• Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
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Idarion Terra
Actividad #4 - Y es tiempo del adiós
El tiempo había pasado más rápido de lo que algunos hubieran querido, y las vacaciones en aquel paradisiaco lugar estaban ya por concluir. Risas, aventuras, insolaciones, competencias, todo eso y más habían acompañado a los vacacionistas a lo largo de aquellas semanas. Pero pronto sería el fin, y al día siguiente tendrían que regresar a sus rutinas diarias. Sin embargo, mientras tuvieran aquella nochede libertad, más de alguno estaba dispuesto a disfrutar lo más que se pudiera, hasta el último instante.
Los organizadores habían dispuesto, como última actividad de despedida, una fogata en la playa: se habían colocado troncos alrededor del fuego, a manera de largos asientos, y a un costado había una pequeña mesa con paquetes de bombones y salchichas, junto con un puñado de varillas metálicas, para que pudieran ser asados por todo aquel que gustara hacerlo. La fresca brisa nocturna traía consigo el rumor del batir de las olas en la orilla del no tan lejano mar; el clima era perfecto para disfrutar de aquel espectacular cielo oscuro plagado de estrellas resplandecientes y de una cándida luna que había hecho acto de presencia, como si también ella quisiera despedirse de los presentes junto a sus compañeras estelares. Pero aquello no sería un rotundo adiós, sino sólo un "hasta pronto"...
Normas:
• Este tema es el cierre final del viaje a la playa: una fogata en medio de la playa y por la noche, momento en el que todos los participantes podrán convivir entre sí y pasar un rato amigable en compañía de todos, con la posibilidad de asar malvaviscos y salchichas como también de contar anécdotas varias.
• Para obtener los puntos de la actividad, es necesario publicar como mínimo tres respuestas en este tema.
• Post cortos y fluidos, de esta manera la trama avanzará más pronto y así se podrán disfrutar con mayor comodidad de las siguientes actividades.
• Aprovechen para interactuar con los demás personajes que no conocen y así ampliar los círculos sociales de su personaje; podrían armarse tramas interesantes para los siguientes temas del evento.
• Procuren no rolear explayadamente entre dos personajes nada más. De preferencia esperen a que otros dos usuarios publiquen después de ustedes para volver a responder.
• Cualquier consulta podrán hacerla al Staff sin ningún inconveniente.
• La fecha estimada para cierre de tema será el 15 de Octubre del 2015.
• Aquel que desee rolear aparte con uno o varios personajes en específico, es libre de abrir temas independientes dentro de este mismo foro; sin pasar por alto la trama original del evento.
• ¡Diviértanse!
Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Las vacaciones estaban a punto de terminar; aquella era nuestra última noche en la playa y los organizadores habían decidido despedirse del lugar de forma modesta, pero espectacular: una fogata a plena intemperie, bajo el cielo nocturno plagado de titilantes estrellas. Miré a lo alto y una fugaz sonrisa asomó a mis labios con malicia, pero con un toque nostálgico en la misma. Me había divertido, y todos aquellos recuerdos se irían conmigo una vez que regresara a mi monótona rutina de siempre. Pero eso no era lo que había hecho de estos días en algo sumamente especial; sin la presencia de Zero el tiempo hubiera transcurrido igual de pesado y asfixiante que en cualquier lúgubre prisión. No importaba a dónde fuera, estaba ya marcada a vivir encerrada entre cuatro paredes, aún si estas no fueran algo físico. Mientras mi libertad se viera sometida por aquel hombre que desde Transilvania movía los hilos de mi destino y disponía de mi existencia como si le pertenecieran, yo jamás podría vivir con tranquilidad. El sólo recordarlo me provocaba escalofríos, pero lo que más me repugnaba y causaba náuseas era la sola idea de mi propia impotencia, mi incapacidad de poder hacer algo al respecto. ¿Sólo era una marioneta más de mi tío? ¿Qué era lo que quería ese hombre de mí? ¿No estaría satisfecho hasta verme totalmente destruida? No podía entenderlo... Y aún si pudiera hacerlo, no podía hacer absolutamente nada para liberarme de aquellas pesadas cadenas que estaban destinadas a asfixiarme hasta el final de mis días.
