente fue que los organizadores de este evento habían solicitado que la pareja próxima a llegar trajeran consigo como objeto un "chal" ideal para que lo usara tanto él como ella, que ellos mismos se habían encargado de proporcionarles y sin el cual no podrían acceder.
Para la ocasión se había rentado el bello chalé ubicado en uno de los extremos de la playa de la isla de Idarion, el cual fue acondicionado de manera que en el pórtico se dispusiera todo para una cena romántica: una mesa bellamente decorada con un pulcro mantel blanco, con los cubiertos preparados para dos. Un arreglo de flores aromáticas adornaba el centro y las servilletas de tela que habían sido manipuladas de tal manera para que adquirieran la figura de un cisne, reposaba cada una sobre su correspondiente plato. Un candelabro de plata con tres velas ya encendidas yacía a un lado del arreglo, a pesar de aún no anochecer del todo.
Y, al final del pórtico y muy cerca del barandal, allí donde se apreciaba la mejor de las vistas de la edificación y la brisa marina llegaba con candidez desde la playa, se había dispuesto un sofá columpio de madera, lo suficientemente amplio para albergar a dos personas con comodidad y acondicionado con mullidos cojines, para que los comensales de aquella velada pudieran disfrutar plácidamente del panorama que la playa ofrecía aquella noche después de cenar, sí así se les apetecía.
Todo estaba dispuesto, y aquel que les atendería mientras la cena durara esperaba pacientemente. Sólo faltaba a que los protagonistas de aquella especial velada hicieran acto de presencia.
Citas a ciegas - San Valentín en Idarion Terra
Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Os empezaré hablando del amor…
“El amor es todo. Que lindo es el amor, el amor te hace vibrar. No sabes lo que siento por ti, no sabes lo que significa amarte, no sabes lo que tu amor me ata. Y Nossa, nossa. Assim você me mata. ¿Cómo le explica usted a un extraterrestre que es el amor? Por eso, por eso se extinguieron los dinosaurios, por eso el Tiranosaurio Rex ya no camina, no camina porque no sentía amor.”
¿Qué bonito poema verdad? José María, eres un digno escritor de poesía. Y a ti, cita ciega (porque imagino que eres ciega), ¿qué me dices tú del amor? ¿Qué sabes acerca de él?, ¿qué tanto amaste?, ¿qué tanto la odias? ¿Conoces la pasión?, ¿la emoción de sumergirte en las llamaradas y no temer quemarte? Yo no sé que es el amor. Para mí es la peste, un virus malévolo que contagia y te enferma. Cala tus tuétanos y los hace temblar. Ya no comes, ya no eres independiente. Sólo dependes de ésa persona, la quieres y te entregas. Yo sé mucho porque he visto y estoy seguro, que yo amo a todos; también los odio. Es un sentimiento férreo que contamina mi espíritu porque yo no sé, lo desconozco. Pero así somos los humanos. Mi madre nunca me amó. No me enseñó a transmitir el lenguaje tan básico que debe ser inculcado por tu propia progenitora. Ella sólo me enseñó la parte más asquerosa de la humanidad. Y éso que era monja.
Hoy, seré sincero. Te contaré lo que quieras saber, abriré mi corazón… ¿De eso se trata, no? Pero, temo decir que una vez que me conozcas, vayas a correr y huir. Yo no soy una buena persona. Soy encantador, soy un galán, soy la perfección andante. ¡Vamos!, ¿quién podría resistirse a mi cuerpo de modelo y mi rostro photoshopeado? Oh yeah, baby. I’m your papasito sabrosito. Escucha… Es decir, lee,… Lo que sea. No beso en la primera cita. Si follo en la primera cita. A veces; a veces no. Todo un romántico excéntrico que dice lo que todos quieren oír. ¿Confiarás en mí? Yo te voy a decir que no lo hagas. Miento. Miento con todos mis dientes enjuagados con Listerine. Y sí confías, es porque yo te obligo a hacerlo. ¿Entiendes? Manipuló y disfrutó de fingir una falsa amistad… Pero, las mujeres se mojan las bragas cuando me ven pasar, ¿por qué negarlo? Y los hombres quieren imitarme, me envidian y los agarró por detrás para volverlos homosexuales. Ésa es la verdad.
Basta de introducciones, ya sabes algo, suficiente de mí. Estacioné la moto y tiré el casco a la mierda. Es decir, a la arena, of course. Manteniéndola cerca de nuestro encuentro. Es sábado, y yo los sábados, ¿sabes qué hago? Juego a la Playstation 3 y la X-box. Me ahorraré de describirte el paisaje, de eso ya se encargo otra fulana por mí. Acomodé mi chal hacía atrás. Estoy divino, lo sé. Porque, ¿cómo coño voy a pretender de olvidarme la pieza importante? Es cómo olvidar llevar papel higiénico al baño, please. Me fui acercando a la mesa próxima, escurriendo un poco mis mocasines dado que mantenían algo de arena. Vivo la vida loca, amore y visto como si fuera un rockero pero hoy vestía acorde a una salida formal. Con una camisa a rayas de Lacoste y un saco propio de Armani. No. No es alquilado el traje, es mío. Tengo dinero, y finjo ser pobre. Usaba también un perfume de Hugo Boss, unas gotitas y huelo a macho.
Entonces, me fijé en la nimiedad de las servilletas.
—Qué manera de joder. —Observé al fulanito que nos atendería—. Si nos vamos a limpiar la boca, ¿por qué hacer un cursi detallecito cómo ése? —Yo soy de detalles, pero éste es en extremo exagerado. Silbé ante la presencia del océano, estaba de puta madre la escena. Digna de una película rosada que nos hace vomitar arco iris. Volví al asunto de la mesa, y de manera improvisada, moví las servilletas para hacer un extraordinario corazón. Agarré una flor del jarrón y la sostuve en mi mano. Expectante.
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Minutos atrás había estado recargada en el barandal, con la mirada fija en el agua que reflejaba las estrellas del cielo. Contemplaba mi rostro como si no creyera que me perteneciera. No estaba muy segura de qué rayos hacía ahí. El viento agitaba mi cabello que, para la ocasión, había dejado suelto pero adornado con una flor de loto que parecía de cristal, justo a un lado de mi oreja izquierda. La joven en el agua deseaba estar en cualquier lugar, menos ahí.
Miré hacia la mesa. No entendía la razón de tanta formalidad. No entendía lo importante de esta fecha. Decidí irme.
Caminé con decisión en busca de la salida, pero después lo pensé. Por educación, esperaría a mi pareja. Unos cuantos minutos nada más, no toda la noche. Algo sonrojada, regresé sobre mis pasos.
Me detuve antes de llegar a la mesa. Mientras había caminado hacia la salida, un hombre pasó a mi lado. El perfume que se había puesto le hizo cosquillas a mi nariz, no le tomé importancia, pero ahora lo identificaba como aquel que estaba sentado en la mesa que yo observé antes.
