Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Página 1 de 1. • Comparte
Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
¿De qué forma arrancas todo el dolor que sientes? ¿De qué forma sofocas el ardor en tu pecho porque tu vida es demasiado horrible pero no tienes la fuerza para abandonarla? Yo tengo dos métodos eficaces. El primero es el motivo por el que mis muñecas, descubiertas, están cubiertas de cicatrices de diferentes tamaños y profundidades algunas sin tratar y otras ya curadas... El segundo es el motivo por el que estoy aquí, la música. Cantar es lo único que me ha mantenido cuerdo, si es que podemos decir que yo estoy cuerdo. Miré mis muñecas, la noche anterior hice algo extremo, me entró la depresión loca y tuve que jugar con mis navajas hasta sentirme mejor, pero eso me motivo para escribir una nueva canción, misma canción que planeo practicar esta tarde.
Tomé la guitarra que descansaba en la esquina de la habitación, fue una tonada lenta. La canción que había escrito se llama "Slaves of Machines", porque siento que es algo que es muy claro en la vida actual, las personas suelen... Hacerlo, aunque intente aplicarla más hacia un enfermo en coma, conectado a una máquina, creo que después de todo no me salió tan bien. Tuve que escribirla con algo de mi sangre, lo que le da un aspecto más tétrico a la canción, no importa es un detalle insignificante. La canción en si, era perfecta, pero no sabía si cantarla ahora para probar o esperar a que me llegara una melodía perfecta. Puse el microfono en un sitio donde pudiera alcanzar el sonido de la guitarra y di un par de acordes, pensé que era mejor empezar con la melodía, porque en este momento lo único que quiero es hacer la otra cosa que me gusta para exteriorizar mis pensamientos, lo que siento.
Me mordí la carne dentro de la boca hasta sangrar, antes de comenzar a cantar. Pero entonces, la puerta se abrió y deje de tocar. Dirigí mi mirada hacia el sitio y levanté la ceja.
—¿Disculpa? —Deje la guitarra en la esquina y me acerqué a la puerta para abrirla de par en par. Era una chica. Le observé con cuidado, y luego me baje las mangas, no necesito que chicas molestas me pregunten sobre mi situación mental, aunque ya lo han hecho muchas veces. —¿Perdiste algo? —Mi voz sonó un poco más frío de lo que debería, pero intente que no sonara de esa forma, deje escapar un suspiro y me recargué en el marco de la puerta.— ¿Hey, estás aquí?— Exclame dándole un empujón con el dedo en la frente.
Tomé la guitarra que descansaba en la esquina de la habitación, fue una tonada lenta. La canción que había escrito se llama "Slaves of Machines", porque siento que es algo que es muy claro en la vida actual, las personas suelen... Hacerlo, aunque intente aplicarla más hacia un enfermo en coma, conectado a una máquina, creo que después de todo no me salió tan bien. Tuve que escribirla con algo de mi sangre, lo que le da un aspecto más tétrico a la canción, no importa es un detalle insignificante. La canción en si, era perfecta, pero no sabía si cantarla ahora para probar o esperar a que me llegara una melodía perfecta. Puse el microfono en un sitio donde pudiera alcanzar el sonido de la guitarra y di un par de acordes, pensé que era mejor empezar con la melodía, porque en este momento lo único que quiero es hacer la otra cosa que me gusta para exteriorizar mis pensamientos, lo que siento.
Me mordí la carne dentro de la boca hasta sangrar, antes de comenzar a cantar. Pero entonces, la puerta se abrió y deje de tocar. Dirigí mi mirada hacia el sitio y levanté la ceja.
—¿Disculpa? —Deje la guitarra en la esquina y me acerqué a la puerta para abrirla de par en par. Era una chica. Le observé con cuidado, y luego me baje las mangas, no necesito que chicas molestas me pregunten sobre mi situación mental, aunque ya lo han hecho muchas veces. —¿Perdiste algo? —Mi voz sonó un poco más frío de lo que debería, pero intente que no sonara de esa forma, deje escapar un suspiro y me recargué en el marco de la puerta.— ¿Hey, estás aquí?— Exclame dándole un empujón con el dedo en la frente.
- Spoiler:
- [
Nikolas Loreto
Mensajes :
68
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Ya era tarde y debía ir al comedor antes de que este cerrara, si es que deseaba alcanzar a cenar algo. Por lo tanto, abandoné el salón en el que me encontraba ensayando una de las piezas que dentro de un par de meses tendría que presentar en el auditorio, frente a todo el cuerpo estudiantil. Aún faltaba tiempo, eso lo tenía presente, sin embargo para mí nunca era suficiente, nada era suficiente: tenía que practicar y practicar hasta que no hubiera ningún minúsculo error que se pudiera corregir. Esto era a lo que me dedicaba, la danza era mi único talento, no podía echarlo a perder como todas las demás cosas que hacía. Si perdía eso que hacía bien, ¿qué me quedaría?
Cenaría y después regresaría a hurtadillas al mismo lugar, para seguir ensayando hasta que el amanecer me sorprendiera, como siempre lo hacía. Me dispuse a bajar las escaleras cuando unas notas en la lejanía provocaron que todos mis movimientos se detuvieran de golpe; los látidos de mi corazón se aceleraron como sólo pocas veces sucedía: cuando estaba aterrada.
Tragué saliva y volteé a ver el pasillo, a mi mano derecha, que conducía a la zona destinada a los estudiantes de música. ¿Quién estaría allí a esas horas? Se suponía que las clases habían concluido desde hacía horas...
Me obligué a respirar con normalidad, inhalando profundamente aire para después soltarlo quedamente. No había nada a lo cual preocuparse, ¿o sí? Seguramente se trataba de algún estudiante que, como yo, deseaba mejorar. Nada más... Sí, eso era lo que sucedía. Pero ahora me debatía entre si continuar mi camino original, o desviarme de este y acercarme a las estridentes notas que embriagaban todo el recinto en un hechizo que no sabía describir. Al final cedí ante mi último impulso y me encaminé hacia el origen de aquella extraña música.
No, no me gustaba aquel sonido estruendoso. Sabía que tenía ritmo, armonía, equilibrio... de otra manera, no podría llamársele "música", pero a mí no me gustaba... no provocaba aquel cosquilleo en mis extremidades que me incitaba a moverme al compás. Todo lo contrario: era tan aplastante, que no podía hacer otra cosa más que callar y quedarme totalmente inmóvil, con... ¿con miedo? Me daba miedo...
Y aún así, me encontraba allí, detrás de la puerta escuchando algo que detenía los latidos de mi corazón de forma dolorosa, como si cada nota fuera el recordatorio de mis peores miedos y pesadillas. Mi cuerpo actuó por impulso propio, sin que fuera lo más sensato: hice girar con lentitud la perilla de aquella puerta que representaba mi único obstáculo para conocer el rostro de aquel que estaba ejecutando aquella melodía tan aplastante y desconcertante. Pero como todo me salía siempre mal, debido a mi torpeza, esta se abrió de manera un tanto ruidosa, alertando al ocupante de la estancia y toda música cesó abruptamente. Contuve el aliento y me quedé inmóvil, sin poder reaccionar ante mi error y evidente entromisión.
Era un chico... el causante de aquel sonido era un chico... lo supe reconocer por su voz, fría y molesta. ¿Pero qué esperaba? ¡Yo no debería estar allí! ¡Lo había fastidiado! Cuando la puerta se abrió con brusquedad, retrocedí temerosa y alcé la mirada para encontrarme con la ajena. Fueron unos ojos rojos los que me recibieron el contacto visual y no bastó más que un segundo para darme cuenta que me daban miedo... no era su dura voz lo que provocaba aquel leve temblor en mis manos, eran sus ojos... esa mirada rojiza que penetraba mi alma y me echaba en cara todas mis faltas, mis errores, mi torpeza... Sólo pude soportarle por unos cuantos segundos más, antes de desviar mi propia mirada a otro lado, temerosa. Fue en ese momento que mi vista periférica captó un movimiento por parte de él y alcancé a presenciar cómo el otro se cubría sus muñecas con las mangas, pero no fue lo suficientemente rápido como para que yo no lograra vislumbrar las heridas frescas que su piel lucía. Jadeé ligeramente, olvidándome de todo lo demás y siendo consciente únicamente de esas marcas rojizas; hasta que su tacto en mi frente me hizo volver en mí. Volví a mirarle a los ojos, pero esta vez estos no me causaban temor... ahora podía ver algo más en ellos... ¿tristeza? Soledad...
En un acto impulsivo que no pude controlar, extendí mis manos para tomar una de sus muñecas y dejarlas al descubierto, negando levemente.