Era Zero, era él mi única ancla, mi única salvación para no hundirme en esta cruel realidad de soledad. ¿Qué sería yo sin él? Todo mi ser clamaba por él y se aferraba a su ser con desesperación, como si sólo soltarlo un segundo pudiera significar mi fin. Mi sonrisa se tornó ligeramente triste. ¿No estaría siendo egoísta al retenerle a mi lado de aquella manera? Él no tenía la obligación de sufrir a mi lado, él tenía alas de libertad con las cuales poder volar cuando quisiera, yo no...
Bajé mi mirada y la concentré en el ondulante fuego. Era de las primeras en llegar al lugar, por lo que había tenido la oportunidad de escoger el rincón más apartado, allí donde podía observar lo que acontecía a mi alrededor, pero con la ventaja de poder pasar desapercibida. Había asistido sola, con la esperanza de que Zero se desesperara momentáneamente ante mi ausencia y saliera a mi encuentro. Era listo, seguramente sabría dónde estaría.
-No tardes mucho, por favor...
Era Zero, era él mi única ancla, mi única salvación para no hundirme en esta cruel realidad de soledad. ¿Qué sería yo sin él? Todo mi ser clamaba por él y se aferraba a su ser con desesperación, como si sólo soltarlo un segundo pudiera significar mi fin. Mi sonrisa se tornó ligeramente triste. ¿No estaría siendo egoísta al retenerle a mi lado de aquella manera? Él no tenía la obligación de sufrir a mi lado, él tenía alas de libertad con las cuales poder volar cuando quisiera, yo no...
Bajé mi mirada y la concentré en el ondulante fuego. Era de las primeras en llegar al lugar, por lo que había tenido la oportunidad de escoger el rincón más apartado, allí donde podía observar lo que acontecía a mi alrededor, pero con la ventaja de poder pasar desapercibida. Había asistido sola, con la esperanza de que Zero se desesperara momentáneamente ante mi ausencia y saliera a mi encuentro. Era listo, seguramente sabría dónde estaría.
-No tardes mucho, por favor...
Erzsébet Holdfény
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Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
El viaje llegaba a su fin, mañana todos regresaríamos a la Academia para iniciar un nuevo semestre, pero aún nos quedaba una noche en aquel hermoso lugar que tan gratas experiencias me había brindado, y deseaba disfrutar el momento hasta sus últimas consecuencias. Mis pertenencias ya estaban casi en su totalidad listas en el interior de mi maleta, sólo había dejado los artículos de mayor necesidad que necesitaría para el día siguiente. Por ahora ya no había ningún pendiente que pudiera interferir en la velada, por lo que salí de mi habitación vistiendo un short caqui, una blusa de tirantes de color claro y unas zapatillas deportivas. Mi cabello estaba recogido en una coleta de lado que reposaba sobre mi hombro izquierdo.
En cuanto llegué a la escalineta de piedra que conducía a la playa sentí la suave brisa nocturna darme la bienvenida con suaves caricias en mi piel y sonreí tímidamente, alzando sólo por unos segundos la mirada al cielo estrellado y contemplar tal maravilla. Aquella sería una de las mejores experiencias de esas vacaciones, sin lugar a dudas. Bajé los escalones y me acerqué al lugar donde se encontraba ya el fuego ardiendo en los troncos, otros varios se disponían alrededor de este a modo de asientos. Hasta ese momento me percaté que aún era relativamente temprano, no tenía mucho que el cielo se había oscurecido, de hecho aún se podía notar una pequeña franja rosada en el horizonte, allí por donde se había ocultado el sol. Por ende, aún no habían llegado tantas personas como era de suponerse, sólo unas cuantas y en su mayoría se trataba de lor organizadores. Seguramente los demás aún estaría preparando sus cosas. Sin tomar mucho en cuenta este detalle, me aproximé al tronco más cercano y me senté en la arena justo delante de este, para poder utilizarlo como respaldo para mi espalda. Doblé mis rodillas hacia mí y las abracé con ambos brazos, apoyando mi barbilla sobre mis rodillas y me dediqué a la contemplación de la danza que hacía el fuego frente a mí. Desvíe mi mirada de dicho objetivo sólo para buscar con esta a una persona en específico, pero al percatarme de que aún no aparecía volví a concentrarme en las llamas.