Mis mejillas se colorearon rápido. En cuestión de segundos me formulé mil preguntas: ¿mi cabello estaba bien? ¿La flor no parecería demasiado pretensiosa? ¿Mi vestido blanco unos centímetros arriba de la rodilla sería aceptable? ¿Debí pintarme un poco más los labios? ¿El perfume floral que elegí fue el correcto?
Me mordí los labios. Obligué a mi mente a callar. Avancé, nerviosa.
Escuché su último comentario y sonreí. Me agradó.
-Es necesario por la simple razón de su naturaleza inútil.
Me quedé callada cuando fui consciente de que había pensado en voz alta.
-¿Hola?
Off: lamento la tardanza, prometo contestar máximo un día después (:
Miré hacia la mesa. No entendía la razón de tanta formalidad. No entendía lo importante de esta fecha. Decidí irme.
Caminé con decisión en busca de la salida, pero después lo pensé. Por educación, esperaría a mi pareja. Unos cuantos minutos nada más, no toda la noche. Algo sonrojada, regresé sobre mis pasos.
Me detuve antes de llegar a la mesa. Mientras había caminado hacia la salida, un hombre pasó a mi lado. El perfume que se había puesto le hizo cosquillas a mi nariz, no le tomé importancia, pero ahora lo identificaba como aquel que estaba sentado en la mesa que yo observé antes.
Mis mejillas se colorearon rápido. En cuestión de segundos me formulé mil preguntas: ¿mi cabello estaba bien? ¿La flor no parecería demasiado pretensiosa? ¿Mi vestido blanco unos centímetros arriba de la rodilla sería aceptable? ¿Debí pintarme un poco más los labios? ¿El perfume floral que elegí fue el correcto?
Me mordí los labios. Obligué a mi mente a callar. Avancé, nerviosa.
Escuché su último comentario y sonreí. Me agradó.
-Es necesario por la simple razón de su naturaleza inútil.
Me quedé callada cuando fui consciente de que había pensado en voz alta.
-¿Hola?
Off: lamento la tardanza, prometo contestar máximo un día después (:
Invitado
Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Temí por mí. Por ti. Por la cita. ¿Sabes?, jamás me han dejado plantado. Nunca, porque yo jamás dejé plantado a nadie. Es decir, ¡vamos! No somos plantas y aunque seas la persona más paciente del mundo, no te crecerán raíces de los pies. Está comprobado científicamente. A lo sumo te salen patas de gallo, según decía una vieja del barrio en dónde vivía y como un estúpido inocente miraba los pies de todos para corroborar. El viento sopló, y las olas hablaron, siendo arrastradas por una fuerza natural. Arreglé con una mano mi cabello revuelto, sin duda el viento está de gracioso hoy y maldije por el descaro de desarmarme el peinado. Siquiera la peluquera más experimentada podía arreglar el mechón sobresaliente que se estrella en mi rostro cada vez que puede. No sabía por donde ibas a venir, así que miré distraídamente la luna por ser una buena acompañante y bajé de repente la vista cuando te oí hablar.
“Es necesario por la simple razón de su naturaleza inútil.” Parpadeé un par de veces, ¿esto es un sueño?, ¿me quedé roncando y ahora sueño que veo ángeles que caen del cielo? Ensanché una sonrisa prometedora, y mi rostro se volvió puro encanto. ¡Oh, si nena! Me encantas. Estoy encantado por ti, por tu belleza radiante y ésas mejillas que dan ganas de apretujar como una anciana atrevida. Ojos tan sangrientos como la sangre de una virgen bonitos de apreciar, ¿qué? Bueno, como la sangre de una puta, ¿mejor? Aturdido, ladeé el rostro un par de veces para figurarme todos los ángulos de tus facciones. Los estaba memorizando con maña y devoraba cada detalle de tu escultural cuerpo de damita. Really, eres toda una dulzura. Eres como… Como una paleta de la que me dan ganas de lamer.
“¿Hola?” De repente sonó en mi cabeza: I Just Called To Say Hello! Mordí mis labios y estiré mi brazo que sostenía la encantadora flor, era un clavel rojo. En el lenguaje de las flores, podría significar que ése alguien tiene sentimientos pasionales y ardientes por ti. Y es exactamente lo que siento ahora. Era un ferviente deseo de lujuria. ¿Y cuando yo no siento eso por una mujer? Bueno, al menos demuestra que me inclino más por mujeres que por hombres pese a follar a todo ser con patas… Pero es que, las mujeres tienen algo que los hombres, no: Un orificio vaginal—. Hola. —Mi voz era naturalmente seductora por excelencia, siempre con un toque de carisma, hechizante, electrizante… Tomé tu delicada mano de porcelana, la que estaba libre, e implanté cordial un beso caballeresco—. Un placer conocerla, mademoiselle… —Y que placer. Hasta sonaba como un estúpido parisino para complacerte. Tus manos eran tersas, suaves, ¿qué crema usas?
—¿Nos sentamos?... —Es que me acalambro—. Yo soy… —Lo pensé, ¿qué nombre tendría que decirte? Tengo demasiados y a la vez ninguno—. Mi madre me llamó Nadie desde que nací. Era como: Tú eres Nadie. O: Eres un Don Nadie. En inglés suena más bonito: Nobody. Pero todos en la secundaria me llamaban Giacomo. Como Giacomo Casanova. En mi trabajo me conocen como Lancer. De Lancerote. ¿Yo?, yo prefiero llamarme Deadpool… Como el personaje de Marvel Comics. Pero tú me puedes llamar como gustes, preciosa —guiñé, era la ventaja de no estar en el registro civil. Mi madre jamás me puso un nombre, y jamás apareceré en los antecedentes policiales a falta de más datos básicos. Además, ninguno quería creer que me llamaba Nadie cada vez que me presentaba, pero realmente así me ha llamado progenitora desde un inicio.
Yo tenía algo más para ti también. No te lo daré ahora... Lo haría en el momento justo. Pero como soy bueno te doy una pista: Está guardado en mi bolsillo
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
“De acuerdo, Fex, cálmate.” Tranquila. Esto no es muy distinto a… no podía recordar un momento en el que hubiera estado a solas con alguien, sólo “a solas”. Mi trato con la gente se limitaba a palabras corteses y huidas rápidas. Saber qué hacer en una situación como esta me sobrepasaba. Esbocé una sonrisa tímida, pese a que su sonrisa era demasiado sugerente. Mis mejillas enrojecieron, la cola de gato que traté de mantener oculta se movió juguetona y enrojecí más.
Abrí mis ojos grandes como platos, avergonzada. Su beso en mi mano creó distintas sensaciones en mi cuerpo que no lograba controlar, porque nunca antes las había experimentado.
