♕ Yvonne Dahl Langenberg ♕ {En construcción...}

Yvonne Dahl Langenberg

#Edad: 26 años.
#Sexo: Femenino.
#Raza: Espiritual de Hielo.
#Rango: Profesora.
#Nacionalidad: Sueca.
#Oficio: Profesora de Literatura.
#Grupo: —

#Descripción Psicológica:

#Descripción Física:

#Gustos:
❆ El frío, soporta perfectamente las temperaturas bajas.
❆ La ciencia y todo lo que ella conlleve.
❆ El chocolate negro.
❆ Su trabajo como profesora, le gusta poder compartir el conocimiento que posee con las nuevas generaciones.
❆ Le gusta en general el ambiente académico.
❆ Las fiestas.
❆ Las montañas, le encantan.
❆ Tiene una particular atracción por los búhos blancos.
❆ La literatura, de cualquier tipo.
❆ La música, menos el rock demasiado escandaloso.
❆ La igualdad, le agrada ver como las personas pueden vivir juntas sin prejuicios.
❆ El orden, Yvonne es una mujer muy ordenada.
❆ La limpieza.

#Disgustos:
✣ Su pasado como científica.
✣ El calor, tampoco logra soportar bien las comidas demasiado cálidas.
✣ Los laboratorios de 'Alétheia' no importa en cuál de los países esté situado, los odia.
✣ Las violaciones de los derechos humanos.
✣ El chocolate blanco o cualquiera que no sea negro.
✣ Que no le presten atención, odia hablarle a la pared y que los demás no escuchen, de hecho, no les conviene ignorarla.
✣ Que anden desordenando sus cosas, o que cotilleen los documentos y archivos que celosamente guarda en su estudio.
✣ Las mentiras.
✣ Que se metan en problemas precisamente por no hacerle caso.
✣ Los experimentos sobre cualquier ser vivo.
✣ El desorden, lo odia, nunca encuentra lo que anda buscando en medio del caos y es la primera en crearlo.
✣ La violencia, tanto física como psíquica y en cualquier ser vivo.
✣ La manipulación genética.

#Historia:

Nunca olvidaría esa frase. Se la había repetido tantas veces Adrian, el hombre que la cuidó durante años como su propia hija, que en la adultez la tendría grabada en la mente con tanta fuerza que seguramente la haría cambiar más de una vez su nefasto destino.

No conoció a su padre, mucho menos su madre. Pero, sí supo por las historias inventadas de Adrian sobre ella y que tantas veces le había contado que había sido encontrada en una cesta, en medio de un lago congelado a mediados de Diciembre. Al principio pensó que había muerto por aquél horrendo frío, pero, pronto se dio cuenta que el hielo siquiera se había atrevido a tocarla, como si fuera una pequeña princesa del hielo... Sí... Ese había sido su principio. Adrian quién la recogió no era más que un sin techo en aquél entonces, aún así la abrigó como pudo en aquella noche y la llevó con él a su pequeña cabaña bajo un puente.

Él le dio su nombre: Yvonne. También le dio su apellido y todo lo que tenía. Fue aquella pequeña princesa de hielo que lo sacó de su miseria: un hombre sin trabajo, sin familia, sin dinero... ¡Pero de golpe tenía una hija! Se alistó un día, salió a la ciudad y encontró un trabajo mediocre: camarero. Pero fue suficiente, logró lentamente alquilar un piso y darle una vida decente a la niña de apenas unos cuantos años. Ella había sido su obsequio de la buena suerte y nada podía hacerle más feliz que eso. Y aún así, se percató pronto de lo que aquella niña podría ser si solo podría estudiar decentemente y tener todo lo necesario para ello.

Lentamente su situación fue mejorando, ahora incluso podía permitirse mandarla al colegio y comprarle un uniforme... ¿Yvonne? Ella como recompensa por la amabilidad de aquél hombre se esforzó más que nadie, aprendió, estudió, sacó sobresalientes en todo, constantemente. ¡Ella era un genio! Y pronto todos lograron comprender eso. Aquella pequeña princesa del hielo no solo le había proporcionado buena suerte, sino que también una hija ejemplar, un modelo a seguir para todos. Sí, toda la vida su vida fue 'perfecta' o al menos, no tenía para que quejarse al respecto.  Y así siguió años más.

En algún momento sintió curiosidad por sus padres biológicos. Al menos, hasta que tristemente descubrió que se trataba de pobre gente que, al igual que su tutor, Adrian, no habían tenido nada para alimentarse. Ella, su madre, una prostituta que la nació en un baño público y él, su padre, probablemente algún ser espiritual que se enamoró perdidamente de ella y fue obligado a abandonara por fuerzas mayores. Había sido diferente a los cuentos que Adrian le contaba de niña sobre un país de hielo atacado por dragones y su salvación como única princesa heredera. Pero, no le importó y volvió a su vida de siempre, acunada bajo los brazos protectores de aquél hombre que se había vuelto, con el tiempo y el cariño, su verdadero padre.


En el segundo año de universidad de Ciencias, su tutor legal falleció, llenándola de una soledad y un vacío nunca antes experimentado y que, pronto tuvo que dejar de lado si quería seguir estudiando y sobreviviendo en ese, extrañamente gélido y oscuro mundo que le desagradó, a pesar de que siempre había amado el frío. Pronto, a unos escasos días después del funeral de Adrian, unos hombres en negro acudieron a ella, acompañando una mujer y un hombre que por sus blancas túnicas supuso tratarse de científicos. Ahí apareció lo que le cambió la existencia de un día a otro: El experimento 'Alétheia'. Le ofrecieron la información pertinente: "Alétheia (en griego ἀλήθεια "Verdad"), es el concepto filosófico que se refiere a la sinceridad de los hechos y la realidad. Literalmente la palabra significa 'aquello que no está oculto, aquello que es evidente', lo que 'es verdadero'. También hace referencia al "desocultamiento del ser". 'Alétheia' se ocupaba de pequeños experimentos que servirían para ayudar a la humanidad.

¡Le aseguraron aquél día que ningún ser vivo sería lastimado por ello! Y fue por ello que aceptó, porque 'Necesitaban una joven y ágil mente' porque necesitaban 'La ayuda de un Genio' y ella era la 'Única' en grado de hacerlo. Así, a la temprana edad de 21 años Yvonne comenzó a hacer parte del secretíssimo experimento conocido en ese entonces como "Alétheia". Necesitaba el dinero que le ofrecían para sobrevivir, sus acciones no causaban daño alguno y era una espléndida manera para ganarse fama y un buen futuro... O al menos, eso pensó al principio de esta historia.