Tranquilidad Liquida

Ambientación:

Se encontraba sudando como pocas veces lo había hecho en su vida, el suelo volcánico de un volcán que aún se mantenía activo no era el mejor sitio para mantenerse fresco y mucho menos con el sol en todo lo alto. Deseo poder tener entre sus manos una refrescante y cristalina botella de agua helada, tuvo que tragar saliva después de que la boca literalmente se le estuviese haciendo agua. No sabía  a ciencia cierta cómo había logrado formar saliva con la sed que tenía, hubiese jurado que había sentido que tenía la boca hecha polvo por dentro.- ¿Pero qué?- Susurro para sí mismo mientras habría los ojos lentamente.

Los primeros rayos de la mañana ya comenzaban a filtrarse entre sus persianas, acariciando delicadamente su piel como si se tratase del suave rose del pétalo de una flor. Destellos blancos y brillantes aparecieron frente a sus ojos haciendo que estos se cerraran bruscamente, -Mucha luz para mi gusto.- De nuevo la sabana de la cama se encontraba colgando por uno de los bordes de la casa y su pecho musculoso se encontraba totalmente descubierto, como si estuviese esperando las caricias del sol toda la noche.

-Sera mejor buscar algo de beber.- Se froto los ojos esperando que los brillos blancos desaparecieran, pero por más que lo intento la luz era muy suerte. Se colocó en antebrazo justo arriba de los ojos para tratar inútilmente de bloquear un poco la luz, abrió la nevera disfrutando con demasía la fresca y helada brisa proveniente de la misma. – ¿Muy bien que tenemos aquí?- Se preguntó mientras observaba meticulosamente el contenido de la nevera y los líquidos con los que esta contaba, en verdad que había varias cosas de donde escoger pero no le tomo mucho tiempo determinar su decisión cuando sus ojos se cruzaron con un jugo un tanto particular.

Cogió una botella que mezclaba el tradicional jugo de naranja con jugo de fresas, sin duda una combinación un tanto peculiar. Pero para el paladar de Tachibana muy prometedora, coloco la botella en la barra de la cocina y prosiguió a sacar un gran vaso de vidrio cortado de la alacena para servirse jugo. –Aaaaah- Exclamo extasiada mente mientras aun sentía el frescor del líquido recorrer su garganta, detestaba despertar con esa sensación de sequedad en la boca.

Sin pensarlo dos veces guardo el jugo y lavo el vaso que había utilizado para después ir a la regadera a tomar una ducha, mientras el agua caía sobre sus cabello castaño su mente formulaba su próxima actividad. Para su fortuna aquel día no tenía ninguna clase en particular así que podría disfrutar de una de sus actividades favoritas, al terminar de ducharse fue a su armario y tomo su speedo preferido se colocó una chamarra ligera por encima para después tomar una mochila. La cual ya tenía preparada con algunas cosas esenciales, tomo las llaves del auto y fue a la cochera para sacar el deportivo.

En un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en el balneario de la Ciudad, el viaje no había sido tan rápido pero las ganas de estar totalmente rodeado por H2O lo habían hecho sentir que no le había tomado mucho tiempo llegar. Makoto frecuentaba mucho ese balneario ya que contaba con una alberca olímpica por lo que había comprado un casillero en el lugar para no tener problemas de donde dejar sus cosas, saco de sus mochila lo que iba a ocupar y no perdió tiempo en llegar hasta la piscina. Hubiese querido correr y saltar adentro del agua pero sabía muy bien que no debía dar mal ejemplo a los niños así como tampoco entrar a la alberca sin hacer los respectivos estiramientos.

-La última vez tuve un calambre horrible por no hacerlos.- Le dijo a un pequeño que se encontraba practicando su pataleo sujetado a la orilla de la alberca mientras Makoto hacia sus estiramientos. Había llegado muy temprano por lo que no había mucha gente por lo alrededores salvo claro los alumnos de las primeras clases de la mañana, en algunas ocasiones había apoyado como instructor cuando llegaba a faltar alguien del personal.

Después de terminar con sus respectivos estiramientos, Makoto se paró sobre una de las plataformas de salida., Se colocó el gorro y después de este los googles. Dio un pequeño salto para sumergirse en la alberca y después salir rápida mente para sujetarse del borde de la misma tomando así su posición de salida, Tachibana practicaba varios estilos de nado pero la mayoría de las veces su entrenamiento se centraba en el estilo de espalda o también conocido como dorso.