Vaya, ha de creer que soy una idiota.
Asentí, sin decir nada, y me senté. Cerré los ojos un momento, después inhalé y exhalé lentamente, para obligarme a estar calmada. Mi estado de ánimo casi nunca se movía de un pasivo-indiferente, incluso en los momentos “más felices” de mi vida, me obligaba a mantener la calma de mis expresiones, movimientos, sensaciones. Pensar que la noche apenas comenzaba, me ponía nerviosa.
Mientras lo escuchaba hablar, recuperé el control de mi cuerpo. Recargué los codos en la mesa, y mi cabeza en la palma de mis manos. Lo miré, absorta. Él me había observado detenidamente, por lo que me creí con el derecho de hacer otro tanto. Era mucho más alto que yo, su cabello oscuro parecía suave y me pregunté cómo sería un contacto más extenso con su piel. De lo que estaba segura, es que ese color de ojos siempre fue mi predilecto.
-Es difícil nombrar a alguien que ha portado tal cantidad de nombres. Concédeme la noche completa para pensar en alguno-pedí, ladeé mi cabeza hacia la derecha, extendí la mano hacia el mesero para llamarlo: -Una copa de vino, por favor.
Regresé mi atención hacia él (mientras encontraba un nombre o apodo decente, lo llamaría en mis adentros simplemente “él”).
-Mi nombre es Fex. Mi madre dijo que significa tierra fértil. Lo sé, es extraño.
Abrí mis ojos grandes como platos, avergonzada. Su beso en mi mano creó distintas sensaciones en mi cuerpo que no lograba controlar, porque nunca antes las había experimentado.
Vaya, ha de creer que soy una idiota.
Asentí, sin decir nada, y me senté. Cerré los ojos un momento, después inhalé y exhalé lentamente, para obligarme a estar calmada. Mi estado de ánimo casi nunca se movía de un pasivo-indiferente, incluso en los momentos “más felices” de mi vida, me obligaba a mantener la calma de mis expresiones, movimientos, sensaciones. Pensar que la noche apenas comenzaba, me ponía nerviosa.
Mientras lo escuchaba hablar, recuperé el control de mi cuerpo. Recargué los codos en la mesa, y mi cabeza en la palma de mis manos. Lo miré, absorta. Él me había observado detenidamente, por lo que me creí con el derecho de hacer otro tanto. Era mucho más alto que yo, su cabello oscuro parecía suave y me pregunté cómo sería un contacto más extenso con su piel. De lo que estaba segura, es que ese color de ojos siempre fue mi predilecto.
-Es difícil nombrar a alguien que ha portado tal cantidad de nombres. Concédeme la noche completa para pensar en alguno-pedí, ladeé mi cabeza hacia la derecha, extendí la mano hacia el mesero para llamarlo: -Una copa de vino, por favor.
Regresé mi atención hacia él (mientras encontraba un nombre o apodo decente, lo llamaría en mis adentros simplemente “él”).
-Mi nombre es Fex. Mi madre dijo que significa tierra fértil. Lo sé, es extraño.
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Me estaba preguntando el porqué no tomabas mi flor, ¿no te gustarán las flores, tal vez? Extrañado admiré el gesto en mi mano, ¿quizás no la viste? Te la puse delante de nuevo por sí acaso, pero ya era tarde, nos sentamos. Con mi mano libre me rasqué la mejilla algo perdido… No entiendo ni madres de porque no tomaste el clavel, chamaca. Pero hasta te notaba algo, ¿nerviosa? Sonreí de lado, casi motivado a ésas escenas tan adolescentes e inocentes. Extrañaba una mujer así, es decir, muchacha… Porque imagino que eres menor de edad, ¿cierto? ¡Vaya pedófilo soy! No, es broma, me importa una mierda tu edad. Sólo sé que está noche te voy a conquistar, y me vas a terminar amando como todas las baby’s con las que flirteo. No eres excepción, porque eres sumamente linda. Tanto como yo. Ya ves porque me llamaban Giacomo Casanova.
Mis ojos ambarinos estudiaron los tuyos, esbozando carismáticas sonrisas que no venían al caso. “Es difícil nombrar a alguien que ha portado tal cantidad de nombres. Concédeme la noche completa para pensar en alguno”, no es difícil, preciosa y te concedo todo lo que quieras de mí. También llámame “dulzura” y verás como me derrito a tus pies y si me llamas “mi potro salvaje”, verás como se le levanta otra cosa… ¡Arre! “Una copa de vino, por favor.” Asentí con tu elección, era una buena cuando querías acompañar carnes y algo más—. A mí también —dije algo caprichoso. Pero yo no tenía hambre de comida, sinceramente, tenía hambre de ti y saber quién eres.
Porque tienes una inocencia casi feroz que grita a los cuatro vientos que eres sin duda, apetitosa para coyotes y lobos hambrientos. Y no hablo de animales, temo decir. De piel nácar y frágil, complementaba, la armoniosa y desarrollada figura adolescente que tienes. Sentí el cálido cosquilleo malicioso que invita a jugar, al edén celestial en el que Lucifer ya no es bienvenido… Sólo mancharía lo puro—. ¿Por qué no aceptaste el clavel? —pregunté sin cohibición. No soy para nada tímido y puedo ser directo cuando se me da en gana. La flor estaba sobre la mesa, era claro que venía del jarrón pero vamos, quise ser un romántico. Ya verás como te sorprendo con mi verdadero regalo.
“Mi nombre es Fex. Mi madre dijo que significa tierra fértil. Lo sé, es extraño.” ¿Extraño dices?, ¡por dios damita! Estás frente al sujeto más extraño con el que te puedas topar, darling. Extraño es llamarse Nadie. Carente de significado, sólo un nombre hostil y despectivo. Aclaré mi garganta empezaría la parrafada de galantería pura, amore: —No es para nada extraño. La tierra es madre y es una diosa de la fertilidad, de la reproducción… —dictaminé seguro—, y al verte puedo ver la semejanza que tienes con la estación otoñal pues es época de cosecha. Pasiva y calmada… Dejas caer las hojas entre soplidos suaves y compasivos, siendo capaz de abrazarnos con lluvias inspiradoras al alma. Abundante, fecundante, llena de templanza… O al menos, eso me inspira cada vez que veo los colores y la textura de la pacha mama, como también la del otoño —volví a la realidad, y bajé un poco la mirada—. ¿Suena demasiado descabellado al oído?
¿Mucha caballerosidad para una muchacha de tu tipo? Quise decir. Seguramente gané en los premios Oscars de éste año a mejor actor, ¡me lo merezco! Elevé el rostro hacia el camarero, pues éste servía y escuchaba mis palabras semejantes, dignas de envidiar. ¡Pero claro que si!, sí no me falta vocabulario de porte novelesco. Es que soy muy dado a la literatura para aprender el arte de la elocuencia, y saber lo que las damitas quieren. Caerás rendida, ¡lo sé! ¿O no? Bueno, lo importante es intentar.