¿Vendría Nikolas? No habíamos acordado nada en concreto, pero... sería agradable verlo una vez más antes de que ambos regresáramos a nuestras vidas de siempre. Al fin y al cabo le debía a él que aquellas vacaciones sobresalieran de todas las demás. Me había sentido muy a gusto a su lado, a pesar de aún no comprender los motivos del pelinegro por querer pasar tiempo conmigo. No me consideraba una compañía deseada por los demás... Y temía que esa sería una incógnita que probablemente nunca resolvería. Pero aún así deseaba verlo una vez más.
Sin poder evitarlo mis mejillas adquirieron un leve tinte rosado y de pronto sentí que me sofocaba, por lo que escondí aún más mi rostro entre mis rodillas, avergonzada de repente ante tales pensamientos.
En cuanto llegué a la escalineta de piedra que conducía a la playa sentí la suave brisa nocturna darme la bienvenida con suaves caricias en mi piel y sonreí tímidamente, alzando sólo por unos segundos la mirada al cielo estrellado y contemplar tal maravilla. Aquella sería una de las mejores experiencias de esas vacaciones, sin lugar a dudas. Bajé los escalones y me acerqué al lugar donde se encontraba ya el fuego ardiendo en los troncos, otros varios se disponían alrededor de este a modo de asientos. Hasta ese momento me percaté que aún era relativamente temprano, no tenía mucho que el cielo se había oscurecido, de hecho aún se podía notar una pequeña franja rosada en el horizonte, allí por donde se había ocultado el sol. Por ende, aún no habían llegado tantas personas como era de suponerse, sólo unas cuantas y en su mayoría se trataba de lor organizadores. Seguramente los demás aún estaría preparando sus cosas. Sin tomar mucho en cuenta este detalle, me aproximé al tronco más cercano y me senté en la arena justo delante de este, para poder utilizarlo como respaldo para mi espalda. Doblé mis rodillas hacia mí y las abracé con ambos brazos, apoyando mi barbilla sobre mis rodillas y me dediqué a la contemplación de la danza que hacía el fuego frente a mí. Desvíe mi mirada de dicho objetivo sólo para buscar con esta a una persona en específico, pero al percatarme de que aún no aparecía volví a concentrarme en las llamas.
¿Vendría Nikolas? No habíamos acordado nada en concreto, pero... sería agradable verlo una vez más antes de que ambos regresáramos a nuestras vidas de siempre. Al fin y al cabo le debía a él que aquellas vacaciones sobresalieran de todas las demás. Me había sentido muy a gusto a su lado, a pesar de aún no comprender los motivos del pelinegro por querer pasar tiempo conmigo. No me consideraba una compañía deseada por los demás... Y temía que esa sería una incógnita que probablemente nunca resolvería. Pero aún así deseaba verlo una vez más.
Sin poder evitarlo mis mejillas adquirieron un leve tinte rosado y de pronto sentí que me sofocaba, por lo que escondí aún más mi rostro entre mis rodillas, avergonzada de repente ante tales pensamientos.
Marina Valentine
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Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Después de la prueba de valor, Nikolas se había dado cuenta de una verdad prematura. Le gustaba mucho Marina, al principio creyó que todo eso era debido a que él estaba encaprichado con la forma en la que ella había intentado ayudarle a sentirse mejor era algo que le había tocado al fondo, pero luego se dio cuenta de que no era así. Diferente a lo que había sentido con cualquier otra persona, él quería protegerla. Aquella prueba le había dado peso a aquellos sentimientos que tenía, ella era como la luz en la oscuridad y al estar en la negación del hecho no se había dado cuenta hasta ese momento. Ya este era el último día de las vacaciones y se sentía un poco desanimado, quería estar bien con Marina pero solamente había hecho una estupidez tras otra, se sentía un poco idiota por eso, pero aquel día podría cerrar con broche de oro y con suerte, reparar todas las meteduras de pata del pasado.
