One { Miléne }

por **Emeth** Sáb Ago 13, 2016 4:08 am

One { Miléne }

Nunca fue demasiado introspectivo, pero aquélla mañana favorecía para abandonar viejos hábitos...

La claridad del edificio lo abrumaba: le recordaba a un hospital o un sanatorio, lo cual le sacó un gesto, había sacudido un par de recuerdos del viejo baobab de la mente. Cada paso con el que acortaba distancia entre él y esa imponente entrada, reducía un poco - tan solo un poco - ese abismo llamado 'incertidumbre', culpable de su reciente apego al insomnio. Era sábado, ni estudiantes, ni alboroto, al menos no a esas deshoras de la madrugada cuando la alborada apenas estaba pintando el horizonte. Perfecto, tendría la ventaja de conocer el terreno llegado el lunes, arrancando oficialmente esta nueva etapa.

Llevaba puesto lo mismo con lo que había llegado un día atrás: pantalón y chaleco de corte largo en tonos negros, camisa blanca de un cuello estilizado, guantes de cuero, gafas oscuras, accesorios de plata y por doquier; anillos, collares, pulseras, aretes... ¿Para qué molestarse? Resultó más interesante mirar el techo como idiota durante horas y horas... Cabe decir que le encontró varias imperfecciones, nada relevante de cualquier modo.

Un rápido vistazo al interior apenas traspasando la puerta, agitando sus mechas a un lado, luego al otro, afilando el oído y aguzando la mirada mientras baja sus gafas por sobre el arco de su nariz para asegurarse de encontrar justo lo que espera: nada. Reacomoda las gafas en su sitio y se dedica a deambular por los pasillos, como si le pertenecieran, marcando el pesado eco de sus botas altas a cada paso, guiándose por la luz que se filtra a través de las ventanas, rompiendo en bellos esquemas cromáticos que le importan un pepino gracias a la jaqueca punzando sus sienes. Esos 8 cigarrillos lo valieron, no se arrepiente de nada.

Ruidos a la lejanía lo alertan de una compañía indeseada, aunque prácticamente el intruso es él, prefiere victimizarse, bufar y ocultarse en la primera habitación que se encuentra, dejando la puerta entreabierta para husmear al pasillo.