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
El clavel. Maldita sea, lo olvidé. Había pensado en tomarlo, cuando simplemente me distraje y fue como si no existiera y hubiera un vacío en el espacio que debía ocupar. Sin embargo, ahora que lo mencionaba, sentía un casi irreprimible deseo de salir corriendo de esta situación. Interiormente, miraba con desconfianza la flor. Las pocas veces que me imaginé en una cita, la flor idea para mí hubiese sido un tulipán jaspeado.
Sostuve la flor en mi mano izquierda. En realidad era muy bonita. Sonreí, apenada por haber ignorado (inconscientemente) el detalle. Después caí en la cuenta que todas las mesas que vi tenían un clavel rojo y simplemente reí, divertida.
-Pensé tomarlo, pero después desapareció de mi atención. Disculpa- miré hacia donde estaba el agua. Era extraño, pero empezaba a sentirme mucho más tranquila –me sucede siempre. Me concentro en algo y una parte del mundo se desvanece de mis ojos.
Regresé los ojos a su rostro. Luego comenzó a hablar y lo escuché. Se había aclarado la garganta como si estuviese a punto de decir un discurso ensayado.
Un punto, dos puntos, tres puntos y un punto menos por el aire de galantería que olía un poco falso. Demasiada elocuencia como para creerla así sin más. De cualquier modo, la suma estaba a su favor, por ahora.
-¿Cuánto de lo que has dicho crees en verdad? –pregunté, otra vez con mi cabeza sobre las palmas de mi mano. Había devuelto la flor al jarrón, con un movimiento delicado. Vi cómo esta se ladeaba un poco, hasta quedar vuelta hacia el agua, como si buscara su reflejo o a un Narciso ahogado.
Sostuve la flor en mi mano izquierda. En realidad era muy bonita. Sonreí, apenada por haber ignorado (inconscientemente) el detalle. Después caí en la cuenta que todas las mesas que vi tenían un clavel rojo y simplemente reí, divertida.
-Pensé tomarlo, pero después desapareció de mi atención. Disculpa- miré hacia donde estaba el agua. Era extraño, pero empezaba a sentirme mucho más tranquila –me sucede siempre. Me concentro en algo y una parte del mundo se desvanece de mis ojos.
Regresé los ojos a su rostro. Luego comenzó a hablar y lo escuché. Se había aclarado la garganta como si estuviese a punto de decir un discurso ensayado.
Un punto, dos puntos, tres puntos y un punto menos por el aire de galantería que olía un poco falso. Demasiada elocuencia como para creerla así sin más. De cualquier modo, la suma estaba a su favor, por ahora.
-¿Cuánto de lo que has dicho crees en verdad? –pregunté, otra vez con mi cabeza sobre las palmas de mi mano. Había devuelto la flor al jarrón, con un movimiento delicado. Vi cómo esta se ladeaba un poco, hasta quedar vuelta hacia el agua, como si buscara su reflejo o a un Narciso ahogado.
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
“¿Cuánto de lo que has dicho crees en verdad?” Ladeé el rostro un par de veces, ¿acaso dudas de la autenticidad de mis palabras? ¡Ay nena!, me ofendes… Lo que digo es cierto, pero me reservo otros comentarios menos gallardos que pueden sonarte, burdos y grotescos para una damita como tú. ¡Vamos!, es decir, ¿no te gusta? Pestañeé, prometí ser sincero, eso intento. ¿No es suficiente? No, creo que no. Porque temo que salgas despavorida realmente si te muestro mi yo real. Mi interior es malvado, desprecia, odia, se burla, y es capaz de tirarte el jarrón en la cabeza porque no has aceptado el clavel de mierda…. Pero, me encantas, damita y eso va en serio. Te miré con un toque de gracia:
—Todo, damita, todo. Yo soy espontáneo, ¿crees que me lo puedo inventar en menos de tres segundos? —acoté, y es así. Todo. Me quiero más a mí, por supuesto, pero nada es mentira. Tomé delicadamente ésa mano tuya que había devuelto el clavel a su respectivo sitio y sonreí ladinamente, reflejando unas ansias que anhelan probar más que tus labios—. Siento por ti oscuros deseos, quiero hacerte bailar toda la noche apegada a mí cuerpo y aturdirte para verte sonrojada. No soy una buena persona, lo admito. Soy mayor que tú, y mírame, estoy pretendiendo seducirte con palabras de caballero. Lo cierto es que, mi corazón es débil ante una damita, pierdo la noción del tiempo. El olor a tu fragancia me está volviendo loco, también, deseando algo más que… ser conocidos. ¿Puedo ser tu amante, Fex? —esbocé una pacífica sonrisa, querías que fuera directo y lo estoy siendo. Soy como Bugs Bunny, Fex, pero en cuanto se refiere a una muchachita encantadora, me convierto en un notable amante. Un amante, jamás un esposo. Sí, no sabes nada de mi, recién nos conocemos pero nada te impide a conocerme, honey.
—Haré de tu noche única e inolvidable, dulzura —murmuré cómplice, te guiñe y al final sorbí mi copa de vino. Humedeciendo la punta de los labios para luego repasarlos con la lengua maniáticamente ante la delicia vinícola—. Estuve con muchas mujeres —conté. Tantas que no valen la pena recordarlas—. Y sí algo aprendí, es que cada una es un mundo distinto. No puedo simplemente prometerles algo que no puedo darles, predicar amor no es lo mío pero, eso no me impide complacerlas, ¿cierto? —sonreí, esperando tu respuesta, cautivado aún por ésos pómulos sobresalientes—. Quiero saberlo todo de ti… Y tú sabrás todo de mí. Sin juzgarnos, sin odiarnos, sólo escucharnos y consolarnos. —El camarero nos dio el menú de la velada, y apenas la miré de reojo.
—El ternero con champiñones, por favore. —Le devolví la carta, y me fijé en ti de nuevo.
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Ahora tenía el presentimiento de que me miraba como si fuese una especie extraña, además de curiosa o simpática. El último adjetivo no formaba parte de mis favoritos, pero, total, lo dejé pasar. No sabía qué era agradar a una persona, o convivir con ella. Que él fuera el primero con el que mantenía una conversación relativamente larga, incluso ya era un logro, pues casi siempre terminaba huyendo sin poder siquiera hablar por tercera vez.
-No lo dije por ofender-me excusé después. No lo había dicho con ánimos de ofender, sólo, me parecía poco creíble.