No había llevado muchas cosas al viaje, por lo mismo sus pertenencias se encontraban abultadas en la maleta/mochila que había llevado consigo el primer día y los auriculares sobre este bulto, tenía la intención de escuchar música en el camino de vuelta, si es que Marina no quería sentarse a su lado en el recorrido. Si ella accedía, entonces no escucharía música más que la de la voz de la chica. Tenía una hermosa voz, le gustaría cantar con ella en alguna ocasión. Si es que ella quería... Dejó escapar un suspiro y recordó que se juntarían en la fogata, así que se puso una sudadera larga roja, jeans negros y lentes de marco grueso. Quería verla. Bajó de su habitación y la vio encogida con el rostro entre las piernas, se acercó lentamente y se sentó con sigilo a su lado.
—Pareces estar pensando en un chico.— Mencionó con un susurro. Nikolas no pensó mucho su siguiente acción, llevó su brazo derecho hacia la chica y la acercó a su cuerpo, dándole un abrazo silencioso y ruborizándose en el acto. ¡¿Qué le estaba pasando?! Él no era tan coqueto con las chicas, Marina debía gustarle mucho.—¿Estás bien, M-marina?— Cuestionó con nerviosismo.
No había llevado muchas cosas al viaje, por lo mismo sus pertenencias se encontraban abultadas en la maleta/mochila que había llevado consigo el primer día y los auriculares sobre este bulto, tenía la intención de escuchar música en el camino de vuelta, si es que Marina no quería sentarse a su lado en el recorrido. Si ella accedía, entonces no escucharía música más que la de la voz de la chica. Tenía una hermosa voz, le gustaría cantar con ella en alguna ocasión. Si es que ella quería... Dejó escapar un suspiro y recordó que se juntarían en la fogata, así que se puso una sudadera larga roja, jeans negros y lentes de marco grueso. Quería verla. Bajó de su habitación y la vio encogida con el rostro entre las piernas, se acercó lentamente y se sentó con sigilo a su lado.
—Pareces estar pensando en un chico.— Mencionó con un susurro. Nikolas no pensó mucho su siguiente acción, llevó su brazo derecho hacia la chica y la acercó a su cuerpo, dándole un abrazo silencioso y ruborizándose en el acto. ¡¿Qué le estaba pasando?! Él no era tan coqueto con las chicas, Marina debía gustarle mucho.—¿Estás bien, M-marina?— Cuestionó con nerviosismo.
Nikolas Loreto
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Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Para el profesor era entristecedor, la fecha era exacta, y no hay regla que permita extender las vacaciones. ¡Sería una locura! Pero el joven, quería seguir en la expectativa de mantenerse en la refrescante playa y seguir recolectando buenos recuerdos que la memoria siempre añora. ¡Y con lo fácil que se podía pasar por alumno! En el fondo aún es inmaduro, pero su reservado psiquis no lo expresa.
Mantiene a cabeza gacha, abrigado por el tenue calor de unas llamas que le provocan de vez en cuando frotarse unas mejillas acaloradas.
—Profesor, cuéntenos una historia.
La propuesta que salió prácticamente de la misma nada, del vacío y el aburrimiento, lo tomó desprevenido. ¿Qué clase de relato esperarían unos muchachitos cómo ellos? El peso de las miradas las siente muy en el pecho, siendo atravesado por un sentimiento de asfixia cuando alguien le presta atención.
—Está bien… —dijo sumisamente. No hay opción, piensa—. Éste cuento es muy corto, muchos quizás lo conocerán, otros tal vez no tengan conocimientos respecto a éste. Se han contado ya varias versiones, pero el que yo sé, es de influencia persa.
»Una vez, un hombre pálido y abatido, se presentó al gran y sabio Salomón. Salomón, nótese preocupado, preguntó: “¿Por qué estás en ése estado”, y el hombre, respondió: “Azrael, el ángel de la muerte, me ha lanzado una mirada impresionante, ¡estoy seguro que me quiere llevar con él! ¡Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma!” Salomón cumplió entonces. Al día siguiente, el profeta Salomón preguntó a Azrael: “¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a ese hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria.” Azrael, lozano, respondió: Ha interpretado mal mi mirada: lo miré con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India, y me dije: ¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?