-No las cubras... -musité con voz muy suave, apenas perceptible- No lo hagas... -las observé con atención, sin expresar ninguna clase de sentimiento en mi rostro que no fuera la ternura infinita. Porque yo también sabía lo que se sentía estar completamente solo, expuesto a los sórdidos comentarios de todos los demás. Pasé un par de dedos por estas, en un tacto efímero que no pretendía otra cosa más que profesar cuidado y cariño a esa zona tan sensible de su piel- Yo no te voy a juzgar... -volví a centrar mi atención en su rostro, pero sin soltarle aún su brazo- ¿Te duele?
Dolía... claro que dolía.
Cenaría y después regresaría a hurtadillas al mismo lugar, para seguir ensayando hasta que el amanecer me sorprendiera, como siempre lo hacía. Me dispuse a bajar las escaleras cuando unas notas en la lejanía provocaron que todos mis movimientos se detuvieran de golpe; los látidos de mi corazón se aceleraron como sólo pocas veces sucedía: cuando estaba aterrada.
Tragué saliva y volteé a ver el pasillo, a mi mano derecha, que conducía a la zona destinada a los estudiantes de música. ¿Quién estaría allí a esas horas? Se suponía que las clases habían concluido desde hacía horas...
Me obligué a respirar con normalidad, inhalando profundamente aire para después soltarlo quedamente. No había nada a lo cual preocuparse, ¿o sí? Seguramente se trataba de algún estudiante que, como yo, deseaba mejorar. Nada más... Sí, eso era lo que sucedía. Pero ahora me debatía entre si continuar mi camino original, o desviarme de este y acercarme a las estridentes notas que embriagaban todo el recinto en un hechizo que no sabía describir. Al final cedí ante mi último impulso y me encaminé hacia el origen de aquella extraña música.
No, no me gustaba aquel sonido estruendoso. Sabía que tenía ritmo, armonía, equilibrio... de otra manera, no podría llamársele "música", pero a mí no me gustaba... no provocaba aquel cosquilleo en mis extremidades que me incitaba a moverme al compás. Todo lo contrario: era tan aplastante, que no podía hacer otra cosa más que callar y quedarme totalmente inmóvil, con... ¿con miedo? Me daba miedo...
Y aún así, me encontraba allí, detrás de la puerta escuchando algo que detenía los latidos de mi corazón de forma dolorosa, como si cada nota fuera el recordatorio de mis peores miedos y pesadillas. Mi cuerpo actuó por impulso propio, sin que fuera lo más sensato: hice girar con lentitud la perilla de aquella puerta que representaba mi único obstáculo para conocer el rostro de aquel que estaba ejecutando aquella melodía tan aplastante y desconcertante. Pero como todo me salía siempre mal, debido a mi torpeza, esta se abrió de manera un tanto ruidosa, alertando al ocupante de la estancia y toda música cesó abruptamente. Contuve el aliento y me quedé inmóvil, sin poder reaccionar ante mi error y evidente entromisión.
Era un chico... el causante de aquel sonido era un chico... lo supe reconocer por su voz, fría y molesta. ¿Pero qué esperaba? ¡Yo no debería estar allí! ¡Lo había fastidiado! Cuando la puerta se abrió con brusquedad, retrocedí temerosa y alcé la mirada para encontrarme con la ajena. Fueron unos ojos rojos los que me recibieron el contacto visual y no bastó más que un segundo para darme cuenta que me daban miedo... no era su dura voz lo que provocaba aquel leve temblor en mis manos, eran sus ojos... esa mirada rojiza que penetraba mi alma y me echaba en cara todas mis faltas, mis errores, mi torpeza... Sólo pude soportarle por unos cuantos segundos más, antes de desviar mi propia mirada a otro lado, temerosa. Fue en ese momento que mi vista periférica captó un movimiento por parte de él y alcancé a presenciar cómo el otro se cubría sus muñecas con las mangas, pero no fue lo suficientemente rápido como para que yo no lograra vislumbrar las heridas frescas que su piel lucía. Jadeé ligeramente, olvidándome de todo lo demás y siendo consciente únicamente de esas marcas rojizas; hasta que su tacto en mi frente me hizo volver en mí. Volví a mirarle a los ojos, pero esta vez estos no me causaban temor... ahora podía ver algo más en ellos... ¿tristeza? Soledad...
En un acto impulsivo que no pude controlar, extendí mis manos para tomar una de sus muñecas y dejarlas al descubierto, negando levemente.
-No las cubras... -musité con voz muy suave, apenas perceptible- No lo hagas... -las observé con atención, sin expresar ninguna clase de sentimiento en mi rostro que no fuera la ternura infinita. Porque yo también sabía lo que se sentía estar completamente solo, expuesto a los sórdidos comentarios de todos los demás. Pasé un par de dedos por estas, en un tacto efímero que no pretendía otra cosa más que profesar cuidado y cariño a esa zona tan sensible de su piel- Yo no te voy a juzgar... -volví a centrar mi atención en su rostro, pero sin soltarle aún su brazo- ¿Te duele?
Dolía... claro que dolía.
Marina Valentine
Mensajes :
63
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
No me molestaba, del todo, que me escucharan mientras canto, pero prefiero que me digan que quieren escucharme. Aunque claro, no entiendo porque alguien querría escucharme cantar. Dicen que mis canciones son demasiado tétricas y oscuras, claramente a nadie le agrada lo suficiente. Pero no es como que me importe demasiado, la mayoría del tiempo me es indiferente lo que ellos puedan pensar de mi, me eligeron en esta escuela por mi talento así que es obvio que tengo algo que pueden explotar en mi. Pero no estoy seguro de que toqué el estilo que las personas podrían esperar, creo que soy menos bueno que eso, solamente tocó lo que mueve mi corazón, así que como podrían darse cuenta no soy muy bueno en esto de la música, a menos y que conozca a alguien que...
Volviendo a la chica de la puerta, solo pude dirigirle una mirada nerviosa. No quería ser tan brusco o grotezco con ella, solamente quería averiguar que hacía espiándome digo, mi música no es la mejor como para observarme de esa forma. No me gusta que me observen porque me siento vulnerable, es mediante mi música que plasmó todos mis sentimientos y el hecho de que ella me observé es como desmantelar todos mis secretos antes de tiempo y yo no estoy preparado para eso, por eso fui un poco excesivo con ella. Por eso fui tan irracional al dirigirme a su persona. Y cuando pensé que se iba a poner a llorar, solamente tomó mi brazo y reveló mis muñecas, esa acción me dejo completamente helado... ¿Qué era lo que esa persona estaba intentando hacer?
—Si, si duele.— Mencioné con voz queda, sin saber exactamente el porque le respondía a sus dudas, siendo que no tengo porque hacerlo. También me ruboricé, estaba nervioso. Pero, estoy seguro de que ella no podría notarlo.—¿Quieres quedarte a escuchar como termina la canción?— Cuestioné, aunque no estaba muy seguro de porque motivo estaba cuestionando eso porque como dije, es una forma de revelar todos mis sentimientos por más oscuros que sean y yo no quiero que ella se de cuenta del gran desastre que soy. —Necesito una segunda opinión y ya que eres la única por aquí, supongo que tu eres la indicada.— No esperé su respuesta y solamente continue, lentamente con la canción, retomando justo donde me había quedado, solo que con un ritmo más lento y menos tétrico, por algún motivo no quería asustarla.
Respiré profundamente y di un par de acordes más con la guitarra antes de soltarla y mirarle. No esperaba mucho, al menos una crítica positiva, incluso si no es de mi misma área.
Volviendo a la chica de la puerta, solo pude dirigirle una mirada nerviosa. No quería ser tan brusco o grotezco con ella, solamente quería averiguar que hacía espiándome digo, mi música no es la mejor como para observarme de esa forma. No me gusta que me observen porque me siento vulnerable, es mediante mi música que plasmó todos mis sentimientos y el hecho de que ella me observé es como desmantelar todos mis secretos antes de tiempo y yo no estoy preparado para eso, por eso fui un poco excesivo con ella. Por eso fui tan irracional al dirigirme a su persona. Y cuando pensé que se iba a poner a llorar, solamente tomó mi brazo y reveló mis muñecas, esa acción me dejo completamente helado... ¿Qué era lo que esa persona estaba intentando hacer?
—Si, si duele.— Mencioné con voz queda, sin saber exactamente el porque le respondía a sus dudas, siendo que no tengo porque hacerlo. También me ruboricé, estaba nervioso. Pero, estoy seguro de que ella no podría notarlo.—¿Quieres quedarte a escuchar como termina la canción?— Cuestioné, aunque no estaba muy seguro de porque motivo estaba cuestionando eso porque como dije, es una forma de revelar todos mis sentimientos por más oscuros que sean y yo no quiero que ella se de cuenta del gran desastre que soy. —Necesito una segunda opinión y ya que eres la única por aquí, supongo que tu eres la indicada.— No esperé su respuesta y solamente continue, lentamente con la canción, retomando justo donde me había quedado, solo que con un ritmo más lento y menos tétrico, por algún motivo no quería asustarla.