“Damita”, hasta sonaba lindo. Volví a sonreír. Me sentía más pequeña, no fue necesario que luego él mencionara lo de la edad. ¿Cuántos años aparentaría para él? No había llegado todavía a los dieciocho, pero tampoco tenía quince. Unos hermosos diecisiete años que me sabían a gloria. Interiormente, me asustaba llegar a dos decenas. Tal vez consideraría suicidarme antes.
-No me sorprendería que fueras capaz de eso y más. Admito que incluso me sentiría decepcionada si no pudieras inventártelo en tres segund…
Tomo mi mano, entonces no alcancé a terminar la frase. El deseo que se reflejaba en sus ojos era demasiado intenso para que yo terminara de comprenderlo. Los últimos ojos que contemplé antes de esta noche, fueron los míos en el espejo, y de ellos no se sacaría más que una indiferencia total hacia la gente y fascinación al mundo.
Deseé tener un poco de arcilla entre mis manos y comenzar a modelarla, ese escape habitual en mí cuando no quería entender, o cuando la necesidad de huir se volvía más fuerte. Tratar de concentrarse en la escultura en la que trabajaba resultó infructuoso, irónicamente, trabajaba en un desnudo.
¿Quería que fuese directo? Ahí lo tenía. Es imposible escapar de una declaración así, o dar la vuelta. Lo sabía. Lo que desconocía era la respuesta que le daría.
“Aún no es muy tarde para escapar, ¿sabes?”
Me quedé callada un momento. Yo también sorbí el vino, de manera lenta, para experimentar en mi paladar su sabor dulzón. Sería un vino relativamente joven. No tendría más de diez años.
Sin juzgar, sin odiarnos, sólo escuchándonos…
Eso último tocó una fibra muy oculta en mí.
-No soy alguien que se entregue en la primera noche-sonreí.
-Pastel de carne-pedí, al mesero. Amo la carne.
-No lo dije por ofender-me excusé después. No lo había dicho con ánimos de ofender, sólo, me parecía poco creíble.
“Damita”, hasta sonaba lindo. Volví a sonreír. Me sentía más pequeña, no fue necesario que luego él mencionara lo de la edad. ¿Cuántos años aparentaría para él? No había llegado todavía a los dieciocho, pero tampoco tenía quince. Unos hermosos diecisiete años que me sabían a gloria. Interiormente, me asustaba llegar a dos decenas. Tal vez consideraría suicidarme antes.
-No me sorprendería que fueras capaz de eso y más. Admito que incluso me sentiría decepcionada si no pudieras inventártelo en tres segund…
Tomo mi mano, entonces no alcancé a terminar la frase. El deseo que se reflejaba en sus ojos era demasiado intenso para que yo terminara de comprenderlo. Los últimos ojos que contemplé antes de esta noche, fueron los míos en el espejo, y de ellos no se sacaría más que una indiferencia total hacia la gente y fascinación al mundo.
Deseé tener un poco de arcilla entre mis manos y comenzar a modelarla, ese escape habitual en mí cuando no quería entender, o cuando la necesidad de huir se volvía más fuerte. Tratar de concentrarse en la escultura en la que trabajaba resultó infructuoso, irónicamente, trabajaba en un desnudo.
¿Quería que fuese directo? Ahí lo tenía. Es imposible escapar de una declaración así, o dar la vuelta. Lo sabía. Lo que desconocía era la respuesta que le daría.
“Aún no es muy tarde para escapar, ¿sabes?”
Me quedé callada un momento. Yo también sorbí el vino, de manera lenta, para experimentar en mi paladar su sabor dulzón. Sería un vino relativamente joven. No tendría más de diez años.
Sin juzgar, sin odiarnos, sólo escuchándonos…
Eso último tocó una fibra muy oculta en mí.
-No soy alguien que se entregue en la primera noche-sonreí.
-Pastel de carne-pedí, al mesero. Amo la carne.
Invitado
Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
“No soy alguien que se entregue en la primera noche”
Seguiría sonriendo como lerdo aún cuando me digas el peor insulto que tus labios aún no tienen oportunidad de decir. Labios que son frambuesas, por cierto. Destinados únicamente a ser mordidos por alguien que sólo conoce la tentación, y se ofusca por un anhelo mayor. Y es extraño que lo digas, pero yo no pensé en follar contigo. Al menos no ésta noche. ¡Por favor!, ¿no te he dicho ya que soy un caballero de novela? Bueno, casi. Porque si te dijera lo que soy en verdad, seguramente llegues a atorarte con el vino y te ahogarías de puro miedo. Notó también que ya con expresarte mis verdaderos deseos, algo en ti cambio, pero no demasiado. ¿Sigues interesada en mí verdad? Yo lo estaría. Soy el mejor partido con el que puedas toparte pese a no prometer el amor eterno. Solté una risa traviesa de repente, sueltas cada chiste que no puedo evitarlo.
—¡Oh no! No damita. Yo no pienso encamarme contigo. —Aún—. Para mí ser un amante tiene un significado más profundo que eso. No es un amigo pero tampoco un novio. Es un acompañante destinado a hacerte sentir una dama. —Mis ojos tenían ése brillo que me hace ver como un niño inmortal. Soy Peter Pan, después de todo. No quiero crecer pero no por eso me impida conocer nuevas sensaciones. Retorcidas, sí, pero no dejan de ser emociones muy deliciosas. No evité ponerme en la condición de seductor fatal—. Estoy realmente dispuesto a abrirme contigo. —Y no de piernas, cariño—. He vivido y pasado por mucho, por eso espero que comprendas mi condición. —Soy todo un psicópata, oh yeah. Pero seguía algo irritado con la magistral palabra que se repetía una y otra vez, cuatro y tantas lechugas que se mezclaban con otras palabras. “Yo me entrego a la primera noche”, ¡uy, uy! Ya he trastocado todo, ¿ves? Entiendo lo que quiero oír.
La cena tardaría un poquito, y disfruté de cuanto pude de los susurros marineros. Bebí otro sorbo de la copa, y sostuve ésa expresión picara que incita a que las personas digan algo. Es que de repente quedé callado, esperando que algo sucediese. Expectante, quise reservarme a sólo hablar cuando fuese necesario. ¿Quizás tanta habla te incomode? No lo sé. Distraído tomé una servilleta de papel y la dejé a mi lado, lista para cuando llegué la comida.
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Por un momento la conversación se había vuelto un poco incómoda, o me sentía extraña, porque simplemente no sabía qué decir. Estar falta de palabras no era una sensación que me agradara. Siempre debía tener una respuesta para todo. Siempre. Ahora parecía que yo no era ya capaz de decir nada coherente.
Diferentes pensamientos míos se peleaban por tomar mi voz, pero los ignoré. Mientras su mirada continuaba fija en mí, mis mejillas pasaban del rojo al muy rojo, al rojo otra vez.