Mantiene a cabeza gacha, abrigado por el tenue calor de unas llamas que le provocan de vez en cuando frotarse unas mejillas acaloradas.
—Profesor, cuéntenos una historia.
La propuesta que salió prácticamente de la misma nada, del vacío y el aburrimiento, lo tomó desprevenido. ¿Qué clase de relato esperarían unos muchachitos cómo ellos? El peso de las miradas las siente muy en el pecho, siendo atravesado por un sentimiento de asfixia cuando alguien le presta atención.
—Está bien… —dijo sumisamente. No hay opción, piensa—. Éste cuento es muy corto, muchos quizás lo conocerán, otros tal vez no tengan conocimientos respecto a éste. Se han contado ya varias versiones, pero el que yo sé, es de influencia persa.
»Una vez, un hombre pálido y abatido, se presentó al gran y sabio Salomón. Salomón, nótese preocupado, preguntó: “¿Por qué estás en ése estado”, y el hombre, respondió: “Azrael, el ángel de la muerte, me ha lanzado una mirada impresionante, ¡estoy seguro que me quiere llevar con él! ¡Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma!” Salomón cumplió entonces. Al día siguiente, el profeta Salomón preguntó a Azrael: “¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a ese hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria.” Azrael, lozano, respondió: Ha interpretado mal mi mirada: lo miré con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India, y me dije: ¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?
Invitado
Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Las huellas del individuo desaparecían con el correr de las aguas marinas, se lo apreciaba como un ser solitario y poco aprensivo a querer compartir la candidez siquiera de la poderosas llamas, que brotaban dentro de una amistosa hoguera. Su indiscutible vista granate posó atención sobre un basto firmamento estrellado. Al final, había valido la pena después de todo el ir y se llevaría consigo unos buenos recuerdos de aquel verano. En donde, por primera vez en años, al grifo no le permitieron aspirar a la soledad.
Ya que, todos sus momentos se abocaron a Angelique, la mujer que velaba día y noche, y encima enviudo no hace demasiado años de un amigo suyo. ¿Qué hubiese pasado, sí el duque siguiese vivo? ¿La muchacha se mostraría cómo siempre así con él? ¿Cómo acostumbraba desde que le vio después de tantos años? Pensarlo, en esos meros instantes, no le convenía en absoluto y sólo haría que se ganara una enorme frustración emocional. Por otro lado, Tarquín se hallaba serenamente sentado sobre la pálida arena, refrescándose el cuerpo con la brisa nocturna y observando el espectáculo natural que le pudiera brindar aquella playa italiana.
Mientras esperaba por el anuncio de su dueña. A la cual, aseguró firmemente a que podía encontrarlo a un lado de la orilla y jurado a que contemplarían por última vez una noche como esa. Extrañamente, o sin darse cuenta su elección de vestimenta iba a lograr inquietar aún más a la joven. Fuera lo que fuera, no tardo a oír pisadas que iban acercándose hacia su posición.
Tarquin A. Blackwood
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Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Y es tiempo de decir adiós
El momento de despedirse de un sitio, aún en lo tan corto vivido, siempre crea un sentimiento nostálgico, entrañable. Se me hizo difícil empacar, porque todo había resultado maravilloso y las vivencias, las amistades y los lazos que se fomentaron a la larga, perdurarían en la Academia. Y no es que sea un adiós definitivo, ¡todo lo contrario!, sabemos que nos veremos la cara de nuevo todo los días en los pasillos, y muchos se tratarían con una significativa camarería.
Hablaba de banalidades con compañeras de clase, de lo bien que nos supo ver a los chicos en trajes de baño y los formidables equipos que se crearon en las actividades. A pesar de lo que entretenida que parecía en realidad, cada tanto desviaba la mirada a mi sirviente, allá sentado, distanciado del abrigo de una fogata compañera y más atento a los enigmas del universo. No lo entendía en absoluto, nunca supe que ha pensado en todo éste tiempo. Su comunicación es nula y apesta… pero sus modales me resultan embriagantes.