Estaban  cerrado los ojos para concentrarse en su salida cuando súbitamente el infante con el que había cruzado palabras anteriormente le formulo una pregunta. -¿También ha venido a ver a la sirena?- La concentración de Makoto se esfumo enseguida después del cuestionamiento del chico, ya que por su parte no había escuchado nada relacionado con sirenas en aquel sitio. Abrió los ojos lentamente para mirar en dirección a donde el chico se encontraba -¿Cuál es tu nombre pequeño?- El chico lo miro enojado mientras inflaba las mejillas –Kotaru y no soy ningún pequeño, soy de los más altos de mi clase.- Tachibana no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa en sus labios –Tienes toda la razón eres muy alto.- El pequeño desinflo sus mejillas y entrelazo sus brazos a la altura de su pecho para tomar una posición más impresionante. –Te lo dije.- -Regresando a tu pregunta Kotaru, ¿De qué sirena me hablaste anteriormente?- Los ojos del pequeño se abrieron de par en par ante la pregunta del joven de cabellos castaños, le parecía casi imposible de creer que alguien en el balneario no supiera acerca de la sirena. –Eres extraño- Le dijo el pequeño en un tono casi cortante –Una sirena será nuestra nueva instructora en las clases de natación ¿Puedes creerlo?- Makoto levanto la mirada tratando de hacer memoria sobre si le había comentado algo al respecto pero con la última salida del instituto se había perdido un poco en cuanto a las noticias del balneario.

-Ya veo, que suerte tienes. Ahora me doy cuenta de por qué todos están tan impaciente.- Sonrió ligeramente al pequeño de cabellos oscuros. –Claro que es algo sorprendente ¿Ya alguna vez en tu vida has visto una sirena de verdad?- Tachibana se tomó unos segundos para pensarlo antes de responder la pregunta de Kotaru. –No, creo que nunca eh visto ninguna.- Los ojos de Kotaru se llenaron de emoción –Entonces este es tu día de suerte ya que podrás ver a una sirena de verdad.- -Tienes toda la razón- Asintió para el chico y después se colocó en su posición de salida de nuevo.

Ambientación:

-Disfruta tu clase Kotaru y pondré especial atención a la sirena.- Kotaru asintió de vuelta, Makoto miro el gran reloj que se encontraba detrás de las plataformas de salida para medir su tiempo. Acto seguido se aferró con fuerza a la plataforma para después empujar su cuerpo hacia a otras con toda las fuerzas que sus piernas le permitían y sumergirse velozmente en el refrescante liquido cristalino. Había tenido una muy buena salida y por fortuna para él ya había avanzado una muy buena cantidad de metros antes de tener que cambiar de posición para salir a la superficie y comenzar a bracear con aquellos fuertes brazos.

Makoto:

El agua oponía aquella desafiante resistencia a su movimiento y el como en todos sus entrenamientos trataba de hacerse uno con ella para poder superar aquel reto, hasta el momento iba muy bien su cuerpo mantenía un buen ritmo y no sentía un gran cansancio aun. Ya se encontraba terminando la última vuelta cuando escucho a tras vez del agua del bullicio de todos los niños, se apresuró a terminar para tocar la plataforma. Después de tomar un poco de aire se quitó el gorro junto con las gafas y abrió los ojos para mirar en dirección hacia donde se encontraba todo el alboroto.

Sus pupilas se centraron en lo que parecía ser una sirena, Se tallo los ojos con el antebrazo para limpiar aquellas gotas de había caído de su cabello y no le permitían ver con exactitud. Enfoco su vista eh intento de nuevo ver a la sirena pero esta vez con más detenimiento, sus mejillas se colorearon con un ligero toque de carmín al mirar lo hermosa que se veía. No se trataba solo de la impresionante entrada que había tenido la cual contaba con una roca móvil, sino también la atmosfera que ella misma haba creado para representar aquella criatura acuática legendaria.

“Las sirenas son doncellas marinas que engañan a los navegantes con su gran belleza y la dulzura de su canto; de la cabeza al ombligo tienen cuerpo de virgen y forma semejante al género humano, pero poseen una escamosa cola de pez, que siempre ocultan en el mar.” Por lo menos esa es la historia que conocía Makoto sobre ellas, por la distancia a la que se encontraba no podía apreciar con claridad el rostro de la misma. Pero solo tendría que esperar a que esta entrara a la piscina para poder hacerlo.