Respiré profundamente y di un par de acordes más con la guitarra antes de soltarla y mirarle. No esperaba mucho, al menos una crítica positiva, incluso si no es de mi misma área.
Nikolas Loreto
Mensajes :
68
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Observé un poco más sus heridas antes de alzar la mirada a sus cautivantes ojos rojos, aquellos que causaban miedo y a la vez ternura al mismo tiempo en mí. Me dediqué a mirarle en silencio por un tiempo considerable hasta que le dediqué una breve sonrisa que pretendía ser tierna, pero que tampoco estaba excenta de nerviosismo.
-Ya no tienes qué preocuparte más... -musité con voz ligera y suave, soltándole el brazo lentamente y dejando que los míos cayeran sobre mis costados. Mi sonrisa se acentó un poco más- Yo también sé cómo se siente, y no es justo que estés así, por lo que... te pido que no te escondas, por favor... -aparté la mirada, ligeramente ruborizada. No entendía el porqué de decirle todo esto si apenas era un total desconocido para mí, y yo para él. Sin embargo estaba allí, de pie en el umbral de aquella habitación, en una sección que no me correspondía y frente a su persona, cuando mi primer impulso instintivo había sido el de correr y olvidarme de todo este episodio. No lo hice, y por alguna extraña razón sentía que estaba en el lugar y momento adecuados. Jamás podría explicarlo con palabras, pero aquella sensación de que ambos nos necesitábamos y por ende de aquel encuentro que podría ser producto de la casualidad, no se esfumaba.
Cuando me invitó a escucharle para darle una opinión, volteé a verlo para dedicarle una cálida sonrisa y asentir, adentrándome un poco más a la estancia al tiempo que jugueteaba con mis manos, nerviosa. Había aceptado no porque la música fuera de mi agrado, en realidad era todo lo contrario y me causaba escalosfríos muy poco agradables. Pero estaba segura que tras tanta ferocidad se escondía una parte vulnerable de él en esa canción, la cual disfrazaba de aquella manera para que nadie se pudiera acercar. Como una bella rosa con sus espinas. Y si él me estaba ofreciendo ser parte de eso, no me iba a negar.
Escuché en silencio, agradeciendo internamente el hecho de que bajara la intensidad al ritmo de los acordes. ¿Significaba eso que me estaba dejando un sendero abierto para que yo pudiera adentrarme a su interior más facilmente? Probablemente sólo fueran tonterías mías producto de mi imaginación, ideas mías que seguramente distaban con la realidad. Pero aún así quería creer que podía ser de utilidad, en algo aunque fuera, a aquel chico de cabellos negros y ojos rojizos que tenía frente a mí. Podía ayudarlo, y quería hacerlo, sólo esperaba que él me lo permitiera... Al fin y al cabo los dos eramos iguales, ¿no? Ambos producto de la soledad que nos invadía... La única diferencia es que yo no había logrado hundirme del todo en aquel doloroso agujero de oscuridad, porque sabía que a pesar de todo la vida tenía mucho por ofrecerme, y si era de esa manera yo no era nadie para darle la espalda a esas nuevas promesas. Además de que actualmente tenía a un par de personas que me habían ayudado a ser mi sostén cuando yo me creía totalmente sola y perdida sin aquella nana, la única que me había acompañado, cuidado y querido a lo largo de mi infancia y parte de mi adolescencia. ¿Él tendría a alguien así? De no ser así, yo quería serlo... Le tendería mi mano, por nadie merecía estar solo.
Cuando terminó, le observé con atención por unos cuantos segundos y después cerré los ojos, sonriendo.
-Muchas gracias por compartir conmigo algo que seguramente significa mucho para ti... -los volví a abrir para observarle brevemente antes de encaminarme hacia el otro extremo de la habitación, hasta llegar junto a la ventana más próxima y apoyar mi mano en el alféizar de esta para observar el panorama del exterior- En cuanto escuché los acordes iniciales, antes de nuestro encuentro, lo primero que pude experimentar fue miedo. Definitivamente era algo que no me causaba dicha ni placer, al contrario... No me gustaba la sensación que me dejaba. Pero aún así fue lo suficientemente intenso para atraerme hasta acá -volteé a verlo por encima del hombro- Para que nos pudieramos encontrar y conocer. Sé que en esa melodía guarda algo que es muy importante para ti, parte de tu vida y alma... y es por ello que atesoro la oportunidad que me brindaste para ser parte, aunque fuera por un breve tiempo, de esta. No importa si a las demás persona les gusta o les parece desagradable, tú lo estás haciendo con el corazón y eso es más que suficiente para convertirlo en algo maravilloso y único, en una verdadera obra de arte, ¿vale? -le sonreí de manera que esperaba brindarle confianza, aunque después reí- Perdón si hablé de más, supongo que tiendo a hacerlo más veces de lo que las demás personas les gustaría... Si fui imprudente o metida, lo siento mucho. Por cierto, mi nombre es Marina y estudio danza, compartimos edificio... Me gustaría conocer tu nombre... ¿Podrías decírmelo?
Off: ¡Puedes matarme por la tardanza! T^T En serio lo lamento mucho... ¡Te compensaré!
-Ya no tienes qué preocuparte más... -musité con voz ligera y suave, soltándole el brazo lentamente y dejando que los míos cayeran sobre mis costados. Mi sonrisa se acentó un poco más- Yo también sé cómo se siente, y no es justo que estés así, por lo que... te pido que no te escondas, por favor... -aparté la mirada, ligeramente ruborizada. No entendía el porqué de decirle todo esto si apenas era un total desconocido para mí, y yo para él. Sin embargo estaba allí, de pie en el umbral de aquella habitación, en una sección que no me correspondía y frente a su persona, cuando mi primer impulso instintivo había sido el de correr y olvidarme de todo este episodio. No lo hice, y por alguna extraña razón sentía que estaba en el lugar y momento adecuados. Jamás podría explicarlo con palabras, pero aquella sensación de que ambos nos necesitábamos y por ende de aquel encuentro que podría ser producto de la casualidad, no se esfumaba.
Cuando me invitó a escucharle para darle una opinión, volteé a verlo para dedicarle una cálida sonrisa y asentir, adentrándome un poco más a la estancia al tiempo que jugueteaba con mis manos, nerviosa. Había aceptado no porque la música fuera de mi agrado, en realidad era todo lo contrario y me causaba escalosfríos muy poco agradables. Pero estaba segura que tras tanta ferocidad se escondía una parte vulnerable de él en esa canción, la cual disfrazaba de aquella manera para que nadie se pudiera acercar. Como una bella rosa con sus espinas. Y si él me estaba ofreciendo ser parte de eso, no me iba a negar.
Escuché en silencio, agradeciendo internamente el hecho de que bajara la intensidad al ritmo de los acordes. ¿Significaba eso que me estaba dejando un sendero abierto para que yo pudiera adentrarme a su interior más facilmente? Probablemente sólo fueran tonterías mías producto de mi imaginación, ideas mías que seguramente distaban con la realidad. Pero aún así quería creer que podía ser de utilidad, en algo aunque fuera, a aquel chico de cabellos negros y ojos rojizos que tenía frente a mí. Podía ayudarlo, y quería hacerlo, sólo esperaba que él me lo permitiera... Al fin y al cabo los dos eramos iguales, ¿no? Ambos producto de la soledad que nos invadía... La única diferencia es que yo no había logrado hundirme del todo en aquel doloroso agujero de oscuridad, porque sabía que a pesar de todo la vida tenía mucho por ofrecerme, y si era de esa manera yo no era nadie para darle la espalda a esas nuevas promesas. Además de que actualmente tenía a un par de personas que me habían ayudado a ser mi sostén cuando yo me creía totalmente sola y perdida sin aquella nana, la única que me había acompañado, cuidado y querido a lo largo de mi infancia y parte de mi adolescencia. ¿Él tendría a alguien así? De no ser así, yo quería serlo... Le tendería mi mano, por nadie merecía estar solo.
Cuando terminó, le observé con atención por unos cuantos segundos y después cerré los ojos, sonriendo.