Por desgracia, una chica aparentemente extrovertida, se acercó sin problemas a Tarquin. Cómo si en verdad se conociesen de toda la vida, atreviéndose a entablar una conversación amistosa.
—¿Por qué estás solo? ¿No te gusta el fuego?
En mis orbes azules se despertaron un tinte sediento de celos, manchado por una mirada de cólera y furia, ¡la desgraciada incluso se atreve a tomar asiento a su lado! Pretendí que no me molestaba, y sonreía falsamente, hasta unas risitas soltaba para ocultar mi veneno naciente. No sé de que charlan, aunque, ése grifo es mío. De eso si estoy segura.
Hablaba de banalidades con compañeras de clase, de lo bien que nos supo ver a los chicos en trajes de baño y los formidables equipos que se crearon en las actividades. A pesar de lo que entretenida que parecía en realidad, cada tanto desviaba la mirada a mi sirviente, allá sentado, distanciado del abrigo de una fogata compañera y más atento a los enigmas del universo. No lo entendía en absoluto, nunca supe que ha pensado en todo éste tiempo. Su comunicación es nula y apesta… pero sus modales me resultan embriagantes.
Por desgracia, una chica aparentemente extrovertida, se acercó sin problemas a Tarquin. Cómo si en verdad se conociesen de toda la vida, atreviéndose a entablar una conversación amistosa.
—¿Por qué estás solo? ¿No te gusta el fuego?
En mis orbes azules se despertaron un tinte sediento de celos, manchado por una mirada de cólera y furia, ¡la desgraciada incluso se atreve a tomar asiento a su lado! Pretendí que no me molestaba, y sonreía falsamente, hasta unas risitas soltaba para ocultar mi veneno naciente. No sé de que charlan, aunque, ése grifo es mío. De eso si estoy segura.
Angelique Freetzenvalden
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Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Me sentía un poco tonta. ¿De dónde nacía esta necesidad de verlo una vez más? Los momentos pasados a su lado en aquellas vacaciones definitivamente se convertirían en unos gratos recuerdos, pero tenía que hacerme a la realidad de que aquello... Sólo fue de una vez y ya. No se volvería a repetir. ¿Quién en su sano juicio desearía pasar tiempo conmigo tras haber cometido error tras error? Y eso que había sabido mantener una postura decente, aún el chico desconocía la magnitud de mi verdadera torpeza... ¡No, no quería pensar en eso! De hacerlo, sólo me deprimiría y todo me parecería más gris una vez que regresara a mi rutina cotidiana en la academia... Aunque ciertamente, a partir de este momento ya no podría verlo todo de la misma manera: Nikolas ahora marcaría la diferencia. Tenía que hacerme a la idea de que aquella sería la despedida, y mientras más pronto lo hiciera sería menos doloroso regresar.
Tan concentrada estaba en estos pensamientos que por un momento olvidé en dónde me encontraba y de la gente que me rodeaba, ajena a la confusión de la que era víctima. Pero en cuanto sentí una mano tocar mi hombro y aquella voz familiar dirigirme la palabra, regresé de golpe al presente. Alcé el rostro con suma sorpresa y miré hacia él, perdiéndome inmediatamente en la profundidad de sus ojos rojizos por unos instantes.
-¡Nikolas, estás aquí! -en cuanto solté aquello de forma impulsiva, mis mejillas adquirieron un tono rojizo mayor al anterior y más inusual. ¡Pero qué tonta! ¿Por qué había dicho aquello de forma tan rápida justo cuando el contrario había lanzado aquel comentario? ¡Tenía que concentrarme! ¿Pero cómo hacerlo cuando él, de la nada, me apegó a su cuerpo para así abrazarme? Estaba segura que el joven sería capaz de apreciar el latir acelerado de mi corazón; y ser consciente de esto me hacía ponerme más nerviosa aún- N-no... No es eso -bajé la mirada hacia la arena, totalmente avergonzada. Lo descubriría, descubriría que había estado pensando en él, si es que mi indiscreción anterior no me había delatado ya. Respiré profundamente y comencé a golpetear suavemente mi pecho con el dedo índice, aquel consejo para tranquilizarme dado por mi nana cuando era niña y que se había convertido en un tic inconsciente que siempre acudía cuando me sentía incómoda con la situación. Deseaba desesperadamente poder actuar con la mayor normalidad y rectitud, pero sentir la calidez emanar del cuerpo ajeno hacía que todo intento de racionalidad se dispersara... Y terminé cediendo, en búsqueda de aquel reconfortante calor otorgado. Cerré los ojos y suspiré suavemente, consiguiendo de golpe aquella paz que instantes antes había estado buscando con tanto ahínco y que sólo Nikolas me pudo brindar- Eres bastante cálido... -musité sin pensarlo, apoyando mi cabeza sobre su hombro con naturalidad.