La espectacular entrada por parte de la sirena, sin duda había sido una de las cosas que Makoto nunca hubiese imaginado que se iba a encontrar en aquel lugar y mucho menos a esa hora, sus orbes se centraron en la silueta de la antes mencionada y por más de esos en los increíbles movimientos que realizaba debajo del agua. Cerró los ojos por unos instantes para recordarse a sí mismo pero algunos años atrás, cuando Tachibana apenas era un pequeño en un mundo lleno de sueños eh ilusiones.

Ambientación:

Aquel pequeño aprovechaba los viajes a la playa por parte de su familia para buscar sirenas, aquellos seres solo existían en los libros de fantasía y en las historias que le contaban para dormir. Durante estos viajes Makoto buscaba la manera de escapar a la vista de sus padres para buscar la piedra más alta del lugar donde se encontraran, para así poder tener una excelente vista del grande e inmenso mar. Se pasaba en este lugar todo el tiempo que le fuera posible disfrutando de la vista del oleaje pero también buscando algún indicio de las sirenas, para su mala fortuna nunca tuvo suerte en dicha actividad.

Abrió los ojos lentamente al momento en que sus recuerdos de la infancia se vieron interrumpidos por una voz familiar, la había escuchado con anterioridad no hacia más de uno o tal vez un par de meses. Se encontraba tratando de recordar a quien pertenecía aquella voz cuando la escucho de nuevo pero esta vez la voz proporciono el nombre de su dueña. -¿Nozomi?-  dijo para sus adentros mientras trataba de ver otra vez de todos los pequeños para comprobar con sus ojos si se trataba de la Nozomi que él conocía.

Por el momento no trato de darle más vueltas al asunto, lo mejor sin lugar a dudas era seguir con su entrenamiento y ya una vez hubiese terminado la clase la buscaría para hablar con ella. Retomo su posición de salida a la orilla de la alberca y comenzó a recorrerlas de un extremo a otro manteniendo un ritmo constante y controlando su respiración para poder realizar las vueltas que se había puesto como meta para ese día en particular. Estaba tomando aire antes de salir dela alberca cuando se percató de que el grupo había terminado, tal vez tendría otro a continuación pero por lo menos tendría unos minutos para poder entablar conversación con la sirena.

Brinco en donde se encontraba para sumergirse rápidamente bajo el agua, antes de que la sirena se percatara de su presencia. Dando uso a sus habilidades en el nado velozmente llego hasta donde ella se encontraba y salió por un lado para no bloquearle la visión por si aún se encontraba despidiéndose o dando algún consejo a alguno de sus pequeños estudiantes.-¿Nozomi eres tú?-Pregunto sin saber si se trataba de la misma Nozomi a la que él conocía ya que teniéndola por un lado no tenía un vista con la cual se pudiera asegurar de que se trataba de ella.

-Así es y me atrapaste ven aquí solo a estar de mirón.-Le dedico un muy coqueto y seductor guiño a la hermosa sirena, no había tenido oportunidad de pasar mucho tiempo con Nozomi durante el viaje escolar como para decir que la conocía muy bien. Pero dentro de lo que cabía Tachibana podía decir que sabía a quién le pertenecía ese nombre, le hubiese justado pasar más tiempo con ella durante el viaje. Pero todo el tiempo que duro aquel viaje paso tan rápido como la espuma del mar cuando llega a la orilla y se disuelve en la arena.

Un pequeño suspiro salió de sus carnosos y varoniles labios, el cual rápidamente se vio disuelto por su amable y cálida sonrisa. –Sí, aquí vengo cada que puedo para entrenar. No había tenido la suerte de encontrarte por aquí antes ¿Acabas de empezar o ya tienes tiempo en este lugar?- Makoto a provecho mientras esperaba la respuesta de la chica para mirar con especial atención los detalles del traje de sirena. De lejos era impresionante y de cerca sin duda aún más, tenía una gran gama de detalles basados obviamente en la temática del mar.

Había sido un muy buen detalle por parte de la administración del lugar haber hecho tan buena inversión en el disfraz de sirena, sin duda el dinero que habían usado se vería incrementado en creces con todos los nuevos clientes que atraería la sirena. Hasta donde el chico de cabellos castaños sabía nadie había hecho uso de un recurso así en la isla, por lo que sin duda sería un éxito rotundo. -¿Qué tienes hay?- Se acercó peligrosamente hacia Nozomi a tal grado de que sus narices estuvieron a punto de tocarse una con la otras, las orbes olivo del fornido chico de posaron en las de ella mirándolas detenidamente.