-Muchas gracias por compartir conmigo algo que seguramente significa mucho para ti... -los volví a abrir para observarle brevemente antes de encaminarme hacia el otro extremo de la habitación, hasta llegar junto a la ventana más próxima y apoyar mi mano en el alféizar de esta para observar el panorama del exterior- En cuanto escuché los acordes iniciales, antes de nuestro encuentro, lo primero que pude experimentar fue miedo. Definitivamente era algo que no me causaba dicha ni placer, al contrario... No me gustaba la sensación que me dejaba. Pero aún así fue lo suficientemente intenso para atraerme hasta acá -volteé a verlo por encima del hombro- Para que nos pudieramos encontrar y conocer. Sé que en esa melodía guarda algo que es muy importante para ti, parte de tu vida y alma... y es por ello que atesoro la oportunidad que me brindaste para ser parte, aunque fuera por un breve tiempo, de esta. No importa si a las demás persona les gusta o les parece desagradable, tú lo estás haciendo con el corazón y eso es más que suficiente para convertirlo en algo maravilloso y único, en una verdadera obra de arte, ¿vale? -le sonreí de manera que esperaba brindarle confianza, aunque después reí- Perdón si hablé de más, supongo que tiendo a hacerlo más veces de lo que las demás personas les gustaría... Si fui imprudente o metida, lo siento mucho. Por cierto, mi nombre es Marina y estudio danza, compartimos edificio... Me gustaría conocer tu nombre... ¿Podrías decírmelo?
Off: ¡Puedes matarme por la tardanza! T^T En serio lo lamento mucho... ¡Te compensaré!
Marina Valentine
Mensajes :
63
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Me sentía incomodo con aquella chica tan cerca de mi. Era como si no me tuviera miedo, aunque en nuestro primer encuentro visual noté que ella estaba demasiado nerviosa y asustada de mi. Lo sé, no es fácil lidiar con una mirada como la mía, no es fácil que las personas se den cuenta de esas cosas, no es fácil que sepan cuan dañada esta una persona por dentro. Pero esta misteriosa chica se ha dado cuenta de lo mucho que he sido herido. No solo las heridas superficiales o por mi música, ella realmente se ha dado cuenta del motivo por él que he sido herido, que es algo más profundo que lo que solamente el físico deja ver. No entendía porque ella no quería que me ocultara. Pero estaba bien, era convincente para mi.
—No deberías ser tan amable conmigo. No sabes si puedo morderte.— No la iba a morder, pero no me gustaba que se tomaran tantas libertades conmigo. Era molesto, demasiado molesto y en ocasiones no sabía como hacerle frente a eso. A esos pensamientos que nacían y morían en mi mente cada vez que me daba cuenta de que las personas querían acercarse a mi. ¿Actuar de forma normal? ¿Era eso posible en mi? No quería darme cuenta de esa respuesta. Porque estaba un poco inseguro sobre la forma en la que el mundo me veía. —Pero, esta bien, ¿quieres verlas?— Cuestioné descubriendo aquellas marcas que tanto había deseado que me arrebataran toda la sangre en el pasado.
Entonces, le invité a escuchar mi música. Si ella lograba ver entre líneas, entonces valía la pena intentar hacerme su amigo, aunque la cantidad de amigos que tengo en el mundo. Hay ocasiones en las que enfermo y deseo sobre todas las cosas que me enferme lo suficiente como para morir, pero luego lo olvido, porque el mundo no sería un mejor lugar sin mi, como tampoco uno peor, pero no quiero privatizarme de ser esa persona por la que el mundo cambie radicalmente. Quiero seguir cantando y que un día alguien se identifique con mi música porque se siente tan roto y triste como yo. Entonces, cuando terminé aquella tétrica canción y abrí los ojos, me di cuenta de que no había corrido despavorida, lo que habla muy bien de alguien como ella.
—Esta bien, es interesante ver el análisis que haces cuando escuchas a alguien cantar. Cuando entraste me di cuenta de que posiblemente teníamos mucho en común, por eso te dejé oír, aunque no tenía intención de hacerlo, algo me indicó que podrías darte cuenta de algo significativo.— En realidad no era para tanto si le deje escuchar o no, si quiero ser famoso algún día todos me escucharan y es algo que yo ya había contemplado, aunque detesto que me escuchen si no he terminado de tocar.—Entonces, bailas. ¿Nunca has intentado cantar? Porque me dan ganas de una canción más calmada, quizás en otro momento, si estás bien con ello, Marina.— Me permití llamarle por su nombre y luego pase la mano por mi cabello y añadí.—Mi nombre es Nikolas, Nikolas Loreto. Recuerda mi nombre, porque cuando sea famoso dirás “Yo escuché su primer canción” y mis fans te tendrán celos.— Esa era la voz de la ambición, porque sé que puedo llegar más lejos de lo que otros piensan.—Si bailas, ¿crees que podamos compartir un vals?— Cuestione, sin mucho interés. No estoy coqueteando, incluso si parece que si.
—No deberías ser tan amable conmigo. No sabes si puedo morderte.— No la iba a morder, pero no me gustaba que se tomaran tantas libertades conmigo. Era molesto, demasiado molesto y en ocasiones no sabía como hacerle frente a eso. A esos pensamientos que nacían y morían en mi mente cada vez que me daba cuenta de que las personas querían acercarse a mi. ¿Actuar de forma normal? ¿Era eso posible en mi? No quería darme cuenta de esa respuesta. Porque estaba un poco inseguro sobre la forma en la que el mundo me veía. —Pero, esta bien, ¿quieres verlas?— Cuestioné descubriendo aquellas marcas que tanto había deseado que me arrebataran toda la sangre en el pasado.
Entonces, le invité a escuchar mi música. Si ella lograba ver entre líneas, entonces valía la pena intentar hacerme su amigo, aunque la cantidad de amigos que tengo en el mundo. Hay ocasiones en las que enfermo y deseo sobre todas las cosas que me enferme lo suficiente como para morir, pero luego lo olvido, porque el mundo no sería un mejor lugar sin mi, como tampoco uno peor, pero no quiero privatizarme de ser esa persona por la que el mundo cambie radicalmente. Quiero seguir cantando y que un día alguien se identifique con mi música porque se siente tan roto y triste como yo. Entonces, cuando terminé aquella tétrica canción y abrí los ojos, me di cuenta de que no había corrido despavorida, lo que habla muy bien de alguien como ella.
—Esta bien, es interesante ver el análisis que haces cuando escuchas a alguien cantar. Cuando entraste me di cuenta de que posiblemente teníamos mucho en común, por eso te dejé oír, aunque no tenía intención de hacerlo, algo me indicó que podrías darte cuenta de algo significativo.— En realidad no era para tanto si le deje escuchar o no, si quiero ser famoso algún día todos me escucharan y es algo que yo ya había contemplado, aunque detesto que me escuchen si no he terminado de tocar.—Entonces, bailas. ¿Nunca has intentado cantar? Porque me dan ganas de una canción más calmada, quizás en otro momento, si estás bien con ello, Marina.— Me permití llamarle por su nombre y luego pase la mano por mi cabello y añadí.—Mi nombre es Nikolas, Nikolas Loreto. Recuerda mi nombre, porque cuando sea famoso dirás “Yo escuché su primer canción” y mis fans te tendrán celos.— Esa era la voz de la ambición, porque sé que puedo llegar más lejos de lo que otros piensan.—Si bailas, ¿crees que podamos compartir un vals?— Cuestione, sin mucho interés. No estoy coqueteando, incluso si parece que si.
Nikolas Loreto
Mensajes :
68
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
La actitud de aquel chico me intrigaba de sobremanera... aún más de lo que debería. Por regla general, alguien tan insignificante como yo debería de huir de personas como él, quienes no se detendrían ni tres segundo para arrasar a todo lo que tuvieran a su paso y hacerse imponer. Tampoco iba a negar que algo en él me asustaba demasiado, aún más de lo que realmente me gustaría admitir, pero aún así sentía que no debía apartarme, por más terrorífica que su presencia me pudiera resultar. Porque en el fondo no era como él quería aparentar y hacer ver en a los demás. Porque sufría, y no quería que se percataran de ello. ¿O de otra manera qué sentido tendría que quisiera ocultar aquellas marcas que él mismo se causaba y que no significan otra cosa sino odio a sí mismo? No era tan fuerte, aunque quisiera creérselo. Y eso sólo me instaba a quedarme a su lado aunque aquello significara cavar mi propia tumba. Porque no iba a dejar que sufriera solo, no si yo ya le había encontrado.
No existen casualidades, sólo lo inevitable.
Ladeé el rostro y le observé con atención mientras escuchaba todo lo que decía. Aunque tratara de ocultarlo, no se sentía muy a gusto con mi presencia. ¿Es que tenía algo en contra mía en particular? O sencillamente no estaba acostumbrado a interactuar y ser sociable con otros seres vivos. Me inclinaba por lo segundo, tomando en cuenta que no por nada estaban aquellas marcas que tanto deseaba ocultar a ojos ajenos... Y luego su música, esa que demostraba lo solo que se encontraba...
Aunque claro, eso no significaba que la primera opción debería de ser descartada, el hecho de que le interrumpiera de aquella manera y me encontrara fisgoneando en lo que no me incumbía podría haber provocado que creara cierta fijación desagradable de mí. Contuve un suspiro. Menudo lío en el que me había metido... Su soledad me hería, ¿pero cómo rescatarle si yo estaba igual de sola que él? Desde que tenía uso de razón me había topado contra el desdén de los demás, ni siquiera mi propia familia podía creer en mí. La única que había logrado apoyarme en mis sueños y que había demostrado confianza en mis aspiraciones había sido mi Nana, y ella ahora tampoco estaba. Pero quizá, en su caso, él no había tenido a absolutamente nadie, ni siquiera una sonrisa esperanzada ni una caricia llena de bondad que le instara a seguir. Sólo este pensamiento bastó para dejarme con un profundo dolor en el pecho que me impidió respirar por segundos.