Después de escuchar su explicación, la necesidad de huir disminuyó. No había duda, yo era una completa paranoica. Al final, era verdad lo que me advirtieron, si no entablaba relaciones con la gente, jamás podría comprenderla, ni comprenderme. Él podría ser un puente para este propósito, dejarlo ir sería estúpido.
Cuando hablaba, no podía ignorarse el brillo en sus ojos, no sé si de emoción, un brillo que me recordaba algo, pero no estaba segura de qué.
-De seguro pensarás que soy una tonta o cobarde… -murmuré, después que terminó de hablar- lo que pasa… es que no sé cómo relacionarme con la gente. Me aclaré la garganta-Yo también puedo abrirme contigo –o intentarlo, al menos.
El silencio apareció después. Como antes ya lo dije, no sé cómo estar con alguien, he estado sola toda mi vida, conviviendo conmigo y mis pensamientos que adoptan posturas contrarias en la mayoría de los casos. Un poco nerviosa, comencé a balancear mis pies bajo la mesa, accidentalmente, lo pateé.
-Ups, lo siento.
“Sentencia: soy un verdadero desastre.”
Diferentes pensamientos míos se peleaban por tomar mi voz, pero los ignoré. Mientras su mirada continuaba fija en mí, mis mejillas pasaban del rojo al muy rojo, al rojo otra vez.
Después de escuchar su explicación, la necesidad de huir disminuyó. No había duda, yo era una completa paranoica. Al final, era verdad lo que me advirtieron, si no entablaba relaciones con la gente, jamás podría comprenderla, ni comprenderme. Él podría ser un puente para este propósito, dejarlo ir sería estúpido.
Cuando hablaba, no podía ignorarse el brillo en sus ojos, no sé si de emoción, un brillo que me recordaba algo, pero no estaba segura de qué.
-De seguro pensarás que soy una tonta o cobarde… -murmuré, después que terminó de hablar- lo que pasa… es que no sé cómo relacionarme con la gente. Me aclaré la garganta-Yo también puedo abrirme contigo –o intentarlo, al menos.
El silencio apareció después. Como antes ya lo dije, no sé cómo estar con alguien, he estado sola toda mi vida, conviviendo conmigo y mis pensamientos que adoptan posturas contrarias en la mayoría de los casos. Un poco nerviosa, comencé a balancear mis pies bajo la mesa, accidentalmente, lo pateé.
-Ups, lo siento.
“Sentencia: soy un verdadero desastre.”
Invitado
Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Tratar con mujeres es una extraña especialidad. Cada una es un mundo tan diferente y especial, que sinceramente es como leer un nuevo libro de forma diaria. ¡Pero!, en algo todas sois iguales: quieren amor. No importa si es un amor duro, o un beso suavecito como la letra de Chichi Peralta, todas sin excepciones quieren saborearlo alguna vez. Como un rico pastelito que disfrutas por un rato hasta que no queda más. Y no hablo, precisamente de un amor de telenovela, de ésos en extremo cursi, ¡no, no! Me estoy refiriendo a ése amor que se enfrasca a relaciones que están destinadas únicamente a prestarse atención, otras, son exclusivas en sexo y otras de tener a alguien al despertar cada mañana. ¿La mía? Se basa puramente en un extraño cariño vacío y existencial. Pero ya dejaré de hablar de esto, tenemos que hablar de nosotros, ¿recuerdas?
“De seguro pensarás que soy una tonta o cobarde…”
No sé nena, yo sólo pienso en comer y en tetas. Unas bien grandes que se estallen en las palmas de mis manos y tenga que masajear con fogosidad. Wait a moment. Te miré las peritas que tienes, sería un insulto para ti hablar de ellas, ¿cierto? Pero no importa, aún teniendo peritas son deleitosas soy capaz de probarlas. ¡Hasta puedo mordisquear los pezones como chicle!! Sí, el sexo es mi fuerte. No es un tabú, es tan natural en mi sistema como decir que un químico se sabe de memoria la tabla periódica. You know. “Lo que pasa… es que no sé cómo relacionarme con la gente.” Lo siguiente fue la respuesta a todo, ¡con razón! ¡Y yo pidiéndote ser tu amante bandido! Vale, me tendré que contener… ¿O no? A veces es mejor ser uno mismo dicen, pero ser yo hace que la cita sea difícil de seguir. Porque, no es mejor mostrarme. Me odiarías. Y soy muy egocéntrico para que eso sucediese. A menos que me ganes como acosador. Soy experto en el tema.
“Yo también puedo abrirme contigo”
¿Las piernas?, ¡ay, que atrevida! Mis mejillas se sonrojaron tenuemente, casi invisible pero se notaba, y asentí en silencio, pensando en lo peor como siempre. Esto queda entre el lector y yo, ¿vale? El aroma se entremezcla con la gastronomía y el mar; las olas aún siguen taimadas, viciosas y constantes. Aprecié sutil, la llegada de algún camarero… Sí, ahí está el fulanito y la visión fue interrumpida con un golpe de pie. Reí a carcajadas, ni me dolió pero me causó mucha risa tu estado. ¡Vamos!, ¡pareces un perrito con chucho!
—Tranquila, no pasa nada. Mira, ya traen los platillos —soné naturalmente calmado, siquiera una oleada de balas arruinarían mi digno zen de monje. Ni un orco podría mancharme. ¿Por qué?, porque se trabajar bajo presión. Me han enseñado y es de vital importancia en mi trabajo… Ah, vale, tengo cosas que preguntarte—. ¿Eres estudiante, Fex? Porque tranquilamente podrías ser una niña modelo, o una encantadora actriz. Muchos empiezan de jóvenes. Como Kirsten Dunst, la que hizo de Mary Jane en Spiderman.
La comida la han dejado sobre la mesa, con una suculenta frase como: “Bon appétit”. De nuevo solos, y me animé a dar el primer bocado con ansias. En el paladar se me disolvió, masticando diestramente ante tanta fruición junta. Me sentí en éxtasis y se me antojó besar al cocinero. La carne resonaba en mi cráneo, y los vegetales dilataban mis papilas gustativas. Probé el vino para humedecer la lengua, cambia completamente el gusto y lo vuelve aún más exquisito. Concentrado, conocí un sublime mundo culinario.
Off: Perdona la tardanza.
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Volví a tomar aire, para calmarme un poco. Sentí que mis mejillas habían enrojecido un poco, tal vez me la pasaría toda la noche con las mejillas sonrojadas, una lástima ser de piel tan blanca. Un mechón de mi cabello cayó me cubrió la mirada, soplé de manera distraída y sonreí. No, no estaba saliendo tan mal todo. Después de que hube hablado, se quedó pensando un poco. No fue hasta que no terminé de soltar la frase estúpida “yo también puedo abrirme”, cuando me di cuenta que eso no había sonado muy bien y podía tener algunas interpretaciones poco gratas.
