||Stars Can't Shine Without Darkness|| Priv.

Miró distraidamente la luminosa pantalla de su celular; pues claro, en la oscuridad de la noche se veía mucho más que de costumbre y, ante la poca gente que había aquella noche en el observatorio tampoco consideró necesario cuidar que no molestara a nadie... ¡Como si de todas formas fuera a hacerlo!. Marcaban las 21:20 faltaban cerca 10 minutos para que su compañero llegara y, tras un rato de pensar en si alguien fuera a buscarlo y darse cuenta que realmente aquello le iba a interesar bien poco, acabó por apagar definitivamente el teléfono, quedando totalmente en oscuridad si no fuera por la bóveda celeste que tenía encima. Guardó su celular en uno de sus bolsillos y, apoyando su cabeza en el respaldo del asiento fijó su mirada en el cielo. En la cantidad de pequeñas estrellas que habían, en los diferentes diseños que creaban entre ellas. Entrecerró sus ojos... Ahora que había decidido recordar un poco, le pareció haber visto en algún libro la unión de todas aquellas estrellas; una constelación; un nombre. Realmente nunca había tenido interés en ese tipo de cosas... No había tenido tiempo ni ganas de desviar su mirada hacia el cielo, pero la 'estupenda' idea de Kilian le había hecho acudir en una de sus noches libres en aquél peculiar lugar... ¡Como si aquella fuera una cita!

Una cita...

Repentinamente ocultó su rostro con una mano y se inclinó hasta apoyar su codo en el reposabrazos de su asiento, mirando hacia un lado a la par que ocultaba sus labios y sus mejillas con una mano... Claro... ¿Por qué no lo habría pensado antes? Y más importante... ¿Por qué se estaba sonrojando por pensar en eso? ¡Había sido idea de Kilian! Y él, muy tonto de su parte había aceptado... ¡Pero lo había hecho porque ninguno de sus compañeros estaban disponibles! Y él se aburriría solo en casa... Y claro... Aún tenía que hacer sí que aquél Japonés lo odiara, que lo odiara más que cualquier otra persona. Porque no lo había logrado aún, porque Kilian seguía diciendo que le gustaba la oscuridad de su interior y a pesar de saberlo todo, seguía acercándose a él, con la escusa de que le llamaba la atención... Desvió su mirada hacia su pulsera... Incluso había rozado aquellas marcas de sus muñecas de aquella forma... ¡Ese hombre no parecía querer dejarle en paz! Y el muy estúpido de él en vez de escaparse, aceptaba reunirse con él en un lugar como ese... ¡A ver las estrellas! Maldijo en bajo y soltó un bufido, volviendo a quedar apoyado contra el respaldo de aquella cómoda silla. ¡A nada servía pensar en ese ahora! Volvió a fijar su verdosa mirada en el estrellado cielo y dejó escapar un silencioso suspiro. ¿Pero qué podría hacer? Había llegado antes de lo planeado...

Él había llegado pronto...

Entrecerró sus ojos con molestia contenida... "¡Larrence, cálmate!" De hecho, aún estaba en tiempo de abandonar su asiento y fingir llegar minutos después del otro... Pero ahí, de golpe, un pequeño punto en el cielo comenzó a iluminarse, viajando hacia una dirección inexacta en el firmamento... Entreabrió sus labios con cierta sorpresa. Él aquello no lo había visto antes, cuando miró el cielo y, a pesar de considerarse una persona escéptica, por una fracción de segundo por su mente apareció la palabra OVNI antes de darse cuenta de que no, eso no podía ser y, recordar que no demasiado lejos de ese observador estaba un aeropuerto, uno al que había acudido varias veces por las raras, pero existentes, ocasiones de trabajo en el exterior.— Ah... No me sorprendan de esa forma... —Murmuró en bajo, para si mismo en un tono ligeramente aburrido mientras pasaba a cruzarse de piernas. Cuando llegara Kilian, seguramente encontraría ese lugar, después de todo, su asiento era el 154, aquél que estaba justamente a su costado y, por suerte o desgracia, los más alejados de los pocos que habían acudido ese Martes por la noche ahí... Claro... No todos el día siguiente tendrían libre y se podían permitir pasar la noche observando estrellas... Si es que lograba hacerlo...

El susurro cerca suyo le desconcertó. Se inclinó al frente apresurado y levantando la mano hacia su oreja miró por encima del hombro al otro... ¡Había llegado! De todas formas ¿Por qué le estaba dando tantas vueltas al asunto? Kilian solo le había propuesto ir con él a ver las estrellas posiblemente por simple curiosidad... ¡Como si hubiera más motivos por ello! Y él había aceptado como buen niño que no era... Fijó su verdosa mirada en la oscura ajena y suspiró— De verdad... ¿Qué tiene hoy el universo conmigo? —Murmuró en bajo... Bueno, pensándolo un poco seguramente estaría muy enfurecido con su existencia, y no solo él. Se volteó, quedando correctamente sentado de nuevo mientras sentía como el chico se sentaba a su lado. Su mirada, aparentemente algo aburrida y desinteresada de fijó nuevamente en el cielo, en busca de algo que, por su sorpresa parecía haber abandonado los cielos de Idarion... ¿Pero hacia donde? Si hubiera sido un avión, seguramente seguiría estando en algún lugar, después de todo, no había podido avanzar tanto en aquél corto periodo de tiempo. Su codo acabó apoyado en el reposabrazos del asiento y su mejilla, apoyada en la palma de la mano. Seguramente solo se estuviera montando extrañas historias por el aburrimiento inicial, o porque realmente aún se sentía... Extrañamente calmado y a la vez inquieto al lado del fotógrafo. Ni él sabía explicarse o entenderse a si mismo, algo frustrante ¿Para qué mentir?


Sonrió por aquella frase que repentinamente cruzó su cabeza. Miró de reojo hacia su compañero y humedeció sus labios antes de hablar— ¿Crees en vida extraterrestre? —Particular pregunta, sí, sobretodo porque significaba querer conocer la opinión de alguien más, cosa que, en cualquier otra situación habría ignorado olímpicamente. No quería más que charlar un rato, desvió su mirada hacia el ya estrellado firmamento y se quedó viendo unos instantes antes de removerse un poco en su asiento y volver a abrir boca— Si cada una de esos puntitos que vemos es un asteroide o un planeta... Sería interesante que hubiera algo más allá arriba... —Terminó murmurando. Quizás estaba haciendo la estupidez más grande de su vida, pero, de alguna extraña forma decidió arriesgarse a ello... Aunque él de por si no pudiera considerarse una persona que lo hiciera a menudo sin un buen motivo en mente. Cerró sus ojos, quizás era mejor idea quedarse callado.— Recuerdame por qué vine hoy —Cerró sus ojos, alejando de su mente su principal atención. Una ligera brisa que se coló de la abertura que había encima de ellos hizo menear con suavidad su cabello.