-Me gusta cantar, pero dudo ser buena en ello... incluso dudo ser lo suficientemente buena en danza todavía, pero no por eso significa que lo abandonaré: seguiré esforzándome para demostrarles a los demás que incluso... que incluso alguien como yo puede bailar -mi voz disminuyó notoriamente, tras la vacilación, al pronunciar esto último al tiempo que rememoraba todas aquellas burlas, tanto del pasado como las actuales. Me esforcé por sonreírle- Me gusta tu nombre, Nikolás... Prometo no olvidar este día aunque tú sí lo hagas cuando seas famoso -aproveché sus últimas palabras para encaminar mis pasos hacia él y acercarme lo suficiente como para ser capaz de tocarle. Extendí mis manos y tomé una de las suyas entre las mías, y empleé segundos para contemplar estas antes de alzar mi mirada y centrarla en sus enigmáticos ojos rojizos, esos que causaban sentimientos tan contradictorios en mí. Quizá no fuera digna de hacerlo, pero si era capaz... le brindaría esas caricias llenas de bondad y calidez que probablemente no tuvo antes. Sin apartar mi mirada aún de él, le sonreí- ¿Quieres bailar conmigo?
No existen casualidades, sólo lo inevitable.
Ladeé el rostro y le observé con atención mientras escuchaba todo lo que decía. Aunque tratara de ocultarlo, no se sentía muy a gusto con mi presencia. ¿Es que tenía algo en contra mía en particular? O sencillamente no estaba acostumbrado a interactuar y ser sociable con otros seres vivos. Me inclinaba por lo segundo, tomando en cuenta que no por nada estaban aquellas marcas que tanto deseaba ocultar a ojos ajenos... Y luego su música, esa que demostraba lo solo que se encontraba...
Aunque claro, eso no significaba que la primera opción debería de ser descartada, el hecho de que le interrumpiera de aquella manera y me encontrara fisgoneando en lo que no me incumbía podría haber provocado que creara cierta fijación desagradable de mí. Contuve un suspiro. Menudo lío en el que me había metido... Su soledad me hería, ¿pero cómo rescatarle si yo estaba igual de sola que él? Desde que tenía uso de razón me había topado contra el desdén de los demás, ni siquiera mi propia familia podía creer en mí. La única que había logrado apoyarme en mis sueños y que había demostrado confianza en mis aspiraciones había sido mi Nana, y ella ahora tampoco estaba. Pero quizá, en su caso, él no había tenido a absolutamente nadie, ni siquiera una sonrisa esperanzada ni una caricia llena de bondad que le instara a seguir. Sólo este pensamiento bastó para dejarme con un profundo dolor en el pecho que me impidió respirar por segundos.
-Me gusta cantar, pero dudo ser buena en ello... incluso dudo ser lo suficientemente buena en danza todavía, pero no por eso significa que lo abandonaré: seguiré esforzándome para demostrarles a los demás que incluso... que incluso alguien como yo puede bailar -mi voz disminuyó notoriamente, tras la vacilación, al pronunciar esto último al tiempo que rememoraba todas aquellas burlas, tanto del pasado como las actuales. Me esforcé por sonreírle- Me gusta tu nombre, Nikolás... Prometo no olvidar este día aunque tú sí lo hagas cuando seas famoso -aproveché sus últimas palabras para encaminar mis pasos hacia él y acercarme lo suficiente como para ser capaz de tocarle. Extendí mis manos y tomé una de las suyas entre las mías, y empleé segundos para contemplar estas antes de alzar mi mirada y centrarla en sus enigmáticos ojos rojizos, esos que causaban sentimientos tan contradictorios en mí. Quizá no fuera digna de hacerlo, pero si era capaz... le brindaría esas caricias llenas de bondad y calidez que probablemente no tuvo antes. Sin apartar mi mirada aún de él, le sonreí- ¿Quieres bailar conmigo?
Marina Valentine
Mensajes :
63
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Me sentía nervioso. No me gustaba que vieran las cicatrices de mis muñecas, pero creo que puedo hacerle creer que me odio a mi mismo. No sé en que punto de mi vida comencé a cortarme para infringirme daño, creo que fue porque necesitaba olvidar de alguna forma lo que mi padre me hizo sentir, siempre pensé que un dolor mayor servía para curar un dolor de algún tipo, pero nunca pensé que podría buscar a alguien que en lugar de causarme más dolor me provocara felicidad. De verdad, nunca había pensado en la posibilidad, porque si mi padre no me amaba ¿qué me aseguraba que alguien si pudiera amarme? Eso me quitaba toda esperanza. Me sentí abochornado de que vieran las heridas en mi mano, algunas sobre otras peores, era como un amontonero de heridas, había cicatrices sin cerrar, algunas mal cerradas, otras secas y llenas de sangre, encima de esas estaban las nuevas, frescas y chorreantes de sangre, era una vista bastante grotesca y yo estaría bien si ella se alejara después de verlas.
Cerré los ojos en un intento de tranquilizarme. Ella dijo que le gustaba cantar, pero no creía que fuera suficientemente buena. Reí un poco por lo que dijo. Tampoco creía ser buena con la danza, esa debía ser su especialidad, pero yo tengo pensamientos diferentes a los suyos. ”Incluso alguien como yo”. Esa frase me recordaba demasiado a mi mismo, yo también quería triunfar, incluso sabiendo que el género de música que tocó es demasiado diferente a lo que a los demás les gusta. Ya lo sabía desde antes, lo sabía desde hace demasiado tiempo, sería muy complicado que triunfara, pero nada me desanimaba porque siempre dicen que hay un roto para un descosido, a alguien le llegaría mi música.
—La voz no es lo importante.— Mencioné, mirándole fijamente a los ojos. —Lo importante es el sentimiento.— Aclaré, mi voz es muy masculina y en los coros no suelo batallar porque mi voz se adapta a lo que quiero cantar. Entonces, fruncí el ceño, especialmente porque piensa que soy del tipo de persona que olvida nombres. En ese caso, me aseguraré de no olvidarlo.—¿Por qué piensas que olvidaría tu nombre?— Pregunté con duda y el ceño fruncido.
Me puse demasiado nervioso cuando se acercó a mi. Sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho y me obligué a dar un paso hacia atrás. Su cercanía comenzaba a ponerme nervioso, más nervioso. Una cosa es que alguien se preocupara por mi y otra muy diferente era que alguien quisiera estar cerca de mi. Eso era muy loco. Me ruboricé cuando tomó mi mano entre las suyas, eran cálidas y cómodas, me gustaba el tacto. Me hizo sentir un poco de paz entre toda la mierda de mi vida. ¿Era ella un ángel? Mis mejillas mostraron más rubor, mientras accedía a su propuesta moviendo la cabeza de arriba hacia abajo repetidas veces. Definitivamente era un ángel si quería bailar con alguien como yo.
—N-no soy muy bueno bailando.— Trastabillé, estaba muy nervioso. Pero, envolví su mano entre la mía y llevé mi mano a su cintura, mientras le daba play a la videograbadora que reproducía algunas de las canciones que usaba para pensar cuando estaba excesivamente desmotivado. Iris del Profesor Layton. Eso era suficiente para que mi alma se tranquilizara y me dejara concentrar la energía negativa en algo productivo.—Si no te gusta la canción, podemos bailar otra, pero es una de mis favoritas.— También parecía una canción digna para un ángel.
Cerré los ojos en un intento de tranquilizarme. Ella dijo que le gustaba cantar, pero no creía que fuera suficientemente buena. Reí un poco por lo que dijo. Tampoco creía ser buena con la danza, esa debía ser su especialidad, pero yo tengo pensamientos diferentes a los suyos. ”Incluso alguien como yo”. Esa frase me recordaba demasiado a mi mismo, yo también quería triunfar, incluso sabiendo que el género de música que tocó es demasiado diferente a lo que a los demás les gusta. Ya lo sabía desde antes, lo sabía desde hace demasiado tiempo, sería muy complicado que triunfara, pero nada me desanimaba porque siempre dicen que hay un roto para un descosido, a alguien le llegaría mi música.
—La voz no es lo importante.— Mencioné, mirándole fijamente a los ojos. —Lo importante es el sentimiento.— Aclaré, mi voz es muy masculina y en los coros no suelo batallar porque mi voz se adapta a lo que quiero cantar. Entonces, fruncí el ceño, especialmente porque piensa que soy del tipo de persona que olvida nombres. En ese caso, me aseguraré de no olvidarlo.—¿Por qué piensas que olvidaría tu nombre?— Pregunté con duda y el ceño fruncido.