Vi que se sonrojaba también por mi brillante frase. ¿En qué había pensado? Mejor no preguntarlo si no quería retornar al color rojo yo también.
Mi pie torpe lo pateó, como antes lo mencioné, lejos de molestarse, se echó a reír. Me pregunté si yo también debía reírme, pero lo único gracioso que encontraba para reír era yo, y eso no me ocasionaba mucha gracia, sino coraje conmigo misma. Mis demonios interiores acordaron sonreír de manera encantadora, así que eso hice.
Mi mirada se perdió unos instantes en el agua, de nuevo. Pensé que sería maravilloso nadar, intentar sostener el reflejo de la luna en el agua. Esto me hizo sonreír más ampliamente. Entonces, el mesero dejó los platos frente a nosotros.
-Si soy estudiante… estudio artes plásticas –respondí, otra vez retornando la atención a la conversación. Admiré la habilidad que él tenía de hablar después de los silencios que podían parecer incómodos. Me relajaba, extrañamente, su presencia, aunque sentía que tampoco debía bajar la guardia estando cerca de él. Ahora que caía en la cuenta, ese hombre era demasiado despreocupado para ser común y corriente. –Me halagas, pero no. Aunque sería divertido… -como él había preguntado, también yo podía hacerlo, así que me animé: -y tú, ¿a qué te dedicas?
Corté un trozo de carne mientras esperaba su respuesta y lo llevé a mi boca.
off: No hay problema
Vi que se sonrojaba también por mi brillante frase. ¿En qué había pensado? Mejor no preguntarlo si no quería retornar al color rojo yo también.
Mi pie torpe lo pateó, como antes lo mencioné, lejos de molestarse, se echó a reír. Me pregunté si yo también debía reírme, pero lo único gracioso que encontraba para reír era yo, y eso no me ocasionaba mucha gracia, sino coraje conmigo misma. Mis demonios interiores acordaron sonreír de manera encantadora, así que eso hice.
Mi mirada se perdió unos instantes en el agua, de nuevo. Pensé que sería maravilloso nadar, intentar sostener el reflejo de la luna en el agua. Esto me hizo sonreír más ampliamente. Entonces, el mesero dejó los platos frente a nosotros.
-Si soy estudiante… estudio artes plásticas –respondí, otra vez retornando la atención a la conversación. Admiré la habilidad que él tenía de hablar después de los silencios que podían parecer incómodos. Me relajaba, extrañamente, su presencia, aunque sentía que tampoco debía bajar la guardia estando cerca de él. Ahora que caía en la cuenta, ese hombre era demasiado despreocupado para ser común y corriente. –Me halagas, pero no. Aunque sería divertido… -como él había preguntado, también yo podía hacerlo, así que me animé: -y tú, ¿a qué te dedicas?
Corté un trozo de carne mientras esperaba su respuesta y lo llevé a mi boca.
off: No hay problema
Invitado
Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Al parecer, tendré que apreciar tus mejillas rojizas toda la noche. ¡Me encanta! Incitas al predador y llamas la atención, yo con mucho gusto y fina voluntad, te robaría la virginidad… A futuro, por supuesto, ¿qué cómo sé que eres virgen? Fácil, cariño, analizas todo lo anterior, haces algunos cálculos cuadrados, buscas la tangente de equis, y como resultado, te da que sin duda alguna, tienes un cuerpo sin mancillar. Soy un puto genio.
“Si soy estudiante… estudio artes plásticas”
Ow, que bonito. ¡Yo también sé pintar! Porque píntame, me dijo el buen pintor, píntame el rabo y eso hice. Recuerdo que le quedó de color rojo por una semana ésa parte íntima, pobrecito.
“Y tú, ¿a qué te dedicas?”
¿A qué me dedico? Te sonreí, iluminando el rostro como si no tuviera problema alguno de hablar de ello… Voy a contestarte, preciosa: —Soy pluriempleado. Puedo ser un limpia brisas, un barman, un conserje, un profesor, un amante, un cocinero, un sastre, un ama de casa, niño, adulto, mafioso, anti-héroe, detective a lo Sherlock Holmes, el cazador de Blancanieves, el leñador de Caperucita Roja, un músico bohemio y sobre todo, hay un hueco especial para ti en mi vida…
Las palabras brotan, enriquecen mi habla, soy diestro en la charlatanería porque, el mundo me hizo así y no puedo cambiar. Muerdo mi labio inferior, y desprendo unos ojazos seductores mientras te veo comer, dios mío, una simple acción a un hombre le puede dar un ataque de adrenalina y placer al mismo tiempo. Oh, sí, nena, ¡trágatelo todo! Te incito con mis ojos, como si ésa carnaza fuera, mi carnaza, you know, no lo digo explícito que estamos en el horario de los niños. Despreocupado, volví a retomar mi cena. Prosigo comiendo, degustando intimamente lo que pruebo. La carne es tan suave y tierna, que se deshace en mi paladar sin problemas. Trago y bebo vino con certeza, luego te miro sonriente, chispeante. Siempre la mirada perdida en ti con un efecto narcótico, drogado.
—Me gustaría pasear contigo por la playa luego de cenar, ¿qué dices? —Propuse calmado, porque había visto por ahí una de ésas hamacas de jardín, podríamos sentarnos ahí y disfrutar meramente de la vista. Soy todo un galán de primera.
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Este hombre sólo lograba hacerme sonreír y sonrojar, creo que lo estaba teniendo todo a su favor y demasiado fácil. Cada vez que abría la boca, aunque yo intentara permanecer seria, terminaba sonriendo, sin poder evitarlo. No sabía si eran sus ojos, sus palabras o su personalidad completa, sólo sonreía. Recordé lo que mi madre me dijo en alguna ocasión, que debía buscarme a quien me hiciera sonreír, porque yo era una persona muy seria. No estaba segura de que le agradase del todo él si se lo presentara, pero tal vez lo aprobaría momentáneamente.
-No sé cómo logras hacerme sonreír tanto –dije. No me di cuenta que lo había dicho en voz alta, fue un instante después en que me pregunté “¿lo dije o lo pensé?”, pero quedó el eco de mi comentario danzando en la mesa, entonces me di cuenta que, efectivamente, lo había dicho en voz alta. Hablar sola no dejaba nada bueno, ya no eras consciente de lo que decías o lo que sólo pensabas.
Me concentré en mi comida, tratando de retomar la seriedad, pero lo sentía verme, era su mirada tan intensa, que me volvía difícil comer. Levanté mi mirada para encontrarme con la suya. Debía ser un talento especial el que él poseía de hacerte sentir especial y atractiva de una manera muy extraña.
-Claro, me parece una excelente idea –comenté, después de haber bebido un sorbo de vino.