Tan concentrada estaba en estos pensamientos que por un momento olvidé en dónde me encontraba y de la gente que me rodeaba, ajena a la confusión de la que era víctima. Pero en cuanto sentí una mano tocar mi hombro y aquella voz familiar dirigirme la palabra, regresé de golpe al presente. Alcé el rostro con suma sorpresa y miré hacia él, perdiéndome inmediatamente en la profundidad de sus ojos rojizos por unos instantes.
-¡Nikolas, estás aquí! -en cuanto solté aquello de forma impulsiva, mis mejillas adquirieron un tono rojizo mayor al anterior y más inusual. ¡Pero qué tonta! ¿Por qué había dicho aquello de forma tan rápida justo cuando el contrario había lanzado aquel comentario? ¡Tenía que concentrarme! ¿Pero cómo hacerlo cuando él, de la nada, me apegó a su cuerpo para así abrazarme? Estaba segura que el joven sería capaz de apreciar el latir acelerado de mi corazón; y ser consciente de esto me hacía ponerme más nerviosa aún- N-no... No es eso -bajé la mirada hacia la arena, totalmente avergonzada. Lo descubriría, descubriría que había estado pensando en él, si es que mi indiscreción anterior no me había delatado ya. Respiré profundamente y comencé a golpetear suavemente mi pecho con el dedo índice, aquel consejo para tranquilizarme dado por mi nana cuando era niña y que se había convertido en un tic inconsciente que siempre acudía cuando me sentía incómoda con la situación. Deseaba desesperadamente poder actuar con la mayor normalidad y rectitud, pero sentir la calidez emanar del cuerpo ajeno hacía que todo intento de racionalidad se dispersara... Y terminé cediendo, en búsqueda de aquel reconfortante calor otorgado. Cerré los ojos y suspiré suavemente, consiguiendo de golpe aquella paz que instantes antes había estado buscando con tanto ahínco y que sólo Nikolas me pudo brindar- Eres bastante cálido... -musité sin pensarlo, apoyando mi cabeza sobre su hombro con naturalidad.
Marina Valentine
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Re: • Actividad #4: "Y es tiempo del adiós" [CERRADO]
Todos se quedaron callados frente al inicio de la historia del profesor De souza. El fuego crujía entre las brasas, dando un calorcito bastante acogedor y te invitaba a que extendieras las manos. Yo, primordial, me fijaba entre cada uno de los presentes a ver si daba con mi sirviente. En todas las vacaciones, apenas habíamos cruzado palabra, y solo sabia de él en las madrugadas. Cuando volvía suplicando a su respectiva cama, mis ojos se abrían automáticamente y de allí, me quedaba admirando el techo sin poder conciliar el sueño. Lo cual se volvía sumamente molesto. Además de inquietarme de sobremanera…
Quizás no estaba tan acostumbrada a estar rodeada de desconocidos. Además tampoco me di la oportunidad de conocer a otros. Salvo, en la llegada al hotel y durante la prueba de valor. De pronto, me incorporé de la arena, sacudiéndomela de paso la ropa–tenia puesto una musculosa, pantalones cortos y un saco liviano con capucha-; y aparté con un movimiento de mano mis cabellos de uno de mis hombros.
—¿Alguien quiere malvaviscos?—Propusé en general, haciéndome al menos notar por voz y a parte, porque también mi estómago no iba a tardar a rugirme.
Invitado
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