Me puse demasiado nervioso cuando se acercó a mi. Sentí que mi corazón se iba a salir de mi pecho y me obligué a dar un paso hacia atrás. Su cercanía comenzaba a ponerme nervioso, más nervioso. Una cosa es que alguien se preocupara por mi y otra muy diferente era que alguien quisiera estar cerca de mi. Eso era muy loco. Me ruboricé cuando tomó mi mano entre las suyas, eran cálidas y cómodas, me gustaba el tacto. Me hizo sentir un poco de paz entre toda la mierda de mi vida. ¿Era ella un ángel? Mis mejillas mostraron más rubor, mientras accedía a su propuesta moviendo la cabeza de arriba hacia abajo repetidas veces. Definitivamente era un ángel si quería bailar con alguien como yo.
—N-no soy muy bueno bailando.— Trastabillé, estaba muy nervioso. Pero, envolví su mano entre la mía y llevé mi mano a su cintura, mientras le daba play a la videograbadora que reproducía algunas de las canciones que usaba para pensar cuando estaba excesivamente desmotivado. Iris del Profesor Layton. Eso era suficiente para que mi alma se tranquilizara y me dejara concentrar la energía negativa en algo productivo.—Si no te gusta la canción, podemos bailar otra, pero es una de mis favoritas.— También parecía una canción digna para un ángel.
Nikolas Loreto
Mensajes :
68
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
-No soy una persona que cause una impresión duradera -negué ligeramente con un gesto de mi cabeza al tanto que sonreía. Volví a mirarle a los ojos sin disminuir en ningún momento mi sonrisa- Por eso, el día en que llegues a ser famoso, tendrás tantas cosas en la mente como para recordar el nombre de una simple chica con la que se encontró una vez por casualidad, ¿no te parece? -observé sus movimientos recelosos y eso provocó que le mirara con curiosidad, a punto estuve de retroceder al igual que él y disculparme por mi atrevimiento.
Si lo analizaba en retrospectiva, realmente estaba siendo no sólo mal educada con aquel chico de cabellera azabache, sino también sumamente entrometida. Pero antes de que pudiera soltarle la mano, él me tomó de la forma indicada para iniciar un baile y puso música para reproducir. Parpadeé, sorprendida e incrédula, antes de dedicarle una radiante sonrisa agradecida
-No es necesario que sepas bailar, sólo deja a tu cuerpo ser libre con sus movimientos. Es lo mismo que con el canto -en realidad me motivaba, a la vez que me llenaba de calidez, el no ser rechazada por Nikolas. No entendía muy bien el cómo, y a pesar de que una parte de él seguía de cierto modo atemorizándome sin que pudiera evitarlo, sentía también que se había formado un vínculo entre nosotros, probablemente debido a que ambos eramos parecidos hasta cierto punto. No podía evitar sentir esa simpatía hacia el joven cantante, como si él pudiera entender mi sufrimiento tal como yo entendía el de él. Sin embargo también podía intuir que él había optado por el camino de encerrarse a sí mismo y no permitir que nadie más se le acercara, y a pesar de que sabía que aquella postura era la más dañina de todas, no podía juzgarlo. Porque lo entendía, es que no me atrevía a hacerlo. El permitir que otros se acerquen significaba una alta probabilidad de salir aún más lastimado, y cuando habías sido herido en repetidas ocasiones, lo único que deseabas era evitar más sufrimiento; por lo tanto el desconfiar de los demás se volvía indispensable para mantenerte a salvo. Pero ese camino sólo te conducía a la soledad. Si aquel joven que tenía frente a mí no hacía nada por abrir los ojos, se hundiría en un abismo del que ya no podría salir. No todas las personas quieren herir a los demás, siempre estuve dispuesta a creer en ello y no iba a rendirme hasta demostrarle a los demás, y sobre todo a mí misma, que no estaba equivocada al confiar. No era nadie para meterme en las vidas ajenas, pero mirarle de ese modo resultaba doloroso... No entendía con exactitud el porqué, pero me hería... Quizá porque en sus ojos podía ver el reflejo de mí misma era por el que quería brindarle un poco de amabilidad, esa que siempre se le había negado. Tenderle mi mano cuando sólo la espalda le habían mostrado. Volví a sonreír y cerré los ojos, suspirando al hacerlo. Permití que mis sentidos fueran embriagados por las dulces notas que comenzaban a resonar en la estancia. Era una bella melodía- Me gusta. Tienes un muy buen gusto, Nikolas -abrí los ojos sólo para mirarle, sonriendo.
Afiancé mejor el agarre de nuestras manos entrelazadas y tranquilamente lo encaminé hacia el centro de la estancia, para de allí comenzar a movernos al ritmo de las notas musicales. No creía que él no fuera bueno bailando, al ser músico tenía que sentir ese ritmo e impulso motivarle a expresarse de alguna forma. Por algo la música y la danza eran dos ramas del arte tan unidas, sin una no existía la otra. Estaba tenso, pero aquello era probablemente producto de su nerviosismo más que por su inexperiencia. Tenía que relajarse y dejarse llevar.
Volví a cerrar los ojos y, sin pensarlo realmente, comencé a cantar al ritmo tanto de la melodía como del movimiento de nuestros pies al recorrer el centro de la estancia. No estaba pensando en nada concreto, sólo me estaba dejando guiar por la música y por el momento, deseando fervientemente ganarme la confianza de mi acompañante. Quizá así podría olvidar un poco las barreras que le protegían y, en cambio, permitía a su verdadero yo descubrirse tal cual era...
Yo no tenía intenciones de lastimarle.
Si lo analizaba en retrospectiva, realmente estaba siendo no sólo mal educada con aquel chico de cabellera azabache, sino también sumamente entrometida. Pero antes de que pudiera soltarle la mano, él me tomó de la forma indicada para iniciar un baile y puso música para reproducir. Parpadeé, sorprendida e incrédula, antes de dedicarle una radiante sonrisa agradecida
-No es necesario que sepas bailar, sólo deja a tu cuerpo ser libre con sus movimientos. Es lo mismo que con el canto -en realidad me motivaba, a la vez que me llenaba de calidez, el no ser rechazada por Nikolas. No entendía muy bien el cómo, y a pesar de que una parte de él seguía de cierto modo atemorizándome sin que pudiera evitarlo, sentía también que se había formado un vínculo entre nosotros, probablemente debido a que ambos eramos parecidos hasta cierto punto. No podía evitar sentir esa simpatía hacia el joven cantante, como si él pudiera entender mi sufrimiento tal como yo entendía el de él. Sin embargo también podía intuir que él había optado por el camino de encerrarse a sí mismo y no permitir que nadie más se le acercara, y a pesar de que sabía que aquella postura era la más dañina de todas, no podía juzgarlo. Porque lo entendía, es que no me atrevía a hacerlo. El permitir que otros se acerquen significaba una alta probabilidad de salir aún más lastimado, y cuando habías sido herido en repetidas ocasiones, lo único que deseabas era evitar más sufrimiento; por lo tanto el desconfiar de los demás se volvía indispensable para mantenerte a salvo. Pero ese camino sólo te conducía a la soledad. Si aquel joven que tenía frente a mí no hacía nada por abrir los ojos, se hundiría en un abismo del que ya no podría salir. No todas las personas quieren herir a los demás, siempre estuve dispuesta a creer en ello y no iba a rendirme hasta demostrarle a los demás, y sobre todo a mí misma, que no estaba equivocada al confiar. No era nadie para meterme en las vidas ajenas, pero mirarle de ese modo resultaba doloroso... No entendía con exactitud el porqué, pero me hería... Quizá porque en sus ojos podía ver el reflejo de mí misma era por el que quería brindarle un poco de amabilidad, esa que siempre se le había negado. Tenderle mi mano cuando sólo la espalda le habían mostrado. Volví a sonreír y cerré los ojos, suspirando al hacerlo. Permití que mis sentidos fueran embriagados por las dulces notas que comenzaban a resonar en la estancia. Era una bella melodía- Me gusta. Tienes un muy buen gusto, Nikolas -abrí los ojos sólo para mirarle, sonriendo.
Afiancé mejor el agarre de nuestras manos entrelazadas y tranquilamente lo encaminé hacia el centro de la estancia, para de allí comenzar a movernos al ritmo de las notas musicales. No creía que él no fuera bueno bailando, al ser músico tenía que sentir ese ritmo e impulso motivarle a expresarse de alguna forma. Por algo la música y la danza eran dos ramas del arte tan unidas, sin una no existía la otra. Estaba tenso, pero aquello era probablemente producto de su nerviosismo más que por su inexperiencia. Tenía que relajarse y dejarse llevar.