Si él no lo hubiese propuesto, yo no me habría animado a decirlo, aunque sí lo pensé. El clima era perfecto para una caminata por la playa, podría quitarme estos zapatos y caminar descalza. No creí que fuese una mala compañía a fin de cuentas. Había decidido conocerlo, podría sorprenderme a dónde nos llevara esta primera cita.
-No sé cómo logras hacerme sonreír tanto –dije. No me di cuenta que lo había dicho en voz alta, fue un instante después en que me pregunté “¿lo dije o lo pensé?”, pero quedó el eco de mi comentario danzando en la mesa, entonces me di cuenta que, efectivamente, lo había dicho en voz alta. Hablar sola no dejaba nada bueno, ya no eras consciente de lo que decías o lo que sólo pensabas.
Me concentré en mi comida, tratando de retomar la seriedad, pero lo sentía verme, era su mirada tan intensa, que me volvía difícil comer. Levanté mi mirada para encontrarme con la suya. Debía ser un talento especial el que él poseía de hacerte sentir especial y atractiva de una manera muy extraña.
-Claro, me parece una excelente idea –comenté, después de haber bebido un sorbo de vino.
Si él no lo hubiese propuesto, yo no me habría animado a decirlo, aunque sí lo pensé. El clima era perfecto para una caminata por la playa, podría quitarme estos zapatos y caminar descalza. No creí que fuese una mala compañía a fin de cuentas. Había decidido conocerlo, podría sorprenderme a dónde nos llevara esta primera cita.
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
Creo que la cita está corriendo con normalidad, ¿cierto? No tengo puta idea que hacer en una, supongo que sólo voy actuando conforme pienso en comer… Comida, por supuesto, no seas mal pensada que sino te pillo, ¡picarona! Recuerdo lo que dijo mi madre en una ocasión: “Eres tan feo que de seguro las chicas se burlaran en tu cara”, y creo que es verdad, porque, te la pasas sonriéndote delante de mí.
"No sé cómo logras hacerme sonreír tanto"
—Quizás porque… ¿Tengo un monito en la cara? —Pregunté bastante inseguro, riendo estúpidamente por la cuestión, seguro que sí, primor. Tengo un mono danzando sobre mi cara, y haciendo monerías a lo saltimbanqui. Ladeé el rostro, aún intrigado por lo que me sueltas de repente. Es como sí, te echarás un pedo y preguntarás: “No sé como es que me he tirado un pedo”, fácil baby, el doctor Lancer te lo explicará: Los pedos son algo tan natural como mear o toser. Es un gas intestinal, que se expulsa desde el ano y libera gases conocidos como nitrógeno, metano y dióxido de carbono, entre otros. ¿Sabías que hay también flatulencia vaginal? Pues sí, los hay aunque usted no lo crea.
“Claro, me parece una excelente idea” Claro que sí, porque yo no quiero que te vayas tan rápido. Aún te debo el beso de la noche, y un baile bajo las estrellas. Y el regalo, que no se te olvide, que lo he prometido al inicio de la cita, ¿te acuerdas? Ah, no espera, si tú no tienes puta idea, ¿para qué pregunto? Igual, los televidentes saben de qué hablo. Corté la carne con los tenedores, olfateando el jugo y el vapor, me abren el apetito. Creo que necesito otra ternera de champiñones para satisfacerme, con esto no me llena una mierda.
Contemplé el cielo, distraído mientras sorbo el líquido tinto, cayendo por mi esófago muy veloz. Tío, que la comida se esfuma en cada probada, parezco el come galletas de Plaza Sésamo. Procuré no ensuciarme, que a veces soy un chiquillo sucio y como si fuera el más elegante señor (claro, claro), limpié mis labios con una blanca servilleta que se ensució al más gentil roce. Esperé que terminases, observando que comías como un tierno pajarillo… Picoteando e inspirando ternura.
—Estaba delicioso —comenté—, ¿crees que traigan postre? Porque quiero helado de vainilla con salsa de fresa, o una tarta fría de chocolate con capas de crema… —Relamí mis labios, imaginándote a ti bañada en ésos dulces sabores… Ñam, ñam
Lancer
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Re: La brezza dell'amore | SV | [CERRADO]
¿De verdad no sería consciente del efecto que causaba? No podía ser la única a la que hacía reír… ¿cierto? Después de su comentario me reí otra vez. Sí, estaba disfrutando. No creí que pudiera pasar, yo, que detestaba cualquier compañía salvo la de mis pensamientos, la de mi arcilla o mi bloc de dibujo.
-Quizá sea eso –dije, luego de darle un sorbo a mi copa de vino. Sentí mis labios húmedos y los relamí un poco, para beber el vino que se hubiese quedado en ellos.
Terminé de dar la última mordida a mi comida. La saboreé, vaya, estaba realmente deliciosa. Creo que me quedé con hambre, aunque podría tratarse de simple gula. Me decían que era extremadamente delgada, también sería algún complejos lo que provocaba que comiera más de lo acostumbrado, pese a que nunca engordaba para mi mala (o buena) suerte. Cuando terminé miré el plato con un aire de tristeza, como si esperara que mis ojos fueran capaces de servirme otro igual.
-Ojalá –respondí, con mis ojos más grandes y brillantes. Un postre enorme, lleno de dulce que pudiera llenar el vacío en mi estómago. Era una excelente idea. Ojalá no tardaran en servirlo, algo con mucho chocolate, o vainilla, o chocolate y vainilla y fresa.
Volteé a verlo con una sonrisa: -la comida fue deliciosa y el clima es perfecto. Esperemos el postre y, si no llega, podemos empezar a caminar –volví a sonreír.
Off: disculpa la tardanza, la gripa no deja nada bueno -.-
-Quizá sea eso –dije, luego de darle un sorbo a mi copa de vino. Sentí mis labios húmedos y los relamí un poco, para beber el vino que se hubiese quedado en ellos.
Terminé de dar la última mordida a mi comida. La saboreé, vaya, estaba realmente deliciosa. Creo que me quedé con hambre, aunque podría tratarse de simple gula. Me decían que era extremadamente delgada, también sería algún complejos lo que provocaba que comiera más de lo acostumbrado, pese a que nunca engordaba para mi mala (o buena) suerte. Cuando terminé miré el plato con un aire de tristeza, como si esperara que mis ojos fueran capaces de servirme otro igual.
-Ojalá –respondí, con mis ojos más grandes y brillantes. Un postre enorme, lleno de dulce que pudiera llenar el vacío en mi estómago. Era una excelente idea. Ojalá no tardaran en servirlo, algo con mucho chocolate, o vainilla, o chocolate y vainilla y fresa.
Volteé a verlo con una sonrisa: -la comida fue deliciosa y el clima es perfecto. Esperemos el postre y, si no llega, podemos empezar a caminar –volví a sonreír.
Off: disculpa la tardanza, la gripa no deja nada bueno -.-
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