Era un color el cual Tachibana no había visto antes, había conocido algunas variantes pero ese tono en especial pensaba que estaba exento tan solo para los libros de fantasía. Se quedó perdido en los orbes turquesa de la chica y para cuando se dio cuenta seguramente ya había pasado mucho tiempo. –Una disculpa, posees un color en tus ojos que no había visto con anterioridad.- Espero no parecer muy extraño, solo es que me llamo la atención su tono. Se separó un poco de ella para darle un poco de espacio, lo último que quería era que la chica de cabellos purpura saliera asustado a causa de él.

Makoto mantuvo su mirada firme y seductora sobre los ojos de la chica de cabellos azulados, unas cuantas risitas y un poco de evasión no eran suficientes para que Tachibana perdiera su concentración en lo que se encontraba haciendo. Paso los largos dedos de su mano derecha por la cabellera castaña que este poseía desde la frente donde nacían estos hasta dejarlo caer mojado hacia atrás, el tacto de la chica sobre su pecho al momento de tratar hacer una distancia entre ellos sin duda fue muy suave tomando en cuenta el tamaño de las manos de la chica.

Mantuvo la calma mientras la chica tomaba un poco de distancia, estaba claro que no quería parecer que la estaba acosando. Espero a que ella hablara primero y se tomó unos segundos para pensar la respuesta antes de decirla. –Practico vario tipo de estilos pero sin duda el de espalda es uno de mis preferidos, creo que aún me falta mucho para pulirlo pero para eso vengo a este lugar día con día.- Miro a Nozomi de abajo hacia arriba examinándola como un rival a vencer, era verdad que nunca la había visto nadar así que no podría saber a ciencia cierta qué tan hábil era la chica para la natación.

-Está bien, acepto tu desafía.- Hizo una pequeña pausa en su dialogo para colocar el brazo derecho a la altura del pecho y el izquierda detrás de el a la altura de la espalda baja para después hacer una sutil reverencia. –Como buen caballero que pienso que soy, dejare que tú determines el estilo que utilizaremos para esta competición. Así como si solo será una carrera de ida o ida y vuelta.-

Sus ojos se posaron en la chica esperando la respuesta de sus labios, la enfrentaría en igualdad de condiciones dando las ventajas que daría un caballero. Pero no por ello se dejaría vencer claro estaba, ya que había una cena de por medio y por supuesto con la compañía de un bella chica como lo era Nozomi.

La propuesta de la peli azulado sin duda era muy interesante, cuando recién comenzaba Makoto en el mundo de la natación, jugaba mucho a hacer “busitos” con sus compañeros de clase a ver quién llegaba más profundo y quien sostenía por mayor tiempo la respiración. Tenía mucho que no practicaba aquello, aunque era cierto que de vez en cuando algún niño lo desafiaba a esa clase de competencia. No sabía si podría aguantar por suficiente tiempo la respiración como para dar una vuelta de ida y vuelta, pero no perdía nada por intentarlo. –Me parece una manera muy interesante de llevar acabo la competencia y creo que si estás aquí es porque no eres para nada principiante en lo que respecta a la natación.-

Hizo una pequeña pausa para tratar de ver la tonificación muscular en el cuerpo de la chica y tal parecía que se mantenía en muy buena forma, por lo que el joven de cabellos castaños tendría que ir enserio en aquella carrera si quería ganarle. –Muy bien, hagámoslo.- Nada hacia el carril adyacente para dejarle a Nozomi en el que se encontraba, paso por debajo de las boyas. El agua se sintió repentinamente refrescante en su rostro cuando este se sumergió, al salir del agua para tomar aire se hecho el cabello para atrás haciendo uso de ambas mano, alzo los brazos por todo lo alto para estirarlos y después flexionarlos de un lado al otro. Mas valía tener los músculos listos para evitar cualquier calambre en medio de la carrera.

-Creo que para una sirena sería muy difícil salir de un salto desde la plataforma, así que te propongo impulsarnos de la pared.- Dibujo una sonrisa en sus labios para la hermosa sirena y después procedió a decirle. –Déjame decirte que no te la pondré fácil.-  Realizo un último estiramiento antes de dirigirse hacia debajo de la plataforma de salida para tomar posición en la pared y mirarla directamente hacia aquellas cautivadoras orbes esmeralda. –Puedes iniciar la cuenta cuando estés lista.- Le giño el ojo derecho seductoramente, incitándola a comenzar el juego.