Volví a cerrar los ojos y, sin pensarlo realmente, comencé a cantar al ritmo tanto de la melodía como del movimiento de nuestros pies al recorrer el centro de la estancia. No estaba pensando en nada concreto, sólo me estaba dejando guiar por la música y por el momento, deseando fervientemente ganarme la confianza de mi acompañante. Quizá así podría olvidar un poco las barreras que le protegían y, en cambio, permitía a su verdadero yo descubrirse tal cual era...
Yo no tenía intenciones de lastimarle.
- Canción:
Marina Valentine
Mensajes :
63
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Fruncí el ceño ante las palabras de la chica y negué. Siempre he sido muy bueno con rostros de personas que han sido amables en mi vida, por si tengo la necesidad de hacerles un favor en el futuro, algo que sé que los hará sentirse mejor de lo que puedan sentirse antes de hacerlo y como esta chica es la primera que ha sentido preocupación propia por mi aunque no me conoce, dudo mucho olvidar su nombre. Puedo ser muchas cosas, pero nunca un desconsiderado. Sacudí la cabeza, sin saber que decirle, ella parecía tenerme miedo y yo no quería que se fuera porque se sentiría igual que con todas las personas que se fueron alejando de mi... Como todos esos fracasos.
—No te veo como una simple chica, has hecho algo que nadie habría hecho por mi.— Mencioné, tímido y cauteloso, no quería hacer algo que asustará a la chica, no quería que se alejara.—Te preocupaste por mi, eso es especial, no podría olvidarte.— Me ruboricé y miré a otro sitio.— Ya veras, Marina. Mi primer éxito será para ti.— Mencione, breve. No estaba coqueteando, pero si iba enserio con mis palabras. De verdad creía que si una chica como esa podía preocuparse por mi, era porque no era una chica normal. Deje escapar un breve suspiro, intentando tranquilizar los sentimientos que en ese momento me embargaban, no eran buenos sentimientos, eran cosas que no debería sentir por una desconocida.—No deberías menospreciarte de tal manera, no se ve bien en las chicas lindas, como tu.— Aquel comentario me mató, y bajé la mirada ruborizado.
Además invitarle a bailar de aquella forma tan llena de coquetería, incluso me había sorprendido, al principio pensé que sería suficiente eso para asustarle, pero en ese momento ni siquiera sabía si la chica tenía novio que me pudiera golpear por estar haciendo eso con tanta despreocupación, quizás debería tener más cuidado con ella en caso de que tenga un novio que pueda buscarme pelea, por otro lado la imagen de robar novias no iría nada mal conmigo y mi intento de parecer el niño malo de la academia. Me puse muy nervioso por el hecho de que no rechazo mi agarre y en cambio me dijo que podíamos bailar juntos. Y eso hicimos, bailamos, sus pasos eran suaves y la verdad es que aquello fue demasiado mágico. Me aleje de su cuerpo, pero no le solté la mano, poniendo breve distancia entre nosotros.
—No soy muy bueno, pero este tipo de baile siempre es fácil de desarrollar, ¿no?— Dejé escapar un suspiro.—La verdad, esperaba que huyeras si te proponía algo, pero no lo hiciste.— Le sonreí.—Gracias por no cumplir mis expectativas.— Quise disculparme, pero no supe que más decir, ya había bajado mi primer defensa.
—No te veo como una simple chica, has hecho algo que nadie habría hecho por mi.— Mencioné, tímido y cauteloso, no quería hacer algo que asustará a la chica, no quería que se alejara.—Te preocupaste por mi, eso es especial, no podría olvidarte.— Me ruboricé y miré a otro sitio.— Ya veras, Marina. Mi primer éxito será para ti.— Mencione, breve. No estaba coqueteando, pero si iba enserio con mis palabras. De verdad creía que si una chica como esa podía preocuparse por mi, era porque no era una chica normal. Deje escapar un breve suspiro, intentando tranquilizar los sentimientos que en ese momento me embargaban, no eran buenos sentimientos, eran cosas que no debería sentir por una desconocida.—No deberías menospreciarte de tal manera, no se ve bien en las chicas lindas, como tu.— Aquel comentario me mató, y bajé la mirada ruborizado.
Además invitarle a bailar de aquella forma tan llena de coquetería, incluso me había sorprendido, al principio pensé que sería suficiente eso para asustarle, pero en ese momento ni siquiera sabía si la chica tenía novio que me pudiera golpear por estar haciendo eso con tanta despreocupación, quizás debería tener más cuidado con ella en caso de que tenga un novio que pueda buscarme pelea, por otro lado la imagen de robar novias no iría nada mal conmigo y mi intento de parecer el niño malo de la academia. Me puse muy nervioso por el hecho de que no rechazo mi agarre y en cambio me dijo que podíamos bailar juntos. Y eso hicimos, bailamos, sus pasos eran suaves y la verdad es que aquello fue demasiado mágico. Me aleje de su cuerpo, pero no le solté la mano, poniendo breve distancia entre nosotros.
—No soy muy bueno, pero este tipo de baile siempre es fácil de desarrollar, ¿no?— Dejé escapar un suspiro.—La verdad, esperaba que huyeras si te proponía algo, pero no lo hiciste.— Le sonreí.—Gracias por no cumplir mis expectativas.— Quise disculparme, pero no supe que más decir, ya había bajado mi primer defensa.
Nikolas Loreto
Mensajes :
68
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Estaba tan concentrada en el baile, el canto y en las notas de la maravillosa pieza que resonaba en el salón que por un momento olvidé dónde me encontraba y con quién estaba. Fue cuando él habló que me atreví a mirarle a los ojos, acallando y contemplando sus ojos rojizos con suma curiosidad. Parecía demasiado seguro de sí mismo, pero me preguntaba si sería sólo una fachada, una barrera más que le protegía del resto de las personas. Sus cortadas le contradecían, pero al mismo tiempo... ¿Quién era yo para decir nada? Por más identificada que me sintiera con la persona que tenía ante mí, eso no quitaba que fuera... eso, un desconocido. De repente me sentí como una tonta, comportándome de aquella manera tan confiada frente a una persona de la que no tenía más de media hora de haberla visto por primera vez. ¿Qué me pasaba? ¿Qué era aquella sensación extraña de que estaba en el lugar y en el momento correcto, con la persona indicada? "No existen las coincidencias, sólo lo inevitable" Tal vez, él y yo teníamos que habernos conocido por alguna razón en especial, quizá el destino nos había conducido de esta manera hasta encontrarnos con el otro y forjar aquel inexplicable vínculo de compatibilidad que... ¡Un momento, aquello era absurdo! Me estaba dejando llevar por mi lado romántico con un completo extraño... ¡Estaba actuando como una chiquilla tonta!
Me reprendí a mí misma, aunque no pude evitar mirarle con sorpresa ante su promesa de dedicarme su primer éxito. Sentí cómo mis mejillas adquirían un suave toco rosado y desvíe mi mirada a otro lado, repentinamente intimidada ante su presencia. Estaba segura de que una vez que cada quien retornara a sus actividades cotidianas, no volveríamos a vernos y él se olvidaría en un instante de haberme visto antes; y sin embargo aquella seguridad en el chico de cabelleza azabache me contagiaba y me hacía desear creer en lo que decía... Pero era inútil, una vez que cruzara aquella puerta ya no volveríamos a vernos más, así que en realidad no importaba si cumplía su promesa o no, probablemente no estaría yo allí para atestiguarlo.
Cuando el baile terminó, siendo el joven el que marcara la distancia, me animé una vez más a observarle aunque fuera sólo de reojo. Me sonrojé aún más, avergonzada de nuevo ante sus palabras inesperadas. Aunque al mismo tiempo me causaban curiosidad...
-¿Entonces tus intenciones eran alejarme? -inquirí con desconcierto, observándole finalmente a los ojos y manteniéndole, con un poco de dificultad, la mirada. Pestañeé ligeramente- P-perdón... -musité, realmente arrepentida y apenada por mi inapropiado comportamiento. Al final de todo, Nikolas también creía que había sido demasiado familiar con él, sólo esperaba no haberlo incomodado demasiado- D-de igual manera... espero que te haya gustado la experiencia, no lo haces mal... Sólo necesitas creer un poco más en ti mismo -le sonreí con suavidad- Te agradezco mucho por el tiempo, Nikolas... Y por haber compartido conmigo aquella canción que representa tanto de ti, y por... haberme mostrado eso -miré brevemente sus muñecas para dar énfasis- Te prometo que no olvidaré este amable gesto de hacerme partícipe de tu vida aunque fuera sólo por unos momentos... -desvié la mirada hacia la ventana, apenada. En el exterior el sol ya se había ocultado casi en su totalidad y la oscuridad se apoderaba rápidamente del cielo; sólo en ese momento comprendí lo tarde que ya era- ¡No me había dado cuenta! -exclamé con sorpresa y rápidamente me encaminé hacia la puerta, pero al llegar a esta me detuve y le miré por encima del hombro, sonrojada pero al mismo tiempo obsequiándole una sonrisa, la que creía que sería la última- Perdón por robarte tanto tiempo, no deseaba ser un fastidio... Sin embargo agradezco el haberte conocido, Nikolas Loreto...
Y sin más, salí de allí y una vez en el pasillo, corrí rumbo al exterior, pensando en que aquel encuentro había sido de lo más extraño, pero a la vez con la sensación de haber experimentado algo maravilloso, aunque no supiera definirlo.
Me reprendí a mí misma, aunque no pude evitar mirarle con sorpresa ante su promesa de dedicarme su primer éxito. Sentí cómo mis mejillas adquirían un suave toco rosado y desvíe mi mirada a otro lado, repentinamente intimidada ante su presencia. Estaba segura de que una vez que cada quien retornara a sus actividades cotidianas, no volveríamos a vernos y él se olvidaría en un instante de haberme visto antes; y sin embargo aquella seguridad en el chico de cabelleza azabache me contagiaba y me hacía desear creer en lo que decía... Pero era inútil, una vez que cruzara aquella puerta ya no volveríamos a vernos más, así que en realidad no importaba si cumplía su promesa o no, probablemente no estaría yo allí para atestiguarlo.
Cuando el baile terminó, siendo el joven el que marcara la distancia, me animé una vez más a observarle aunque fuera sólo de reojo. Me sonrojé aún más, avergonzada de nuevo ante sus palabras inesperadas. Aunque al mismo tiempo me causaban curiosidad...
-¿Entonces tus intenciones eran alejarme? -inquirí con desconcierto, observándole finalmente a los ojos y manteniéndole, con un poco de dificultad, la mirada. Pestañeé ligeramente- P-perdón... -musité, realmente arrepentida y apenada por mi inapropiado comportamiento. Al final de todo, Nikolas también creía que había sido demasiado familiar con él, sólo esperaba no haberlo incomodado demasiado- D-de igual manera... espero que te haya gustado la experiencia, no lo haces mal... Sólo necesitas creer un poco más en ti mismo -le sonreí con suavidad- Te agradezco mucho por el tiempo, Nikolas... Y por haber compartido conmigo aquella canción que representa tanto de ti, y por... haberme mostrado eso -miré brevemente sus muñecas para dar énfasis- Te prometo que no olvidaré este amable gesto de hacerme partícipe de tu vida aunque fuera sólo por unos momentos... -desvié la mirada hacia la ventana, apenada. En el exterior el sol ya se había ocultado casi en su totalidad y la oscuridad se apoderaba rápidamente del cielo; sólo en ese momento comprendí lo tarde que ya era- ¡No me había dado cuenta! -exclamé con sorpresa y rápidamente me encaminé hacia la puerta, pero al llegar a esta me detuve y le miré por encima del hombro, sonrojada pero al mismo tiempo obsequiándole una sonrisa, la que creía que sería la última- Perdón por robarte tanto tiempo, no deseaba ser un fastidio... Sin embargo agradezco el haberte conocido, Nikolas Loreto...
Y sin más, salí de allí y una vez en el pasillo, corrí rumbo al exterior, pensando en que aquel encuentro había sido de lo más extraño, pero a la vez con la sensación de haber experimentado algo maravilloso, aunque no supiera definirlo.
Marina Valentine
Mensajes :
63
Re: Arrancar, arrancar todo {Priv. Marina}
Sobrepasaba mis límites, era una chica inocente que no captaba la veracidad ni el cinismo ni la amargura de mis palabras y parecía auténticamente preocupada por una existencia tan vacía como la mía. Seguramente en su vida tras la muerte sería un ángel, porque era demasiado tranquila y hermosa, era como todo lo que nunca había conocido en mi vida. Me sorprendía demasiado y desde el inicio supe que en mi vida su presencia sería muy importante y al mismo tiempo eso me asustaba demasiado. Ella parecía tan diferente a mi, tan diferente. No podía permitir que su esencia se envenenara permaneciendo cerca de alguien como yo. Nunca olvidaré el color de sus ojos ni la amabilidad de su tacto, no olvidaré nada de lo que causo un estremecimiento en mi. Había esperado que saliera corriendo ante mi descaro de invitarle a danzar una pieza de baile, pero me había sorprendido por completo al quedarse y compartir un baile conmigo, eso en lugar de molestarme, me había hecho sentir algo cálido en el pecho.
—No es como que muchas lindas señoritas quieran bailar conmigo.— Comenté, bajando la mirada con algo de pena. Pero volví a levantarla.—No me malinterpretes, pero prefiero cantar. En eso sé que soy bueno y al menos tengo mi imagen trabajada.— Cuando actuaba en eventos escolares, utilizaba una máscara de gas que modulaba mi voz para darle aquel efecto más frío que solía tener o más escalofriante. También podía cantar bien sin ella, pero era mejor tenerla para darle un mejor efecto a mis canciones.—La próxima vez que nos veamos deberías cantarme una canción, solo para ver que tan buena eres.— Comenté, siguiendo sus palabras sobre la "confianza en uno mismo".
Ya me estaba cayendo pesado que la chica continuara con sus pensamientos sobre ser insignificante en su vida, no entendía como era de difícil entender que nunca nadie me volteaba a ver, que nadie nunca me dirigía una mirada de preocupación, con esos ojos llenos de interés, sinceramente ni tenía idea de si podría dormir pensando en ella.
—Nos veremos pronto, Valentine. Cuenta los minutos.— Le murmuró, viendo como salía disparada por la puerta. Tan tierna.
—No es como que muchas lindas señoritas quieran bailar conmigo.— Comenté, bajando la mirada con algo de pena. Pero volví a levantarla.—No me malinterpretes, pero prefiero cantar. En eso sé que soy bueno y al menos tengo mi imagen trabajada.— Cuando actuaba en eventos escolares, utilizaba una máscara de gas que modulaba mi voz para darle aquel efecto más frío que solía tener o más escalofriante. También podía cantar bien sin ella, pero era mejor tenerla para darle un mejor efecto a mis canciones.—La próxima vez que nos veamos deberías cantarme una canción, solo para ver que tan buena eres.— Comenté, siguiendo sus palabras sobre la "confianza en uno mismo".
Ya me estaba cayendo pesado que la chica continuara con sus pensamientos sobre ser insignificante en su vida, no entendía como era de difícil entender que nunca nadie me volteaba a ver, que nadie nunca me dirigía una mirada de preocupación, con esos ojos llenos de interés, sinceramente ni tenía idea de si podría dormir pensando en ella.
—Nos veremos pronto, Valentine. Cuenta los minutos.— Le murmuró, viendo como salía disparada por la puerta. Tan tierna.
Nikolas Loreto
Mensajes :
68
Temas similares
» Todo combina bien con el negro... ¿Todo? (Priv. Abel)
» Some different [Priv. Marina o... Marino?]
» Happy birthday [Priv. Marina]
» El primer intento de cita [Priv. Marina]
» Y cuando llega la fiera… todo se altera [Priv.]
» Some different [Priv. Marina o... Marino?]
» Happy birthday [Priv. Marina]
» El primer intento de cita [Priv. Marina]
» Y cuando llega la fiera… todo se altera [Priv.]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Abr 13, 2018 6:04 pm por Cian Sheehan
» #Libro de Firmas
Sáb Mar 17, 2018 10:57 am por Gu Bei Chen
» ꧁ Gu Bei Chen ꧂
Sáb Mar 17, 2018 10:56 am por Gu Bei Chen
» ❉ Duanmu Louye ❉
Vie Mar 02, 2018 11:09 am por Duanmu Louye
» Los secretos y el pasado en la tumba deberían de quedar [Priv. Jun Kazuya]
Lun Feb 26, 2018 10:06 pm por Jun Kazuya
» Bajo el cielo inmaculado [Priv.]
Sáb Feb 24, 2018 11:41 pm por Larrence O'Brian
» ||Stars Can't Shine Without Darkness|| Priv.
Sáb Feb 24, 2018 10:04 pm por Larrence O'Brian
» One Step Closer...[Priv. Tasha || +18]
Miér Feb 21, 2018 3:20 pm por Gerhard Leisser
» ¿Fría atracción o cálida avidez? [Priv. Ahri]
Miér Feb 21, 2018 1:36 am por Rai R. Solberg
» Bake your Mood (Priv. Arlyne)
Sáb Nov 11, 2017 1:44 am por Arlyne Ní Laoghaire
» ENCUENTRO ACCIDENTADO (Priv. Kailen Tsukishiro)
Jue Nov 09, 2017 7:27 pm por Arlyne Ní Laoghaire
» {Juego} ¡Confiesa!
Vie Nov 03, 2017 3:24 pm por Dante Zuegg